Aprender de forma distinta, para Erwan Redon, que pasó 15 años en la educación pública nacional antes de renunciar, no son palabras al viento. Una educación permanente mediante el aprendizaje de los niños basado en la experimentación, el ritmo del niño, con el apoyo del programa educativo nacional, un proyecto laico fundado en la solidaridad, la convivencia, la mutualización y la cooperación. Esa fue su elección y la de nueve familias para el ingreso escolar 2015. Bienvenidos al espacio educativo Bricabracs.

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En octubre de 2014, Erwan Redon, renuncia a la educación nacional. Con el apoyo de varias personas y familias, rápidamente se impone la opción de abrir una escuela alternativa.

Erwan Redon: En la educación nacional, el programa consiste en objetivos a lograr en tres años. Por ejemplo, al cabo de tres años el niño debe saber hacer una cosa determinada, por qué no, pero además, hay que estar en condiciones de presentar las progresiones para cumplir esa meta, presentar tu plan de acción para lograr dicho objetivo. Mi plan no funciona en progresión porque no es “mi plan”, “para mí”, no soy yo quien tiene que hacer ese programa, el objetivo es que nos acerquemos lo más posible, cada uno, a su realización. Sin embargo, sabemos muy bien que todos los niños no avanzan con la misma velocidad, vamos a tender a hacerlo. La progresión colectiva en que todos avanzan a la misma velocidad es un señuelo”.

G: ¿Por qué el tema de un aula de edades diversas no se toca en la educación nacional? ¿Adónde se bloquea?

ER: En realidad, existe en los lugares en que no se pudo hacer de otra manera. Es decir, en el campo. Allí había aulas de edades diversas, todas las experiencias son en el campo. Esas aulas demostraron que pasaban cosas interesantes con la mutualización, la solidaridad, etc. Políticamente no hay ningún interés por desarrollar grupos así, de manera que el desarrollo no se trabaja como posibilidad verdadera. Además, hay otro fenómeno, el hecho de querer controlar todo, el sistema tiene miedo de no controlar las cosas.

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Una, dentro de la clase… la otra, bajo el sol. Cada una ha elegido su espacio.

G: ¿Cómo trabajas con los padres?

ER: Tenemos intercambios y reuniones regulares, pero no las suficientes en este momento. Los niños recuperan sus trabajos cotidianos y lo llevan a casa. En las mañanas tienen una hora para llegar a partir de las 8 de la mañana. Así se empieza, nos tomamos el tiempo para discutir. Es abierto a los padres, permite discutir, ajustarse con respecto a por qué hicimos tal o cual cosa lo más seguido posible. Después los echo (risas). Soy un poco estructurado, tal vez eso cambie después. Mi objetivo son los niños, no los padres. No es la escuela de los padres, una escuela donde los padres vienen a ocuparse de los chicos, porque entonces no tienen necesidad de tener un educador. O haces la escuela en casa, o bien, no quieres hacer una escuela en casa y quieres otra estructura. Si toman otra estructura y contratan a alguien, es porque piensan que necesitan a esa persona, y si están entre las dos cosas, no podemos trabajar juntos. Es un posicionamiento, hemos perdido gente de esa manera. Por supuesto, todo esto no es estanco, no es para negar todo lazo afectivo con todos estos temas sino para situar bien nuestra acción. Ingresamos en un lugar para co-construir, nadie llega con sus reglas de vida personales. Es el lugar de los niños y de los educadores. Cuando vienen los padres, se sintonizan con las reglas del lugar.

¡Cuéntame tu historia! bajo la mirada benévola de Erwan, aprenden a ponerse de acuerdo respecto de la historia de su creación.

¡Cuéntame tu historia! bajo la mirada benévola de Erwan, aprenden a ponerse de acuerdo respecto de la historia de su creación.

G: ¿Cómo encontró este lugar?

ER: Tendríamos que haber estado en el 3er distrito de Marsella, pero no fue posible. Una madre participante del proyecto, muy militante, protestante, conocía el lugar. Es una iglesia protestante del 15° distrito el lugar que nos acoge. Una sala abierta, podemos también utilizar otra sala. Hay una cruz y para ellos no suscitó ningún problema, podemos retirarla y volver a ponerla en su lugar cuando nos vamos.

Nicolas Sonner, padre de dos gemelos matriculados en Bricabracs, es voluntario de la asociación. Se encarga de una parte administrativa y de buscar financiamiento. “En el ingreso escolar de 2014, Educación quiso abrir una sexta clase en la escuela donde estaban mis niños, pese a que no había lugar suficiente. Erwan era profesor de las escuelas. Se declaró en huelga y los padres se movilizaron. Al cabo de dos meses obtuvimos lo que queríamos, pero cuánto desgaste energético. A pesar de alertar, solicitar a las instituciones, ellas no se mueven, no quieren cambiar nada. En junio nos dimos cuenta de que podíamos poner toda esa energía en hacer algo diferente. Y apenas Erwan dimitió, nos pusimos manos a la obra con él. No es sencillo, pero la aventura es interesante. La escuela tradicional corresponde al modelo económico de nuestra sociedad. Queremos estar en los valores del mañana, la cooperación, la solidaridad. En el transcurso de diez meses de reuniones públicas y de reuniones todos los sábados, vimos más o menos 200 familias. En julio de 2015 salió una circular dando contexto a la creación de las escuelas independientes. Emitieron este documento porque la gente busca cada vez más otra cosa. La gente está cansada de estar cansada y a pesar de la incomodidad que genera, elige trazar su propio camino con respecto al sistema”.

Jugando, aprendo a contar, aprendo lógica y hago fotografía. ¡Una mañana plena!

Jugando, aprendo a contar, aprendo lógica y hago fotografía. ¡Una mañana plena!

Yasmine Sonnet también es voluntaria. “Mis hijos estaban en la clase de Erwan y él ya estaba en esta línea pedagógica. Organizaba por lo menos 1 salida por mes, cenas al atardecer en el patio de la escuela para encontrarse con los padres. No se me pasaba por la mente que esto podía existir y es lo que yo deseo para mis hijos. Me siento segura, ellos están bien. En la casa son más creativos y miran menos los dibujos animados. En las mañanas, están contentos de ir a la escuela, es una alegría. Ver esto desde adentro es reconfortante y te dan ganas de hacer”. Ella retomará un trabajo de 26 horas semanales para poder seguir con su voluntariado.

Con Yasmine, todos aprendieron la fabricación del papel y la construcción de un tamiz. Todo en imágenes… ¡apasionante!

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Poco tiempo transcurrió entre la renuncia, la creación de la asociación Bricabracs con la creación de la escuela y del espacio recreativo, dos declaraciones administrativas a los distintos organismos: a la Municipalidad, al Tribunal de primera Instancia, a la Inspección de la Academia y el inicio escolar en septiembre 2015. La asociación Mille Babords, el CIRA (Centro Internacional de Investigaciones sobre el Anarquismo) y Solidaire fueron los primeros en apoyar el proyecto.

La construcción les significó energía, mucho cuidado en la preparación, formarse en economía, permanencia, aprender a trabajar con las diferencias de cada uno para enfrentar los avatares y buscar las soluciones adecuadas. Paralelamente, con el apoyo de la red de militantes y los afectos, recolectaron 12.000 euros, indispensables para la apertura de la escuela este año.

Una utopía que se hizo realidad gracias al empuje, la voluntad, la fuerza y el voluntariado de todos, sin olvidarse de lo principal, la alegría de los niños de aprender en un espacio educativo respetuoso de lo que son y de su propio ritmo, en donde padres, educadores y niños van juntos en un mismo sentido.

ER: “Elegimos estar en la acción. Si no hacemos nada, nada se construye”.

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La escuela tenía que estar en el 3er distrito de Marsella y recibir un máximo de 20 alumnos. Finalmente, el aula se establece en el 15° distrito, un barrio compatible con la impronta social del proyecto. Este año, en virtud del espacio reducido, Bricabracs acoge 10 niños, entre 4 y 10 años, de nueve familias de las cuales siete viven en el 3er distrito, una el 15° y una en Simiane. A pesar de la distancia, todos se organizan: compartir los vehículos es parte de la aventura. La escuela funciona este año de 8.00 a 18.00 horas, cuatro días. Los niños participan en la organización de su trabajo, en la pizarra común todas las mañana se escribe el programa. Cohabitan varios espacios aun cuando el aula no sea tan grande como quisieran; el espacio juegos, pintura, mesas, una computadora, libros, cuadernos, etc. En conjunto, cada uno respeta el espacio de trabajo de su vecino, del más pequeño al más grande. Reina una cierta armonía, los niños se sienten bien y esto se percibe. Una clase de edades diversas exige mucha atención y energía, y Erwan Redon practica la división atencional con maestría.

Erwan: “Con los niños, se trata de, “ustedes, ¿qué quieren hacer?” y “hay esto y esto para hacer”. Es una mezcla de las dos cosas. Paul Lebohaec, un pedagogo, hablaba del “forzamiento de libertad”. Es un poco eso, están los chiquilines, a los que no abandono, los molesto… vamos a escribir. Para algunos no es necesario y no es el mismo tema para todos. Hoy en día no hay uno a quien que no fuerce en alguna cosa, podemos jugar pero doy ciertas consignas y hay que cumplirlas. Empiezo dentro de lo posible por algo a lo que ellos le den sentido, por ejemplo, un dibujo de su proyecto. Es una suerte de pesca con mosca, una vez que picó, dejas que el hilo corra, lo retienes, rebobinas, etc. La otra imagen es el elástico pedagógico, tiras y tiras hasta llevarlo un poco más lejos evitando romperlo porque estás en la zona afectiva donde puedes hacer estragos, y al mismo tiempo puede suceder, y de hecho sucede, que se corte. Entonces viene el gran trabajo de recomposición y vuelta a empezar. Sobre una estructura que está instalada hace 5, 6 o 7 años, se da un fenómeno de entrenamiento de los nuevos por los más antiguos. Esta instalación en el tiempo haría que estés menos expectante por este tema, se podría apurar, pero aceptando correr ese riesgo durante 2 o 3 años. Es un riesgo que se asume colectivamente, y para ciertas cosas como la lectura, por ejemplo, no quiero dejar a un chico sin saber leer a los 10 años porque se piense que le surgirá cuando tenga ganas”.

“Los programas están previstos en tres años. De esto, los docentes y los inspectores se olvidaron un poco. No tienes un objetivo por año, sino a 3 años. Son ciclos que se remontan a 1989 y 1991, introducidos por Lionel Jospin. Excepto que el Estado tuvo miedo y no se llevó a cabo cabalmente. Miedo de decir “vamos hasta el final; hagan aulas de edades diversas de 3 años y no evalúen más todos los años”. Yo no creo situaciones de evaluación, estamos todo el tiempo en evaluación. Cuando ves las progresiones que se hacen entonces no hay necesidad de ponerse en situación de evaluación, nada de tensiones con eso, los problemas los ves a cada rato. Ya no estás viendo con respecto a lo que era antes, ves con respecto a lo que es”.

El 10 de diciembre tuvo lugar la cena del barrio por Navidad, los niños participaron en la preparación de la rosca de navidad.

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El costo de la matrícula por niño es de 30 euros mínimo, para el año escolar 2015/2016 y cada familia es adherente de la asociación con un monto de cotización libre. El proyecto es educativo pero también social, el bajo costo de la inscripción es una elección para abrir posibilidades y por el derecho a una educación diferente para las familias de pocos recursos.

Los recursos de la asociación se componen de donaciones, adhesiones, pero aún no hay subvenciones, aunque para este año se pidieron y fueron rechazadas. Se reiterará el pedido para el próximo año. Bricabracs tiene necesidad de una ayuda financiera regular, para lo cual se creó el Gibus: 1 Gibus = 10 euros/mes con un compromiso de mínimo 1 año en un programa educativo emancipador y para asegurar su funcionamiento autónomo.

Cada mes, la Cantine du Midi recibe a los voluntarios y voluntarias de Bricabracs que encienden el horno y nos invitan a sostener el proyecto saboreando una buena comida por 8 euros. ¡Deliciosa!

La apuesta es importante, el proyecto necesita continuidad. Desean poder pagar los salarios de dos personas de tiempo completo, sabiendo desde luego que para las 35 horas hay compromiso, y para 2 personas de media jornada.

Este año, Erwan es voluntario y también Marie-Claude que viene todos los días para ayudar a la hora de la comida. No hay cocina y cada uno trae su canasta del almuerzo. Uno de los niños participa en la preparación del espacio comedor, siempre con buen humor. Cuando el cielo lo permite, como en el día de mi visita, pudimos almorzar en la terraza bajo un bello sol. En Bricabracs, los voluntarios y voluntarias son polivalentes, Marie-Claude se ocupa también del seguimiento asociativo y de una parte administrativa.

Es una de las cuatro voluntarias permanentes, jubilada de la educación nacional, amiga de Erwan y eligió jubilarse dos años antes de la edad legal, cansada por las luchas que no conducen a nada, de las luchas poco numerosas. A partir de su retiro, le dedica parte de su tiempo libre a Bricabracs.

MC: “Este proyecto me vino a demostrar que lo que defendíamos no eran palabras al viento. Es momento de mostrar que es posible y ya vemos los resultados en el aprendizaje, el comportamiento, la actitud de los niños, algunos reencuentran la confianza. Es un acto militante y una satisfacción pedagógica. No me fui de la educación nacional enojada con los niños, más bien con la resignación que existe adentro.

Efectivamente, este proyecto no es un proyecto con palabras al viento, en cambio es una inversión humana y financiera de todos los protagonistas, de los que me pude encontrar y de los que no he visto. Un acto militante. Un proyecto que tiene sentido para todos, desde el más pequeño hasta el más grande.

Le agradezco a Flora, Lilith, Orges, Sabrine, Ilane, Mirina, Anna, Jona por haberme recibido en su aula y asimismo a Marie Claude, Yasmine, Nicolas y Erwan Redon por la disponibilidad y esta hermosa jornada pasada con ustedes.