Nosotros y nosotras, artistas, trabajadores, artesanas, estudiantes, varones, lesbianas, travas, putos, jóvenes, viejas, cuentapropistas, docentes, viejos, trans, mujeres, migrantes, cooperativistas, putas, planeros, amas de casa, músicos, científicas, investigadores, desocupadas y desocupados, feministas, antiespecistas, antipatriarcales, intelectuales, todas las que lloramos por el travesticidio de Diana Sacayán, las y los que nos morimos de rabia con la muerte de Angel Verón, quienes denunciamos y nos dolemos con el cianuro volcado en el río Jáchal. Nosotros y nosotras que votamos el domingo de muchas maneras distintas pero alumbramos el lunes con el desconcierto de ver a la ultraderecha haciendo sus pasitos de baile como si se nos rieran en la cara.

Nosotros y nosotras que nos sentimos frágiles frente a ese avance y nos hacemos fuertes unos a otras y unas a otros cada vez que decidimos no rendirnos, cada vez que nos reconocemos, cada vez que nos abrazamos, cada vez que ponemos en común nuestras vulnerabilidades porque esa es nuestra potencia. Nosotros y nosotras sabemos lo que no queremos: No queremos que la lógica de mercado gobierne el destino del país y nuestras vidas. Porque sabemos que esa lógica no ve a las personas más vulnerables, considera que el salario es un costo, que la distribución de la riqueza es desfinanciarse, que el único sentido del trabajo es generar riqueza para unos pocos y que lo que no genera dinero no sirve. Porque para esa lógica las vidas y los cuerpos son un producto.

No queremos que nos gobierne un tipo que señala a migrantes con sospecha, cree que la homosexualidad es una enfermedad, que las mujeres queremos que nos hablen de nuestro culo y que el género de las travestis está definido por sus genitales.
No queremos que se instale en el poder un tipo que mientras habla de diálogo veta leyes sancionadas en diálogo democrático compulsivamente.

No queremos que sea presidente alguien que cree que a una niña se la puede ir aflojando para que se siente en su falda.No queremos que la derecha más recalcitrante se instale en el gobierno nacional, más cuando ya se instaló en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires. No queremos que esté en el máximo lugar de poder un tipo que habla de reconciliación en lugar de memoria, verdad y justicia; que es el favorito de quienes creen que los delitos de lesa humanidad no tienen que ser juzgados y que los represores son víctimas.
No queremos que nos hablen de diálogo cuando en el ejercicio del poder se vetan compulsivamente las leyes sancionadas en diálogo democrático.

No queremos que se pongan a bailar en nuestra cara como si la alegría les perteneciera mientras cierran compulsivamente centros culturales.No queremos que se embellezcan los lugares públicos a costa de golpear y expulsar con la lógica de los grupos de tareas a personas sin techo.No queremos que nos gobierne un tipo que cree que honrar los acuerdos es pagar sin discutir a los fondos buitre a cualquier costo. Sobre todo porque el costo lo
pagan las personas más vulnerables.No queremos que sea presidente un tipo capaz de mirarle las tetas a una jovencita mientras le habla y además creer que el marketing que ella encarna es un valor cultural.

Y también sabemos lo que queremos, resistir juntos y juntas, salir de las redes y conjurar la intemperie de este cielo abierto para convertirla en cobijo colectivo, poner nuestros cuerpos junto con otros cuerpos, tejer redes que nos van a sostener ahora y en adelante. Este círculo que hoy formamos es un primer anillo, nos rodea otro al que hay que comunicar y convencer, y otro más. Y desde aquí nos desarticulamos para generar otros círculos que vayan replicándose como las olas en el agua cuando cae una piedra. Esa piedra es conciencia, esa piedra es acción. Amor-acción ondulando, sumando, convirtiéndose en ola.Ahora es el momento de decir no y que se escuche fuerte y claro. Pero a la vez estamos haciéndonos fuertes frente a lo que viene.

Si hablamos de amor es porque con la materialidad de estos cuerpos juntos podemos crear herramientas, pensar en conjunto, anudar redes de amparo y autodefensa colectiva también para el futuro. Esa es la potencia que podemos generar lxs desmarcadxs de las grandes estructuras.

Ahora tenemos que hacer escuchar nuestro no.

No da lo mismo, Macri NO.
amorsimacrino

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