Convergencia de las Culturas insiste en la no-violencia como única solución real para acabar tanto con todos los atentados similares a los acontecidos recientemente en las ciudades de París y de Beirut, como con los conflictos internacionales que los contextualizan.
Hacemos un llamamiento a las instituciones políticas y medios de comunicación para que no incentiven a los ciudadanos a posicionarse entre bandos culturales, sino que faciliten la compresión del conflicto en su última raíz. Como también, solicitamos a las instituciones religiosas que erradiquen cualquier resto de fanatismo y fundamentalismo entre sus creyentes.
La diversidad cultural nos indica que no hay una única verdad ni manera de vivir válida, sino que son diferentes las respuestas que el ser humano en su creatividad ha desarrollado a lo largo de los siglos para su evolución y supervivencia. De este modo, la diversidad lejos de convertirla en un motivo de disputa, debe alzarse desde el principio que sitúa al ser humano como máximo valor.
De esta manera, ni los valores económicos, políticos o religiosos deberán anteponerse a la vida de ninguna persona. Como tampoco podrá utilizarse la violencia como método para su consecución.
Recordamos las palabras del pensador Silo que decían “con un enfoque violento de la violencia no resultará la paz” para comunicar que sólo a través del diálogo, del entendimiento entre los pueblos, del respeto, del apoyo entre vecinos, de las manifestaciones públicas y de todos los actos nacidos desde la profunda bondad, podrán aislar a los violentos sean del bando que sean.
Desde este posicionamiento, Convergencia de las Culturas rechaza con contundencia las terribles actuaciones perpetradas el pasado viernes en Beirut y en París, pide por el bienestar de los heridos y de todos los familiares y conocidos de las personas fallecidas, y reclama a las instituciones y personas más influyentes que asuman la actitud de la no-violencia.