Por La Garganta Poderosa
¿Y ahora? ¿Y ahora qué pensamos? ¿Y ahora qué decimos? Lo mismo, lo mismo que gritamos y lo mismo que sentimos todas esas veces que nos quisieron etiquetar, antes, durante y después de votar: que llegó la hora de urbanizar, que basta de topadoras para dialogar, que no existe la teoría del derrame, que tampoco existe el SAME, que las Aerolíneas son argentinas, que Barrick Gold no viole más minas, que la memoria no está tan gorda, que unos locos reprimieron a pacientes del Borda, que una inmobiliaria gobierna la Capital, que creerse una especie aria les pega mal, que estatizar tiene banca en los barrios, que no vale nacionalizar para empresarios, que Granados unifica en el espanto, que uniformados significa Monsanto, que sobran cables pelados en el cielo villero, que sobran suelos rapados en el campo sojero, que no están vigentes ni el olvido ni el perdón, que no fueron accidentes ni Once ni Cromañón, que dan orgullo los satélites al espacio, que la Ley de Medios camina demasiado despacio, que Macri nos hizo fumar un Fino, que el peor pasado ya se nos vino, que se cagó en las problemáticas habitacionales, que cerró cientos de centros culturales, que intentó erradicar las villas, que las maquilló con pinturas amarillas, que nunca más una picana, que se lo avisen a la Metropolitana, que las Fuerzas dan miedo sin control popular, que Jorge Julio López no puede opinar, que la mano dura no sirve para nada, que Berni tenía la carapintada, que los feriados de carnaval no son joda, que los Derechos Humanos no pasan de moda, que las cárceles son para tiranos, que los tiranos también son seres humanos, que no es el precipicio un cepo cambiario, que hace falta transformar el servicio penitenciario, que los James y los Stiuso no se pueden dar a la fuga, que Scioli nos debe contar qué pasó con Arruga, que la Justicia no puede ser tan parcial, que los pobres somos los presos del Poder Judicial, que los CEOs no son gobernantes, que los europeos también son inmigrantes, que reivindicamos las casas de la cultura, que las comisarías no son centros de tortura, que hay valiosos referentes en varias plataformas partidarias, que no son valientes las construcciones sectarias, que necesitamos compañeros y camaradas para gritar, que soñamos la unidad del campo popular, que un container no cuenta como escuelita, que Niembro jamás devolvió la guita, que Shoklender debería hacer lo mismo, que la política en silencio se llama cinismo, que perdemos si nos chicaneamos, que ganamos si nos encontramos, que los diagnósticos mediáticos suelen ser estafas, que el precio del gas se mide en garrafas, que la Ley de Parques Nacionales debe respetarse, que la Asignación Universal por Hijo llegó para quedarse, que hacen trampa los dueños de los casinos, que no son “empleos” los talleres clandestinos, que el Canal de la Ciudad no se puede ni mirar, que Página 12 era más lindo cuando nos hacía pensar, que no somos expertos en inflación, que no sube el precio la tapa de La Nación, que se financia con sus rosquitas, que se morfa la ganancia de los canillitas, que los machos viven delegando deberes, que nos siguen matando mujeres, que Julio Roca no pudo con Juana, que somos sangre latinoamericana, que hay saberes perdidos en las materias que no tenés, que le sobran detenidos al Código de Faltas cordobés, que la política necesita dirigentes de abajo, que mataron a Verón por salir a pedir trabajo, que somos vanguardia en diversidad sexual, que no todos somos iguales ante el cacheo policial, que los feudos de la aristocracia no se van, que no es democracia el método Insfrán, que ansiamos vivir de nuestro sacrificio, que vamos a morir en las antípodas de Mauricio, que decirle “nene vago” queda muy corto, que se metan las encuestas en el orto, que vienen batallas de muchos ovarios, que no más murallas a pueblos originarios, que las Malvinas están acá adentro, que vivan Pakapaka y Encuentro, que los barras trabajan de chivos expiatorios, que la vida es un producto para los laboratorios, que los créditos hipotecarios no son para cualquiera, que podríamos ahorrar con la renta financiera, que faltan insumos en los hospitales, que siguen muriendo pibas en abortos marginales, que nuestras convicciones no están en venta, que guardamos las grabaciones de los 90, que la pasta base mata, que el cliente también hace a la trata, que no somos bienes de ningún presidente, que Clarín siempre miente, que las cloacas todavía se hacen rogar, que la conciencia no se puede enrejar, que jamás le diremos gracias al menemismo y que nunca, pero nunca…
Nunca en la vida, votaríamos al macrismo.