Hoy, 19 de octubre 2015, nuestra querida amiga Mariana, perdió la última batalla con su salud y su cuerpo, para dejar este tiempo y espacio y – sin duda alguna – trascender hacia una etapa de existencia luminosa.
Originalmente de Tucumán, Argentina, Mariana fue seguidora desde los momentos más tempranos de la corriente de pensamiento desarrollada por el guía espiritual y fundador del Movimiento Humanista, Silo.
Fue esta enseñanza profunda de cambio personal y social simultáneo lo que llevó a Mariana a recorrer todo el mundo y explorar hasta los niveles más altos de la consciencia humana.
Luego de salir de Sur América, pasó un periodo largo de tiempo desarrollando el Movimiento Humanista en ciudades de Europa de habla alemana y posteriormente en África y Asia.
De regreso en su país natal, coordinó a nivel nacional la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia en 2009.
Simultáneamente encabezó la enseñanza de la Disciplina Morfológica al interior de la Escuela Siloísta, tomando a su cargo a discípulos de diversas latitudes y facilitando la enseñanza masiva de este camino de pasos hacia lo Trascendente, a través de vídeos que fueron proyectados en los diversos Parques de Estudio y Reflexión para consulta de las distintas camadas de practicantes.
Las noticias de la partida de Mariana han visto un derrame de afecto en las redes sociales entre los siloístas. Su marido, Gustavo Joaquin le rindió homenaje a su pareja de más de 40 años.
“Mi amada amiga, compañera, confidente y protectora durante más de 40 años partió hacia otro tiempo y otro espacio, dejando en mí y muchos otros, un vacío difícil de llenar. No obstante, pienso y siento que la partida fue una liberación para ella, acosada en los últimos meses por tantas molestias y enfermedades.”
Entre sus últimas actividades impulsó la iniciativa “Espacios No Violentos”, un intento de llevar El Mensaje de Silo al mundo virtual.
Siloístas de todo el mundo hoy marcan su partida con ceremonias de Bienestar y de Muerte.
Aquel que no siente la presencia de otra vida separada del cuerpo, considere que aunque la muerte haya paralizado al cuerpo, las acciones realizadas siguen actuando y su influencia no se detendrá jamás. Esta cadena de acciones desatadas en vida no puede ser detenida por la muerte. ¡Qué profunda es la meditación en torno a esta verdad, aunque no se comprenda totalmente la transformación de una acción en otra!
Y aquel que siente la presencia de otra vida separada, considere igualmente que la muerte solo ha paralizado al cuerpo; que la mente una vez más se ha liberado triunfalmente y se abre paso hacia la Luz…
Sea cual fuere nuestro parecer, no lloremos los cuerpos. Meditemos más bien en la raíz de nuestras creencias y una suave y silenciosa alegría llegará hasta nosotros…
¡Paz en el corazón, luz en el entendimiento!
Así es que no lloremos, pero en cambio dejémos que nos complete una suave y silenciosa alegría por el privilegio de haber tenido a Mariana entre nosotros.