En la República Checa los soldados del ejército han comenzado a recorrer las escuelas primarias en todo el país en un esfuerzo para introducir a los estudiantes a la vida militar. Los niños de 10 años de edad vienen siendo familiarizados y animados a jugar con ametralladoras. Estas terroríficas imágenes traen recuerdos de los regímenes totalitarios, en los que la educación acerca de la guerra y una visión militarista de la sociedad y la vida, se inculcaban en los niños desde una edad temprana.
Todo ello, además, se está produciendo justo en un momento en que Estados Unidos ha vuelto a ser testigo de un tiroteo masivo ocurrido en una escuela, y el propio Presidente es impotente para actuar en contra de la industria de las armas de gran alcance. Según el Archivo de Violencia con Armas, en 2015 los incidentes relacionados con armas solo en los EE.UU. ascendieron a 33,293. 8,514 personas perdieron la vida y 17,361 resultaron heridas. Entre los muertos había 486 niños menores de 11 años, y 1,687 entre los 12 y 17 años. ¿Es éste el modelo que queremos seguir?
Por supuesto, el Ministerio Checo de la Defensa presentó la iniciativa como un programa educativo, enfatizando el papel del ejército en la defensa de la nación, el valor del patriotismo y así sucesivamente; la misma vieja retórica hipócrita, a la que el análisis profundo de Tolstoi todavía se aplica: mientras que por un lado se habla mucho de la compasión, de la justicia, de la humanidad, lo que se apoya eficazmente, ya sea en silencio o explícitamente, es una sociedad basada en la violencia.
Esta iniciativa se puso en marcha en silencio, casi en secreto, hasta el punto de que los padres no estaban siquiera informados. Tuve la oportunidad de escuchar a algunas madres que apenas podían creer lo que estaban viendo cuando las imágenes fueron publicadas en línea. Escucharon con horror los comentarios de sus hijos: «Se habló de la utilización de estas armas, de dispararles a los refugiados…» Una verdadera incitación a la violencia. Por supuesto, los maestros ahora dicen que los soldados nunca exhortaron a la violencia y el odio, y sin duda fue así. Pero teniendo en cuenta el estado de ánimo social en general, los comentarios racistas que se hacen en casa y la manipulación por parte de los medios de comunicación en su constante búsqueda de nuevos enemigos sociales, los alumnos seguramente interpretaron esta iniciativa «cultural y educativa» como un estímulo para usar la violencia. Tal vez este es el verdadero objetivo de la campaña: un gran esfuerzo de propaganda a favor del uso de la fuerza y la militarización de la sociedad.
Todo esto podría ser parte de un plan más amplio, de la que ya hemos visto los signos en marzo de este año con el llamado “desfile Dragón”: el tránsito de vehículos militares a través de varios países de Europa del Este, con saludos de banderas y soldados deteniéndose para saludar a la gente y mostrar sus armas a los niños. Algo así es hoy inimaginable en cualquier país occidental: este tipo de demostración solo es posible cuando otro país está ocupado o es liberado. ¡Hubiera constituido un delito y una humillación para esas naciones! A raíz de esto, el Parlamento checo trató de aprobar una nueva ley (que hasta el momento se había aplazado) para reintroducir el servicio militar obligatorio para hombres y mujeres por igual. Mientras tanto el gasto militar va en aumento, sobre todo para comprar armamento estadounidense a precios exorbitantes.
Hay que recordar que desde hace bastante tiempo EE.UU. ha comenzado a «usar» a los jóvenes de otras naciones para sus guerras, como los kenianos en Somalia y en Afganistán. Y así, en la guerra en Ucrania contra Rusia y todas los que todavía están por venir, podrían estar contando con los hombres y mujeres jóvenes de la República Checa. En realidad todo esto comenzó en las Países Bálticos, donde senadores estadounidenses están presentes para dirigir los ejércitos locales.
Sin tal vez ir tan lejos – el lector puede pensar que estas ideas son exageradas o manipuladoras – sin duda estamos siendo testigos de una gran acción de propaganda. Una propaganda que, retórica aparte, su propio éxito depende del miedo que la guerra y la invasión provocan en la población, contra los que uno tiene que estar preparado. El gobierno checo (¿o deberíamos decir, el títere de Washington?) no podría construir la base militar de radar estadounidense (famoso proyecto “guerra de las estrellas”), por lo tanto, se han vuelto más astutos. Ya no presentan sus ideas en forma clara y directa, sino que lo hacen con malicia y casi en silencio, con la esperanza de que la gente lo considerará «normal». Algunas personas me han comentado que cuando eran estudiantes, ellos usualmente se reunían con representantes del ejército y que, por tanto, todo esto es «normal». Se han olvidado un pequeño detalle: ¡que solían vivir bajo un régimen totalitario! ¡No había nada «normal» allí!
Hasta el momento la propaganda está funcionando, ya que no ha habido grandes protestas. Después de la Revolución de Terciopelo, la gente empezó a creer que una era de libertad y prosperidad estaba a punto de comenzar. Hoy en día, a pesar de todo lo que está apuntando en la dirección opuesta, prefieren mirar hacia adelante y pensar en un fin de semana en el campo y un día de fiesta en las montañas, en lugar de ver el autoritarismo creciente y la disminución de los espacios la libertad y participación. Por desgracia, ¡todos sabemos que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver!
Ahora que el estado está poniendo sus manos en la educación de nuestros hijos para que se conviertan en instrumentos de muerte en manos de la OTAN, ¿comenzará finalmente a despertar? ¿Van a ser un día nuestros hijos los que disparen misiles en hospitales, asesinen a civiles y niños en nombre de los derechos humanos?
Personalmente, cuando vi esas fotos casi me sentí enfermo. Ver a niños siendo educados para usar la violencia como si fuera una cosa normal, verlos siendo manipulados aprovechando su ingenuidad, con la aquiescencia de los maestros y padres por igual, me dejó sin palabras.
Por suerte, ¡no todo el mundo está dormido! Varios grupos están socialmente activos, y “Mundo sin Guerras y sin Violencia» está informando a los padres sobre lo que está pasando, invitándolos a lanzar una protesta no violenta basada en diversas acciones:
– Escribir cartas de protesta a los directores de escuelas, los alcaldes y el Ministerio de Educación;
– Pedir a las escuelas que suspendan este programa y organicen reuniones con los padres y maestros para discutir el tema, como debería ser en el caso en una sociedad democrática;
– Exigir ser informados del día en que los soldados estarán visitando las clases y «crear el vacío», como Gandhi nos enseñó, no enviando a los niños a la escuela ese día.
No queremos creer en Milan Kundera, quien escribió en «La insoportable levedad del ser»: «… Él era consciente del hecho de que pertenecía a los débiles, a un pueblo débil, a una nación débil…». Preferimos recordar los cuentos eslavos, que según dicen, en tiempos de gran necesidad, las personas a descubren lo mejor de sí, para crear una sociedad verdaderamente democrática y humana.
Fotos por Martin Vorac