Entre los días 19 y 23 de octubre ha tenido lugar en Bonn (Alemania) la última sesión preparatoria de la cumbre del clima de París, la COP21. La reunión tenía como objetivo dar un paso definitivo en el futuro acuerdo climático, pero ha supuesto un retroceso enorme en el proceso de las negociaciones al cerrarse sin acuerdo alguno y posponer todas las decisiones a la COP21.
El día 5 de octubre los copresidentes del grupo de trabajo ad hoc de la Plataforma de Durbán, el grupo negociador para el nuevo acuerdo, presentaron un nuevo texto para las negociaciones que reducía de 80 a 20 páginas la extensión del futuro acuerdo de París. La presidencia presentó un texto profundamente desequilibrado, en especial en materia de adaptación a los efectos del cambio climático y financiación de la lucha contra el mismo. Fue el primer gran error de la reunión y se materializó con la queja del G77 y China sobre la eliminación de gran parte de las posiciones de muchos países.
Ecologistas en Acción considera intolerable que en el segundo día de Bonn se impidiese la entrada a observadores de la sociedad civil dentro de los grupos de negociación. Una decisión sin precedentes que vulnera claramente la resolución de la cumbre del clima celebrada en Doha en 2012, que impulsaba una mayor transparencia en las negociaciones. Fue promovida por Japón con el beneplácito de los copresidentes y el silencio cómplice de los países del «grupo paraguas” (los países más industrializados), grupo en el que se encuentra la Unión Europea. Pese a la oposición de la mayoría de partes, la decisión aún no ha sido retirada.
Así, en el tercer día, mientras en la sala de prensa numerosas organizaciones civiles denunciaban la falta de transparencia del nuevo proceso, en los grupos de trabajo se posponía a la cumbre de París cualquier decisión relacionada con los grandes objetivos del acuerdo: la meta a largo plazo, los mecanismos de financiación y la consideración de cómo articular los mecanismos de pérdidas y daños. El argumento esgrimido para esta paralización ha sido que deben de ser los gobernantes quienes negocien. Es inevitable preguntarse qué valía tienen unas negociaciones en las que los negociadores no pueden negociar.
Ecologistas en Acción se lamenta de que, encuentro tras encuentro desde la reunión el pasado febrero en Ginebra, los negociadores no estén a la altura del enorme reto que supone el cambio climático al no llegar a acuerdo real alguno y posponer todas las decisiones importantes a la cumbre de París. La falta de ambición pone en enorme riesgo el acuerdo de París y, con ello, la supervivencia de muchas comunidades, tanto naturales como humanas.
Es necesario un impulso definitivo hacia un cambio de modelo, que cada vez parece más claro que vendrá de la sociedad civil. Una sociedad civil a la que se le ha negado la entrada en las reuniones. Existen soluciones: un giro hacia una energía 100% renovable, la agroecología y los circuitos de producción y consumo cercanos y sostenibles.