El vicepresidente Álvaro García Linera presentó el martes su libro titulado ‘Antología, hacia un gran ayllu universal’, en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional de México (UNAM), donde explicó que su texto recorre una época y una generación basada en lecturas, además de relata sorpresa ante la realidad y una mirada apasionada y comprensiva para intentar dar un orden mental a la sociedad.
«Es una compilación muy particular, especial que ha hecho Álvaro que la ha armado en función de su esquema mental. Si puedo resumir, es una mezcla de lecturas, sorpresa ante la realidad, mirada apasionada de la realidad y mirada comprensiva de esta calidad para intentar darle un orden mental que guie la acción», explicó.
García Linera aclaró que esa obra es un texto de «una experiencia personal que también recorre una época y una generación, la generación intermedia entre la heroica de los años 60 a 70 y la nueva que es neoliberal; ese es el puente que consideramos como la parte final, vivimos parte de la generación de los mayores de las guerrillas y sus derrotas».
García Linera recordó que pertenece a una generación que quiso cambiar el mundo y que le antecedía otra generación que lo había intentado mediante la lucha armada, pero cuyas acciones se habían transformado en derrotas.
«Había muerto el ‘Che’, habían fracasado las guerrillas, pero aún quedaba la llama de la victoria de Nicaragua, 1979, y estaba en efervescencia El Salvador y Guatemala, entonces, no estaba todo perdido, había una esperanza, yo pertenezco a esa generación», precisó.
El mandatario comparó su texto «con un laboratorio» porque es una obra que, como otras, prevé vislumbrar un nuevo tiempo a partir de la muerte, el dolor y la sangre, que narra «cómo se estaba gestando un horizonte nuevo».
«Es un laboratorio, donde voy anulando ideas, en este esquema acomodo la realidad frente a la cual yo estoy atónito y ven cómo hago el esfuerzo sin abandonar, sin traicionar el compromiso y la creencia del poderío de las ideas del marxismo y del indianismo; intentando explicar lo que está pasando», agregó.
Relató que, «aferrado a esa esperanza», de que se genere un cambio en la historia, él se auto disciplinó en mente y cuerpo, «como fe revolucionaria» en base a un racionalismo puro.
A su juicio, ese racionalismo «funciona porque existe un compromiso ético», y mucho más cuando se registró el triunfo del neoliberalismo y varios izquierdistas analizaban el porqué de la derrota, agregó.
Sin embargo, destacó que, en la primera década del siglo XXI se empezaron a resquebrajar los muros de la economía y política neoliberal, y surgió la acción de la gente «no prevista en los manuales».
Explicó que en el caso de Bolivia despertó el indígena que se moviliza y llega a la victoria electoral, y vuelve a las calles para exigir sus derechos, añadió.
«Algo estaba cambiando y lo que parecía imposible se hace realidad, cuando quien estaba destinado a permanecer subyugado por el sitio que ocupaba en la sociedad, el indio, se convierte en presidente, en ministro, lo que quiebra todos los esquemas de entendimiento», manifestó.
Finalmente, García Linera agradeció a la editorial Altepetl, «que ha permitido que el texto de una persona de una época, de un comunista, sea publicado», siendo la primera edición de su libro en México, que dijo, era una deuda con ese país en el que estudió.