Nuestras identidades, nuestras cosmovisiones e idiomas fueron negadas e invisibilizadas y nuestros territorios fueron saqueados y entregados a los que «colaboraron» con este plan sistemático.
El cambio de nombre, del «Día de la Raza» al «Día del Respeto por la Diversidad Cultural», realizado por el Gobierno nacional en 2011, refleja el comienzo de las transformaciones que marcaran el camino hacia la reparación histórica necesaria para la reconstrucción de una sociedad con memoria y justicia, que reivindique la lucha de los Pueblos Originarios. Esto se enmarca en lo que consideramos un proceso descolonizador a nivel regional.
Sabemos que en este proceso es fundamental que los gobiernos asuman sus responsabilidades y tengan el coraje necesario para continuar trabajando en esta transformación, para que Argentina se reconozca como un país plurinacional y la reparación histórica se lleve a cabo con políticas de Estado profundas, que den respuesta a las demandas de nuestros Pueblos Originarios. La transformación no tiene que ser solamente el cambio de monumentos o efemérides.
Los Pueblos y las Organizaciones trabajamos activamente en la Ley de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar y acompañamos activamente el proceso de cambio impulsado desde 2003. Trabajamos con propuestas y militancia, además, en los acontecimientos más significativos de los últimos años, como la Ley 26.160 de Comunidades Indígenas y su prórroga, que ordena suspender los desalojos y relevar los territorios comunitarios; la Ley 26.206 de Educación Intercultural Bilingüe; la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual 26.522, que contempla el derecho de los Pueblos Originarios a sus propios medios de comunicación; el ante proyecto de Ley de Posesión y Propiedad Comunitaria Indígena; el posicionamiento y la propuesta respecto a la inclusión del Derecho Indígena en el proceso de Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial.
No descansaremos en la lucha, trabajando, militando y exigiendo que estos logros no queden solo en palabras escritas sino que se traduzcan en políticas reales, en todos los territorios, de todos nuestros Pueblos, con consulta y participación.
Marici weu! Marici weu!