Por N Chandra Mohan
Estados Unidos, Japón y 10 países más de la cuenca del Pacífico firmaron el 8 de este mes el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés), el mayor tratado de libre comercio en dos décadas, que abarca 40 por ciento de la economía mundial.
Este pacto pone una enorme presión sobre la Unión Europea para que celebre su Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión con Estados Unidos. China también buscará acelerar el Partenariado Económico Comprehensivo Regional.
Ya que la Organización Mundial de Comercio no pudo concretar la Ronda de Doha, el gobierno de India considera que le conviene integrar al menos uno de estos mega acuerdos de libre comercio que reflejan la nueva arquitectura comercial internacional.
¿Qué obtendrá India si se incorpora al TPP?
Según la teoría económica, la creación de comercio que generará el pacto impulsará las exportaciones indias. A su vez, las importaciones más baratas bajarán la inflación. También habrá una mayor participación de India en las cadenas de suministro de Estados Unidos y Japón en la región indopacífica. La ampliación de los mercados de exportación llevará la economía de escala al sector industrial textil, entre otros.
Pero si India no se suma al TPP tendrá un impacto negativo en la demanda de sus productos. Vietnam se beneficiará a costa de India en las exportaciones de prendas de vestir, ya que goza de acceso libre de impuestos a Estados Unidos, mientras que los productos indios tienen tasas de 14 a 30 por ciento.
Pero el TPP tiene que ver menos con el comercio que con los derechos de propiedad intelectual, las normas laborales y ambientales y la solución de controversias entre los inversores y el Estado.
Su régimen de derechos de propiedad intelectual lo impulsan las grandes empresas farmacéuticas, con disposiciones que perjudican la disponibilidad de medicamentos a bajo costo en el mundo en desarrollo.
De hecho, este aspecto del TPP sería desastroso para la salud pública en India. Su condición para otorgar patentes a los “nuevos usos de un producto conocido” está plagada de graves consecuencias, ya que puede conducir a la renovación infinita de las patentes.
Del mismo modo, el tratamiento especial que se extendió a las patentes farmacéuticas, colocándolas en una categoría de preferencia en comparación con otras tecnologías, al ajustar la duración de las mismas según las demoras regulatorias, también extenderá el plazo de las patentes, argumentó T.C. James, consultor del centro de investigación RIS, en una reciente mesa redonda sobre el TPP.
Así, este pacto comercial traerá desventajas a la industria farmacéutica de India, que se basa mayormente en medicinas genéricas. Un ejemplo son las disposiciones que extienden la exclusividad de la información, referidas a los datos recabados con los ensayos de los productos biológicos – que se cultivan a partir de células vivas – de cinco a ocho años.
Estas constituyen una importante barrera para el ingreso al mercado de versiones genéricas más baratas, o biosimilares, sector en el que India tiene una capacidad de clase mundial.
La ley estadounidense protege a los datos recogidos en el desarrollo de productos biológicos durante 12 años. La presión de Australia y otros países logró que ese plazo en el TPP se redujera a cinco años, pero podría subir a los ocho años.
En la letra pequeña del artículo QQ.E.20, los intereses farmacéuticos se aseguraron de la exclusividad del mercado para los productos biológicos al menos durante ocho años de protección de los datos, o durante cinco años de protección con otras medidas para “ofrecer un resultado comparable en el mercado”.
Ya que la última opción es problemática, la exclusividad en el mercado se extenderá, inevitablemente, tres años más. Eso significa un período más largo en que las empresas podrán fijar precios de monopolio, lo que elevará el precio de los medicamentos y los sacará del alcance de muchas personas en India y en la alianza de 12 países que conforma el TPP.
Por lo tanto, India comprometerá seriamente sus objetivos de salud pública si opta por unirse al TPP. Tiene un régimen jurídico firme con respecto a los derechos de propiedad intelectual y sus tribunales son activos en su aplicación, como se demostró cuando le negó la patente para un fármaco anticancerígeno a una importante empresa extranjera en 2013.
No en vano, el lobby farmacéutico extranjero está en pie de guerra contra el régimen de propiedad intelectual de India y pretende que el país diluya su legislación con respecto a las patentes de medicamentos.
El representante comercial de Estados Unidos incluyó a India en su lista de Observación Prioritaria con respecto a la aplicación de su legislación sobre patentes, especialmente referida a los medicamentos, aunque la misma cumple con el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Trips).
Entonces, ¿qué mejor oportunidad para hacer las paces con el pretexto de la incorporación al TPP?
India no debe ceder a la presión y debilitar su legislación de propiedad intelectual. De acuerdo a su política nacional, el derecho a la salud es una parte integral del derecho a la vida consagrado en la Constitución india. El país se ha comprometido a brindar a sus ciudadanos el acceso a medicamentos asequibles, atención médica de calidad y productos y servicios innovadores.
La Ley de Patentes, modificada en 2005, protege la innovación en el sector farmacéutico y establece medidas para salvaguardar la salud pública. India debe continuar utilizando las flexibilidades disponibles en el marco del Trips y no ceder en las extensiones referidas al plazo de las patentes que pretende el TPP.
No obstante, no debe desistir de los esfuerzos para colaborar con las grandes empresas farmacéuticas si eso implica resultados beneficiosos que les aseguren medicamentos a precios módicos a sus más de 1.250 millones de habitantes.
La empresa estadounidense Gilead Sciences adoptó un sistema diferenciado, por el cual cobra precios más bajos en India en comparación con los de Estados Unidos. Gilead y nueve empresas indias se asociaron en base a la protección eficaz de los derechos de propiedad intelectual y la concesión de licencias para producir una versión asequible de un fármaco para la hepatitis C.
Así, India tiene acceso a productos patentados a precios módicos al tiempo que le asegura un rendimiento digno a la empresa innovadora. ¿No se podría persuadir a otras empresas farmacéuticas de Estados Unidos para que sigan el ejemplo de Gilead? India no tiene la necesidad de sumarse al TPP para cumplir con sus objetivos de salud pública.
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Traducido por Álvaro Queiruga