Plantea como objetivo la autoorganización, la formación y el asesoramiento del colectivo de «manteros». La presentación pública de la entidad está prevista para el sábado 10 de octubre en Can Batlló.
Por Jesús Rodríguez (La Directa)
La presión policial contra las vendedores ambulantes se ha reducido en el centro de Barcelona y se han vuelto a ver manteros en la zona del puerto. La comunidad de procedencia africana que vive precariamente de la venta ambulante ha aprovechado estos días para culminar un proceso político iniciado a mediados de verano. El pasado viernes 2 de octubre se constituyó el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, una estructura organizativa que «más allá de una representación legal, quiere convertirse en un sindicato popular que busque el reconocimiento de la sociedad civil, con voluntad de agrupar, sumar y defender los derechos de las personas migradas, contra el racismo y la persecución a la que se ven abocadas», según explica uno de los impulsores. En el acto, que tuvo lugar en el centro cultural Artes-Santa Mónica de las Ramblas –cedido gratuitamente para celebrar la asamblea–, asistieron unos ochenta vendedores, en su mayoría de origen africano.
En total, se han escogido ocho representantes, seis hombres y dos mujeres, que serán la voz de los manteros en tres zonas de la ciudad: el passeig de Gràcia, la plaça Catalunya y la zona del Port Vell. La actual sede del Espacio del Inmigrante –entidad impulsora del proyecto–, en el pasaje de Bernardí Martorell 2, será el punto de encuentro del sindicato, donde también se celebrarán talleres de formación y asambleas. Ya han abierto un correo electrónico que será la manera más rápida de ponerse en contacto con la entidad. La presentación pública del sindicato está prevista para el sábado 10 de octubre a las ocho de la tarde en el centro social autogestionado Can Batlló, en el barrio de la Bordeta. Las integrantes de la nueva entidad ya cuentan, incluso, con unos carnés de asociados que se han empezado a distribuir.
Foto: Carla Moral
«Que los compañeros se sientan como trabajadores y no como delincuentes. Para ser trabajador no tienes que tener papeles, buscamos un reconocimiento social «, explica un miembro del Espacio del Inmigrante. Antes de la asamblea de constitución habían celebrado 4 o 5 reuniones previas a modo de preparación, y el viernes una vez conseguida la meta la alegría estallaba en la sala de actos. Por ahora se han sumado manteros de origen africano, pero en la asamblea del viernes se decidió que no se excluiría «absolutamente a nadie», que el sindicato sería para todas las personas que venden en la calle.
Fuente: Periódico Diagonal