El viernes pasado, 2 de octubre, fue el Día Internacional de la No Violencia, conmemorando el nacimiento de Mahatma Gandhi, uno de los más fervientes luchadores de la no violencia y que inspirara al reverendo Martin Luther King, al ex presidente ghanés Kwame Nkrumah, al pensador argentino Silo o a Nelson Mandela, entre otros.
En muchos lugares del mundo se realizaron eventos pidiendo el desarme nuclear, el fin de las guerras, el respeto entre religiones o la inclusión de las minorías. La situación de fuerte inestabilidad global agrava los desequilibrios y aumenta los peligros en un montón de lugares.
NuestrAmérica, evidentemente, no está exenta de violencias, pero sí podemos encontrar en nuestro territorio ejemplos esperanzadores de que la no violencia va ganando espacio.
Cuba y Estados Unidos han comenzado una serie de diálogos destinados a eliminar el bloqueo de la isla que significó para el pueblo cubano una asfixia intolerable. Guatemala nos dio un ejemplo de cómo la población decidida y organizada puede forzar, de manera no violenta, a un gobierno corrupto y cómplice de la dictadura a abandonar el poder. Bolivia continúa con la persuasión diplomática para conseguir un acceso al mar negociado con su vecino Chile.
Y, por supuesto, Colombia alcanzó un acuerdo de paz en La Habana que podría poner fin, en menos de 6 meses al enfrentamiento entre las FARC-EP y el gobierno colombiano, cumpliendo de manera muy auspiciosa una de las metas más esperadas de la política sudamericana.
Desde Pressenza festejamos estos logros y los enmarcamos en un profundo cambio de paradigmas en la región que tienen que ver con la decisión de avanzar en la resolución de conflictos a través de la vía política y renunciando a la violencia, como lo consiguieron los presidentes Santos y Maduro durante el reciente conflicto fronterizo que mantuvieron Colombia y Venezuela.
Desde nuestra organización alentamos a que además de la renuncia a las guerras y a la discriminación, podamos otorgarle cada vez más un valor central al ser humano en la política, la economía y las relaciones humanas, aplicando la regla moral que dice “No hagas a los otros aquello que no quieres que te hagan a ti”.
Para Aler, desde Buenos Aires, Argentina, Mariano Quiroga, Editor de la Agencia Internacional de Noticias de Paz y No Violencia Pressenza.