La apuesta de Barcelona por la acogida de refugiados y el rechazo al TTIP fidelizan las relaciones entre Colau y sus socios de investidura, ERC y PSC.
CiU, Ciutadans y PP le reprochan a Colau «falta de diálogo», mientras que BComú y la CUP encuentran puntos de coincidencia en materia social.
Barcelona en Comú, CiU, PSC y la CUP prestan su apoyo a una moción de ERC que solicita la anulación la sentencia del juicio al presidente de la Generalitat Lluís Companys.
Por Jordi Molina para Catalunyaplural.cat
Dos grandes temas han centrado el primer pleno ordinario que celebra el Ayuntamiento de Barcelona tras el 24M. Las políticas de acogida de refugiados sirios, afganos y eritreos y la declaración contraria al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés) que negocian Estados Unidos y la Unión Europea. Dos debates que han servido a la alcaldesa Ada Colau para acercar posiciones con sus socios de investidura, ERC y PSC y, en determinadas fases del plenario, mostrar sintonía con la CUP.
En el primero de los dos bloques temáticos, Barcelona ha adquirido su compromiso en la recepción de refugiados, que comenzarán a llegar a Catalunya este noviembre. De los cerca de 1.200, está previsto que entre 600 y 800 se queden en la capital catalana. El Ayuntamiento ha aprobado la medida de gobierno que prevé el uso del Parque del Fórum como primer lugar de contacto. Colau ha cargado contra el Estado español por «el incumplimiento de forma reiterada de sus obligaciones» y por bloquear la información a las comunidades autónomas y los ayuntamientos
A pesar del apoyo de gran parte de la oposición, no ha sido un debate fácil. El líder de los convergentes, Xavier Trias, ha lamentado la falta de margen para poder cooperar con el Ayuntamiento. «No queremos sólo aplaudir, también queremos colaborar». Más amarga ha sido la intervención de la jefe de filas del grupo de Ciudadanos, Carina Mejías, que a pesar de apoyar la propuesta, ha afeado que «se use la crisis de los refugiados con fines partidistas». La líder del partido naranja ha ido más allá y ha pedido que «se distinga muy bien quién es un refugiado, quién es un asilado y quién es un inmigrante económico». El líder de los populares, Alberto Fernández Díaz, tambien ha sido duro con Colau: «No juegue con el drama de la gente».
Por parte de ERC, uno de los socios del gobierno en la investidura, la propuesta también ha tenido dos caras. La de las felicitaciones y la de los reproches. «No creemos que sea necesario agrupar un grupo de alcaldes con un color determinado para asociarla a las ciudades refugio», ha explicado el republicano Alfred Bosch, en alusión al acto de principios de septiembre los alcaldes del cambio. A pesar del matiz, ERC se ha sumado a la iniciativa como también lo ha hecho el otro socio de Colau, el PSC. «Hemos estado a la altura», ha dicho Jaume Collboni. La CUP, que ha apoyado al Ayuntamiento, ha señalado el culpable: «El responsable de la crisis de los refugiados es el capitalismo».
Barcelona se opone al TTIP
Barcelona se ha convertido este viernes en la ciudad más poblada de España que se declara contraria al TTIP. Barcelona en Comú, ERC y la CUP han votado a favor de la propuesta de la campaña «Catalunya no al TTIP», que agrupa a una decena de entidades catalanas opuestas al tratado presente en la cámara. Finalmente, la abstención de PSC y CiU han permitido que se impusiera la propuesta, a pesar de los votos contrarios de Ciudadanos y PP. Una coincidencia que le ha servido al teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, para cargar contra el partido naranja «que en temas sociales y económicos siempre vota igual que el PP».
Ciudadanos ha reaccionado por medio del concejal Paco Sierra y ha reprochado al gobierno de Barcelona en Comú que «el Ayuntamiento no debe ser la caja de resonancia de sus populismos». El concejal del PP Javier Mulleras ha acusado al gobierno de culpar al TTIP de «todos los males de la sociedad» antes, incluso, de estar aprobado y ha criticado a Pisarello por confundir la institución con el partido.
La declaración en contra del TTIP muestra el apoyo de Barcelona a todas las iniciativas dirigidas a mantener el carácter público de la sanidad o la educación. Además, también pide que sean declarados bienes públicos no susceptibles de negociación de ningún tratado de inversión ni de transacción mercantil de los servicios educativos, sanitarios, sociales, de pensiones, suministro de agua y energías. Barcelona solicitará, además, la derogación inmediata con carácter retroactivo de la Ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local, la llamada Ley Montoro.
Críticas de la oposición por «la falta de diálogo»
La moratoria de licencias hoteleras y los Juegos Olímpicos de Invierno también han servido de munición para la oposición. Especialmente para CiU, Ciutadans y PP, que han censurado los más de 100 días de gobierno de Colau. Un plenario complejo, con muchos frentes, en el que estos grupos le han exigido a Colau que, en una situación de tanta minoría, «le falta diálogo».
CiU le ha reprochado «populismo» a la alcaldesa y ha puesto el ejemplo como ejemplo la cancelación del hotel del Deutsche Bank. «Usted no hará un hotel de lujo, hará pisos de lujo dejándose 300 puestos de trabajo por el camino». El top manta ha sido el pretexto de que le ha servido a Ciudadanos para reprocharle a Colau una supuesta falta de apoyo al comercio de proximidad, mientras que los populares han tenido que rescatar Can Vías para vincular el gobierno de BComú con «los violentos».
El equipo de Barcelona en Comú ha acusado al PP de hacer «teatro y seguir la campaña dentro del hemiciclo» y ha desgranado, mediante Pisarello, todas las medidas del gobierno desde que tomó posesión del cargo. De hecho, el PP había introducido en el orden del día el balance de gobierno, un debate que ha servido a Fernández Díaz para cargar contra Colau y su equipo, tildándolos de «bolivarianos». Un adjetivo que ha ofendido al concejal de la CUP, Josep Garganté, que le ha recordado a Fernández Díaz: «Eh, Alberto: los bolivarianos somos nosotros».
De la PAH hasta Companys, pasando por el adiós de Antoni Vives
El plenario ha tenido varios momentos emotivos. Un ejemplo ha sido la declaración institucional que pide una nueva ley estatal que regule el derecho a la vivienda. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que esta mañana se había reunido con la alcaldesa, y los líderes de los otros cuatro partidos que han suscrito la declaración: CiU, PSC, ERC y la CUP.
También ha sido el día de la despedida del concejal Antoni Vives, que dejará la vida política después de haber sido uno de los máximos representantes del modelo de ciudad de CiU. Vives ha tenido palabras de agradecimiento para Xavier Trias y su grupo municipal y ha dicho: «Os hago un encargo, pensad en Barcelona en clave de capital de un país libre».
Antes de poner el punto y final al plenario, ERC ha leído la última declaración institucional, que insta a iniciar las actuaciones jurídicas y políticas pertinentes para anular la sentencia del juicio al presidente de la Generalitat Lluís Companys. Barcelona en Comú, CiU, ERC, PSC y la CUP han firmado el texto.
El plenario de este viernes, donde también se han aprobado medidas en contra de la LGTBfobia, ha servido también para acercar el equipo de gobierno y la CUP, que a pesar de las críticas a la «burocracia» del consistorio, ha tenido posiciones muy similares en materia turística y derechos sociales. Del orden del día ha saltado, finalmente, la votación de la modificación de los presupuestos, que se celebrará a finales de mes y que servirá para constatar si la mejora de las relaciones con los socios, ERC y PSC, se confirma. En las últimas semanas, primero debido a la votación de la AMI, y luego en la guerra de banderas, había habido tensiones entre republicanos y el equipo de Barcelona en Comú.