Anna ha participado muchos años en el campo de la paz y la no-violencia, en la coordinación de una comisión sobre estos temas para la Región Europea de la Internacional Humanista (en la reunión inicial en 2003 en Praga y la presentación del informe final en 2004 en Budapest) continuando luego este trabajo en los foros de Lisboa (2006) y de Milán (2008). En 2009 participó en el equipo coordinador de la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia y es miembro de Mundo sin Guerras y sin Violencia, un organismo humanista internacional,
Usted ha seguido de cerca el estallido de la crisis de la deuda pública griega desde el principio y tuvo la oportunidad de visitar Grecia en diferentes ocasiones. ¿Cuál es su impresión de cómo el pueblo de Grecia ha vivido el desarrollo de esta situación?
Percibí una gran esperanza con la victoria de Syriza en enero y las posteriores disposiciones anti-austeridad tomadas por Tsipras y Varoufakis. La posibilidad de poder, por fin, protestar sin ser atacados con gases lacrimógenos por la policía, fue también algo positivo que noté en los primeros meses de este año.
¿Cómo presentan los medios de comunicación italianos el esfuerzo iniciado en febrero hasta el referéndum sobre la crisis de la deuda pública griega, teniendo en cuenta que es una deuda privada que fue trasladada a la población en general?
La posición general fue una repetición del mantra Troika: usted tiene que pagar la deuda y respetar sus obligaciones como miembro de la Unión Europea. Usted recibió una gran cantidad de dinero y ahora tiene que devolverlo. La posible Grexit sería una catástrofe para Grecia y un peligro para Europa. Hubo en particular una fuerte campaña contra Varoufakis, como ministro irresponsable y poco fiable que hizo propuestas absurdas. En ocasiones, hubo también algunas débiles voces que defendían la posición del gobierno, admitiendo que los años de austeridad no habían dado resultado, generando, en cambio, una terrible pobreza en el país.
¿Cuál es la impresión general en este momento en Italia en relación con la forma en que las instituciones europeas se refirieron al resultado del referéndum del 5 de julio? ¿Cuál es su impresión personal sobre el tema?
Los principales medios de comunicación se mostraron satisfechos de que Tsipras finalmente haya «visto la luz» y aceptado sus obligaciones hacia Europa, evitando la pesadilla de una salida del euro. Por otro lado, muchas personas que estaban felices por el ejemplo de coraje y dignidad dada por el pueblo griego con la victoria de la campaña del No en el referéndum, se sintieron decepcionadas y confundidas. Para mí fue un gran shock; tal vez yo estaba siendo ingenua. No me imaginaba la brutalidad que las instituciones europeas estaban dispuestas a emplear para destruir el peligroso ejemplo que representa un país que se rebeló contra la austeridad.
¿Cómo se explica el hecho de que en las elecciones griegas de septiembre y en las recientes elecciones en Portugal, el porcentaje de abstención haya alcanzado e incluso superado el 45% de la población?
Me imagino que la población está frustrada y siente que su voto es inútil, ya que sus aspiraciones son siempre traicionadas por políticos que no la representan.
No tenemos información aquí en Italia. La única noticia son las declaraciones de Renzi. ¿Hay algo en marcha en relación a los movimientos sociales? ¿Podría Europa esperar algo de la situación política en Italia, como por ejemplo lo espera de España en las próximas elecciones?
El gobierno de Renzi es el típico gobierno neoliberal que pretende ser de izquierda y recorta la educación y la salud, pero nunca reduce el gasto militar. Los movimientos más interesantes son los que defienden el agua como un derecho humano y la coalición de asociaciones y partidos que se oponen al TTIP, pero en general, no veo nada aquí que pueda compararse con los Indignados españoles o Podemos.
Una de las cosas que hará hasta su venida a Atenas y Heraklion será dar un discurso abierto titulado «Para iluminar la oscuridad». ¿De qué manera cree usted que se podría hoy intentar iluminar la oscuridad y encontrar la forma de salir de ella?
En primer lugar, creo que nadie puede hacer nada solo. La salida vendrá de la base social y todo lo que ayude a la gente a unirse, a tener fuerza y esperanza es útil. También creo que la situación griega mostró con terrible claridad el papel de los medios de comunicación en la manipulación de la realidad y el lanzamiento de campañas terroristas para asustar a la gente y defender los intereses de los poderosos. Es cierto, este es un momento oscuro, pero también hay muchas luces, grandes y pequeñas, que iluminan: respuestas auto-organizadas a los problemas concretos sobre los derechos humanos básicos (salud, educación, vivienda, empleo, etc.), las acciones de solidaridad con los refugiados, las manifestaciones y protestas en todo el mundo, nuevos puntos de vista sobre la economía y la política. En este sentido, una agencia de prensa independiente como Pressenza, especializada en noticias sobre la paz, la no-violencia, la no-discriminación y los derechos humanos, tiene un papel muy importante que jugar, dando espacio a todos los puntos de vista y experiencias que «iluminan la oscuridad» y ayudando a crear una red entre ellos.
Anna Polo visitará Grecia en los próximos días y entre otras cosas, dará un discurso abierto en Atenas (21 de octubre) y otra en Heraklion – Creta (23 de octubre) con el título: «Para iluminar la oscuridad».