Ahora Madrid apoya medidas de coeducación en las escuelas para fomentar la prevención desde edades tempranas. El aumento de las situaciones de violencia entre adolescentes nos tiene que servir de termómetro para comprobar que los avances en derechos de las mujeres no suponen necesariamente un avance en erradicación de machismo en la sociedad. Todavía hoy hay demasiada tolerancia hacia el machismo: la brecha salarial en España está por encima de la media europea, las mujeres son constantemente cuestionadas en cuanto se sitúan como víctimas de una agresión sexual, maltrato o acoso, el control sobre el cuerpo, la forma de vestir, amistades, conversaciones telefónicas por parte de parejas, el acoso callejero, las agresiones sexuales en las fiestas populares, la indefensión en ámbitos judiciales y un largo etc. en el que la violencia se expresa en múltiples facetas y en demasiados casos, uno ya sería mucho, en el asesinato de la mujer.
Los colectivos feministas llevan años reivindicando leyes que visibilicen la violencia ejercida contra las mujeres en el ámbito de la pareja. Pero no olvidemos que esa violencia también afecta a los hijos e hijas, madres, suegras y amigas, como estamos viendo en los casos en los que también se ha asesinado a quien ha querido ayudar o en los que se ha asesinado al menor como forma de agredir a la mujer. Además de los casos que, no habiendo relación de pareja, no se consideran como tales, como es el caso de los asesinatos de trabajadoras sexuales, que no están contemplados como violencia machista en la actual Ley.
Falta voluntad política en el actual gobierno para el desarrollo completo de la Ley, pero también una ampliación del concepto de violencia machista que visibilice la violencia estructural en la que viven las mujeres.
El próximo 7 de Noviembre esperamos que la sociedad en su conjunto camine en contra del machismo y sus violencias.