La avalancha masiva de refugiados hacia Europa proviene de países en los que se produjeron actuaciones sostenidas de extrema violencia promovida por EEUU y sus aliados, entre los que se encuentra la UE; tales como Libia, Siria, Irak, Afganistán, Somalia, Eritrea, Nigeria etc. (1)
Pero la pregunta que muchos se hacen es si la afluencia migratoria simplemente se desbordó por sí misma como efecto boomerang de la política exterior europea o bien está siendo además promovida sirviéndose de complejas redes de tráfico de personas.
Suponiendo que se tratara de algo planificado, “el plan” se comportaría como un virus, con características mutantes y regenerativas. Así lo nuevo sería sembrar el virus en Europa y en otras regiones del planeta, no necesariamente de modo controlado, sino de modo azaroso y multiplicativo, que es el mejor modo para la propagación de conflictos al servicio de la industria bélica.
Para muchos analistas geopolíticos, a partir de 2011 se produce un punto de inflexión en la estrategia de las invasiones. De lo que se trataba ahora era de lograr la guerra sin bajas de marines, pues el coste político de la campaña de Irak de principios de siglo -con Vietnam en la memoria- resultó ser más pesado de lo esperado. Ellos también tienen su sensibilidad. Cabe señalar que la mayoría de las bajas llevaban por nombre Walter, Felipe o Héctor, cuyas vidas sin el disfraz de marine, no habrían tenido ningún valor en la frontera de Tijuana. Pero lo peor era ver ondear la bandera Yanki a meda asta y los féretros desfilando por los aeropuertos del mundo. Eso era algo insoportable.
Finalmente dieron con una solución mejor que la del emigrante soldado. En el islamismo hallaron al recluta perfecto, cuya vida tenía coste cero para la opinión pública americana. Además estos podían sembrar el terror a su antojo. Quienes por una parte les suministraban recursos técnicos, vehículos, armas, drogas, indumentaria y formación, por la otra, no los reconocían como un ejercito propio. Al neo-gladiador le llamaron: Al-Qaeda, Ejercito Libre, Frente al Nusra, etc.
El siguiente paso fue reconocer un Estado Islámico, con sus correspondientes acepciones EIIL, Daesh, ISIS -les faltó ponerles una embajada- con fronteras flexibles. Su expansión se produjo justamente allí donde anteriormente prosperaba una reluciente calidad de vida, impulsada por una emancipada Banca Islámica con tendencia a la inserción en el continente africano y al encuentro con China y, lo peor, con independencia del patrón dólar en las transacciones.
Haciendo un pequeño paréntesis: (no es que Sadam Husein, Ben Alí o Gadafi fueran el sumun de la perfección, pero al menos habían hallado formulas de gobierno complejas y equilibradas en un amplio mosaico étnico, capaces de generar riqueza y empleo, incluso mucho más allá de sus fronteras. En cuanto a la “deficiencia democrática” cacareada por parte de “progres quintacolumnistas” y“militantes de siglas rancias” resultó ser un enunciado idéntico al de los colonos de todos los tiempos cuando, recién aterrizados en otras latitudes, esgrimieron consideraciones insustanciales en escenarios culturales que les eran desconocidos -para terminar arrasando con todo, como sabemos).
En Europa las versiones de la primaveras árabes fueron las revoluciones de colores (2), con el ejemplo mas reciente de 2014 y todavía latente de la Plaza Maidan. Pero el fenómeno neo-nazi es distinto del fenómeno islamista y, aunque viene siendo instrumentalizado por CIA desde hace 30 años, no está resultando. La principal diferencia es que el neonacismo no se sustenta en un fanatismo religioso, y por tanto sus seguidores no tienen la misma posición ante la posibilidad de perder su propia vida. En segundo lugar, toda célula clandestina es detectada de inmediato por la policía europea altamente tecnificada.
De otra parte, la UE se mantiene compacta, y por más servil que sea con EEUU e Israel difícilmente va a llegar al extremo de Arabia Saudí o Emiratos Árabes. Alemania y Francia no parecen dispuestas a aceptar en casa lo que han apoyado afuera y, un ejemplo claro lo tenemos en el acuerdo de Minsk de 2015, que llevó a detener, de manera considerable, el conflicto en Ucrania en la zona limítrofe rusa.
Entonces, respecto al plan, la cuestión puede pasar por sembrar un numeroso ejercito islamista en Europa; el nacismo no da. A los efectos, Francia en particular está siendo puesta a prueba a través de atentados-show: Charlie Hebdo, Saint-Quentin-Fallavier o aviones “alemanes” que se desploman repentinamente en los Alpes franceses.
Varios gobiernos europeos ya han manifestado su rechazo a aceptar emigrantes musulmanes. Hungría, Eslovenia, Polonia han dicho que sólo aceptarían cristianos.
Lamentablemente ningún país ha enunciado un pronunciamiento para detener los conflictos promovidos por occidente en los países de origen de la marea migratoria, así como reparar los daños causados, de modo que los inmigrantes puedan regresar a sus casas y los que están por venir no deseen abandonarlas. Solución sencilla, segura y económica pero que implica la desobediencia a la estrategia imperialista de Washington en Oriente Medio y África y aquí en Europa.
No tenemos una respuesta clara a todas las cuestiones, pero a estas alturas no esperamos un guión muy bueno por parte del establishment servil. Difícilmente nos van a sorprender, pues hace tiempo que millones de personas en todo el mundo somos plenamente conscientes de su actitud. Suponemos que tampoco les importa demasiado, indiferentes al hecho de que cada vez menos gente les cree. Se sienten fuertes manejando las potentes redes de comunicación de medio mundo y en ellas se aplican diariamente decenas de miles de “profesionales” para retorcer la actualidad social a través de sus noticias basura. A su vez, cuentan con opinadores a sueldo y organizaciones subvencionadas para hacer digerible la “fast-mis-information” al gran público.
No obstante, no sólo está por ver lo que puede o no puede soportar Europa en materia de inmigración, también está por ver si se consolidan las nuevas tendencias políticas y si estas llegan para desobedecer al engranaje actual deshumanizado y desquiciado, como único camino posible.
1: Podemos: políticas militaristas de EEUU y UE crearon terrorismo en Oriente Medio