En los últimos días hemos escuchado al presidente Obama, al igual que en un pasado se hiciera al Generalísimo Franco, llamando a la Unidad de España, como si de una casamentera o de una Celestina se tratara.  Y es que la relación entre Cataluña y el Estado español nunca fue una relación nacida del amor, sino mas bien, un matrimonio impuesto por la fuerza y la violencia en la llamada Guerra de Sucesión de 1714, en la cual el pueblo catalán fue derrotado por las tropas de Felipe V y Luis XIV.  Eran tiempos aquellos, en los que surgía un nuevo mundo, el de la democracia representativa frente a las monarquías absolutistas. Cataluña, con su propio Parlamento, sus propias instituciones, su sistema judicial y militar, sus aduanas, fue finalmente vencida, dejando de ser Estado propio para convertirse en consorte, que no amante, del Estado español, un matrimonio perpetuado por la dictadura del Generalísimo Franco, una Cataluña a la que se le prohibió hablar el catalán en las escuelas, en las misas, en el teatro y hasta en los telegramas.

A pesar de todo, el independentismo catalán no fue durante muchos años representado mas que por escasos grupos de personas llamadas en aquel tiempo “radicales”.

¿Quién les iba a decir a esos grupos minoritarios radicales, que durante estos últimos cuatro años, la Diada, el dia nacional de Cataluña, en el que se conmemora la derrota de 1714, quien les iba a decir a ellos, que las calles de la ciudad de Barcelona, se iban a convertir en multitudinarias, festivas y civicas manifestaciones a favor de la independencia?

La ANC, la asamblea nacional catalana, formada por mas de 500 asambleas territoriales, es el motor de la realidad que vive Cataluña en estos momentos. Una gran base social trabaja  codo a codo, por la independencia de la nación, a través de medios democráticos y pacíficos. Son ellos quienes han organizado las movilizaciones mas multitudinarias de la historia de este país y las mas grandes de Europa. Antes las cosas se conseguían por la fuerza, ahora la fuerza está en las calles y está en las urnas.

Diada en Catalunya-1

Movilizaciones ciudadanas como las de la ultima Diada, las del pasado 11 de septiembre, un millón cuatrocientos mil se calcula que fueron los que se manifestaron. Hemos de decir que no todos los manifestantes son independentistas, pero sí el cien por cien de los manifestantes defienden el Derecho a Decidir. Y es que estas elecciones parlamentarias que se celebrarán el próximo domingo dia 27 de septiembre, se han convertido en elecciones plebiscitarias, como consecuencia de la reiterada y permanente negación del Estado español, al derecho a decidir a través de las urnas.

Sucede que al gobierno actual, al Partido Popular, la democracia le viene grande. No en vano el PP, tiene sus orígenes en “Alianza Popular” partido que fue fundado por Manuel Fraga, el que fuera ministro durante la dictadura franquista.

Y sucede que en un matrimonio impuesto por la fuerza, uno de los dos es súbdito del otro. Y pudiera ser que durante muchos años al súbdito se le dieran concesiones suficientes como para que aceptase de buen grado mantenerse dentro de la relación.

La Constitución de 1978 recogió el derecho de autonomía de las nacionalidades y regiones que forman el Estado, dando respuesta asi a un problema que se repite a lo largo de la historia de este país, esto es,  las diferentes identidades con las que se ha construido la unidad de España. De este modo se aprueban los Estatutos de Cataluña, habiendo sido refrendados por sus ciudadanos.

Con la llegada del  PP al Gobierno, en el 2011, no solo llegaron los recortes sociales, llegaron también los frenos y las limitaciones a la autogestión y la financiación de las Autonomias, dificultando cada vez mas la gobernabilidad en Cataluña.

En Julio del 2010 se produce un giro de grado mayor,  el Tribunal Constitucional hace pública la sentencia del Estatuto de Cataluña: «La Constitución no conoce otra que la nación española» «Un Estatuto no puede fijar el rango de las normas del Estado», señala el alto tribunal.- Y abre la puerta a cuestionar el modelo lingüístico en la enseñanza.- El «deber de conocer el catalán» tiene un alcance limitado. Es asi como la Constitución Española en ese momento, deja de reconocer derecho alguno como pueblo, a Cataluña.

Cabe decir que la Constitución Española, en la que se sustenta el gobierno, se hizo hace mas de cuarenta años, por aquellas personas que estuvieron en el poder durante el franquismo y continuaron estando después, durante la transición, las mismas que colaboraron con la dictadura, bajo la sombra de este poder y bajo la sombra del ejercito.

Sucede que fuera de Cataluña, se percibe a esta, no como sujeto político, sino como una parte de un ente mayor que es España. Sin embargo en Cataluña, una gran mayoría de ciudadanos no se siente una “parte” sino que se siente un “todo”. Esta es una verdad difícil de digerir fuera de Cataluña.

Hasta la llegada de la Ley de Divorcio, aprobada en 1932 durante la II Republica española, el matrimonio solo se podía disolver por muerte de uno de los conyugues.  En el debate previo, ya el canónigo y diputado Ricardo Gómez Roji se oponia al divorcio, “en nombre de la familia y del bien de las mujeres, porque el matrimonio es «sagrado» y por tanto indisoluble -decia-  el divorcio es «un barreno que hará saltar a la familia»; «el matrimonio es una institución de sacrificio, una cruz inevitable, es un sacrificio que santifica».

Afortunadamente, no estamos en 1932, en la actualidad el matrimonio se fundamenta en la igualdad de derechos para uno y otro sexo, y puede disolverse por mutuo disenso o a petición de cualquiera de los dos.

Hay quienes opinan que la independencia de Cataluña debiera ser decidida por el conjunto de los españoles. Sería como decirle a una mujer que se quiere separar que  con la decisión de ella no basta, que es necesario juntar a toda la familia, a los padres, a los hermanos, a los tios, a los abuelos, a los sobrinos, juntarlos a todos, para que entre todos decidan si ella se puede separar de su marido.

En los últimos meses, y a medida que se van acercando las elecciones al Parlamento de Cataluña, el gobierno del PP sistemáticamente y de forma cada vez mas contundente, golpea las expectativas independentistas del pueblo catalán. A los graves recortes sociales, se suman los recortes a las libertades democráticas, entre ellas la ley mordaza que niega el derecho de manifestación, poniendo en jaque el Estado de Derecho. En los últimos días el gobierno del PP llega aun mas lejos, obligando al Tribunal Constitucional mediante una Reforma de Ley Exprés, a que esté se implique directamente, de forma que pueda inhabilitar a cualquier político que desobedezca las leyes constitucionales.

Faltando una semana tan solo para las elecciones ya hemos podido escuchar las manifestaciones expresadas por Merkel a favor de la Unidad de España, de la posibilidad de que Cataluña quede fuera del euro, manifestaciones de la Banca sembrando el temor acerca de un posible “corralito”. O desde el ministerio de economía, poniendo en duda el pago de las pensiones, en caso de llevarse a cabo la Independencia.

Lo que la Merkel y el FMI no saben es que para muchos, el independentismo se ha convertido ya, en una cuestión de dignidad.

“-Señor, ladran. – Tranquilo, Sancho, es señal que cabalgamos”

 

Antonia Utrera

Redacción Barcelona