La política en el Reino Unido se ha volcado esta semana hacia quien venciera en la elección como líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn de 66 años de edad. Después de haber tenido un apoyo inferior al 10% por parte de los demás miembros laboristas del Parlamento cuando se cerraba el período para inscribir las candidaturas, logró sólo a último minuto llegar a las 35 nominaciones requeridas para participar en las elecciones, gracias a que los diputados que no lo apoyaban fueron persuadidos en consentir a su candidatura con el fin de garantizar una voz desde la izquierda, lo que le permitiría, al menos, ser escuchado durante la campaña electoral. Esto, según la teoría, permitiría al electorado una vez más humillar a la izquierda y asegurar su silencio por unos cuantos años más. La teoría sostenía que el Partido Laborista había perdido las elecciones porque no estaba lo suficientemente cerca de la derecha, y así los otros tres candidatos con suficientes nominaciones estaban tan cerca uno del otro en términos de política, que era difícil diferenciar entre ellos o entre lo que los conservadores del gobierno proponen.
Corbyn no llegó como una brisa de cambio ni tampoco como un viento de cambio, era un huracán de cambio. De repente, todas estas políticas ‘utópicas’ que son ridiculizadas por los medios de comunicación del Reino Unido, como las de Grecia con Syriza y de España con Podemos, se estaban discutiendo en una campaña electoral en Gran Bretaña y para gran sorpresa de todos, incluyendo a Corbyn y su equipo, la gente, sobre todo la gente joven estaba sedienta de dichas propuestas.
Para participar en la elección uno tenía que ser un miembro al día en sus pagos en el partido, estar registrado en algún sindicato, o estar afiliado. Un afiliado podía sumarse durante la misma campaña mediante el pago de una cuota de £ 3, y en la medida en que las políticas de Corbyn comenzaron a ser escuchadas o leídas, las afiliaciones empezaron a llegar en decenas de miles. La lista de votantes llegó a 554.272, más que duplicando el número que había al principio de la campaña, y esto fue luego que muchas afiliaciones fueran rechazadas por la Directiva Laborista porque se sospechaba que podía ser gente de otros partidos mal intencionadamente tratando de influir en el resultado.
Después de semanas de campaña en las que Corbyn habló ante decenas de miles de personas en todo el país, y a pesar de los mejores esfuerzos del ex líder y primer ministro, Tony Blair, que dijo en tono ofensivo y en última instancia contra-producente que aquellos que sentían que sus corazones coincidían con Jeremy Corbyn necesitaban un trasplante de corazón, mientras los medios de comunicación de todos los sectores trataron de etiquetar a Corbyn como terrorista y antisemita, se impuso con un sorprendente 59,5% de los votos: más del 80% de los miembros afiliados y casi el 50% de los miembros de pleno derecho.
El mandato fue enorme y mucho mayor de lo que nadie esperaba. Durante la campaña, los de la derecha del Partido Laborista estuvieron, incluso entonces, planeando qué hacer para desestabilizar el liderazgo de Corbyn y forzar una reelección rápida. De repente, y con tamaña victoria, quedó claro que estaban desconectados de la voluntad de la mayoría de los miembros del partido. Todos los rumores sobre manejos internos tuvieron que ser olvidados. Por ahora.
Los medios de comunicación, sin embargo, y el Partido Conservador de David Cameron no tiene esas restricciones. Se sintieron totalmente libres para comenzar el ataque y con urgencia de hacerlo.
En cuestión de horas Cameron estaba twitteando «El Laborismo es ahora un peligro para nuestra seguridad nacional, nuestra seguridad económica y la seguridad de su familia!» liderando a un ingenioso partidario de Corbyn que tweeteó de vuelta, «¡OH NO! ¿QUÉ PASARÁ CON MI GATO? ¿VA A ESTAR BIEN MI GATO? «
Los medios de comunicación centraron su atención en las dificultades de Corbyn para nombrar a los miembros de su gabinete en la sombra, dado que muchos parlamentarios laboristas se negaron a trabajar con él, así como en cuestiones de género y el canto del himno nacional. A pesar de que nombró a 16 mujeres y 15 hombres en su equipo, Corbyn fue denunciado como sexista por no darle a una mujer la tarea de Ministro del Interior en la Sombra, Ministro de Asuntos Exteriores o Ministro de Hacienda, que los medios consideran como los «cargos más altos«. El equipo de Corbyn señaló que para Jeremy los cargos más importantes son Salud y Educación y ambos habían ido a las mujeres.
Esto fue seguido por un ataque personal contra Corbyn por no cantar el himno nacional en un evento con motivo de la Segunda Guerra Mundial. El Reino Unido se está convirtiendo cada vez más en un estado fascista, donde si no pones una bandera en tu ventana ni tienes una imagen de la Reina colgada a la pared, de alguna manera pasas a ser anti-británico. Corbyn es un republicano. Él no cree en la Monarquía. ¿Por qué tendría que hacerlo? Pero en el Reino Unido todavía estamos peleando la Segunda Guerra Mundial. Todavía estamos luchando por el rey y por el país. Cualquier desacuerdo con lo establecido es traición a la patria y los medios de comunicación actúan como juez y parte.
Corbyn es un socialista. Cree que los seres humanos son más importantes que el dinero. Él cree que el trabajo es el verdadero creador de la riqueza y que el capital debe estar al servicio del trabajo, no a la inversa. La monarquía es un anatema para él.
Los siguientes ataques se refirieron a su política respecto de la Unión Europea. Las grandes empresas y sus títeres que son los medios de comunicación, están desesperados con que Gran Bretaña permanezca en Europa, siempre y cuando se eliminen todos los derechos sociales. Su hombre, Cameron, está en una campaña para renegociar la posición de Gran Bretaña en Europa, tratando de deshacer la mayor cantidad de leyes referidas a Derechos Humanos y de Empleo posibles. La derecha de los Laboristas considera que hay que permanecer en Europa a toda costa, sin importar las condiciones.
Los medios exigen que Corbyn defina su posición ahora. Sin embargo, nadie conoce los resultados de las negociaciones de Cameron, nadie sabe cómo o cuándo el acuerdo TTIP – negociado en secreto a espaldas de la gente – se llevará a cabo ni qué va a contener. Corbyn, con bastante sensatez quiere esperar y ver cuál es el acuerdo. Sin embargo, esta posición es atacada. Pero, ¿quién iba a expresar su posición antes de conocer bien los acuerdos? Se ha visto obligado a emitir una declaración provisoria que dice que «Él no puede imaginar circunstancias en las que pudiera hacer campaña para que el Reino Unido salga de la UE.» Que es una declaración que le da la posibilidad de cambiar de opinión más tarde.
El estilo de Corbyn es amable y genuino. Él no habla superficialmente y habla desde sus principios. Esto es algo nuevo en la política actual. Durante décadas, la política en el Reino Unido se ha estado moviendo más y más hacia la derecha. Primero bajo Margaret Thatcher y John Major, luego con Tony Blair y Gordon Brown, y más recientemente bajo David Cameron. En estos años la riqueza se ha concentrado cada vez más en menos manos. La brecha entre ricos y pobres se ha ampliado, las industrias y los servicios nacionales han sido vendidos a bajo costo y se ha producido la privatización continua de los servicios públicos.
Corbyn quiere poner fin a esto. Pero no sólo Corbyn, más de un cuarto de millón de votantes laboristas quieren esto. Desde que se anunciaron los resultados, más de 30.000 personas se han afiliado como miembros plenos al partido. Se han sumado nuevos activistas, están regresando los que se fueron y se pasaron a otros partidos por la traición de la guerra de Irak. Se está creando un movimiento de base social que, se espera, será más horizontal y menos jerárquico que la estructura actual. Corbyn mismo demostró esto en su primer turno de preguntas semanal en el Parlamento, donde puede hacer preguntas directamente al Primer Ministro sobre la política del gobierno. Todas las preguntas que hizo venían de los miembros del público.
En los años de Tony Blair, se eliminó la democracia entre los miembros del Partido Laborista y sus candidatos a las elecciones fueron seleccionados centralmente para que únicamente los partidarios de Blair pudieran convertirse en parlamentarios. Muy pocos de izquierda sobrevivieron a este proceso. Corbyn es uno de los pocos que quedan, y por eso es que tuvo tantas dificultades para ser candidato en esta ocasión. La mayoría de los diputados del Partido Laborista ahora se encuentran totalmente desconectados de los miembros del partido. Va a ser un momento difícil para ellos, incluso algunos ya hablan de irse al Partido Conservador, que refleja ahora más claramente sus políticas.
Corbyn tiene casi 5 años antes de las próximas elecciones generales, pero hay elecciones locales y regionales cada año y de cuando en cuando. Cada una de ellas dará al partido oportunidad para crecer y desarrollarse, si continúa la construcción de un movimiento social en el que se garantice la comunicación directa de los activistas con los votantes, contrarrestando la desinformación de los medios de comunicación.
¿Puede este hombre que ya se acerca a sus años de jubilación llevar a su partido y al país a un renacimiento muy necesario basado en la equidad y los principios? ¿Puede la opción política por una economía de austeridad darse vuelta de modo que los servicios públicos se puedan reconstruir y la pobreza se pueda erradicar? ¿Puede la fuerza, la sabiduría y la bondad derrotar a la grosería, la codicia y la estupidez?
Todos nosotros, con aspiraciones humanistas para el mundo, estaremos apoyándolo y con una esperanza que va más allá de la esperanza, de que la respuesta a todas estas preguntas sea que sí.