El domingo pasado, 20 de octubre, tuvo lugar en la Plaza de Callao de Madrid, el cierre de la Semana Europea de la Renta Básica Universal, Incondicional e Individual.
Fue una jornada, en la que representantes de asociaciones, partidos pequeños, colectivos varios y personas que se paraban y tomaban el micrófono, explicaron su posición a favor de esta medida política que supone un cambio de paradigma en las cabezas de las personas y, por supuesto, en la dirección de las decisiones de quienes detectan el poder político.
No hay punto medio: o los políticos están interesados en el bienestar y la liberación de toda la población o apoyan las diferencias cada vez más escandolas entre unos pocos cada día más ricos y una inmensa mayoría de población cada vez con menos recursos. Es ésta la posición que están manteniendo quienes nos gobiernan, mirando hacia otro lado cuando millones de personas están pasando miseria en nuestro país, consecuencia de su apoyo incondicional a la banca y los poderes financieros. Pero también son otros partidos, que no ostentan el poder, los que no ven con buenos ojos esta posible medida política.
La posición ante la RBU habla del cuestionamiento o la defensa de este sistema violento e inhumano de los distintos partidos. Ha llegado el momento de definirse y dejar las justificaciones a un lado. Todos los argumentos que se estan oyendo responden a otros intereses que no son las personas.
