Parque del Desierto, Chile, 30 de junio 2015
Querido Santo Padre,
Hace unos meses le enviamos una carta comentándole nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Como dijimos entonces, somos un grupo de Maestros que sigue la enseñanza de Silo, que intentan profundizar la experiencia de lo sagrado y lo profundo, tratando de llevar ese mensaje a todos los rincones del planeta.
Desde nuestro lugar de pedido y reflexión, el Parque de Estudio y Reflexión del Desierto del Tamarugal, pedimos de todo corazón y con mucha fuerza para que los cambios que su persona impulsa lleguen a la gente buena y allanen el camino a la Paz y a la Tolerancia, tan necesitadas hoy en día.
Aprovechando su visita cerca de nuestro lugar de meditación, quisiéramos dirigirnos a su conciencia aportando una pequeña reflexión a vuestra importante tarea: «Ningún cambio de fondo es posible sin el cambio interno de los que intentan llevarlo a cabo».
Aún más, si el cambio que se persigue es de cierta importancia, debería ser simultáneo con un cambio profundo y decisivo de la propia vida de los que lo impulsan. Ese cambio inicia con la experiencia de lo Sagrado y un Camino de acción cotidiana.
Ese cambio, para tener sentido trascendente, necesitará una conducta coherente con eso, «tratando a los demás seres humanos como uno quiere ser tratado», Regla de Oro que nuestro maestro Silo nos enseñó a practicar sin escatimar esfuerzo y que es el principio de conducta universal por excelencia.
Oraremos por usted y que lo sagrado lo guíe e ilumine en sus acciones. Con mucho gusto quisiéramos encontrar el momento y lugar más adecuado para intercambiar estas ideas y sentimientos.
¡Paz en el corazón, luz en el entendimiento!
Maestros del Parque del Desierto