Por Marcela Belchior.-
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, renunció al cargo este miércoles 2 de septiembre, después de haber sido destituido de su inmunidad jurídica. Un día antes, la Justicia emitió una orden de detención contra el mandatario, para que responda judicialmente por acusaciones de tres delitos de corrupción, que debilitaron a su gobierno meses antes de las elecciones del país, agendadas para el próximo domingo 6 de septiembre, en primera vuelta.
El Congreso aprobó la destitución de la inmunidad del presidente por unanimidad de los 132 diputados presentes en la sesión. Según el portavoz presidencial, Jorge Ortega, la carta de renuncia fue firmada a las 19 horas (horario local) del martes, 1º, en la capital Ciudad de Guatemala, y enviada al Legislativo. «Es una decisión personal, para mantener la institucionalidad y enfrentar, en forma individual, el caso que se vuelve en su contra”, afirmó Ortega, sobre la renuncia del presidente.
«Desde el inicio de mi carrera profesional y después política, he venido luchando por la democratización, la paz y el bienestar del pueblo de Guatemala. En la situación actual y teniendo por sobre todo el interés del Estado, me corresponde continuar con el debido proceso y por lo tanto presentarme ante la justicia y dirimir mi situación personal, con la convicción de hacer lo correcto, me dirijo a usted y el Honorable Congreso de la República para presentar mi renuncia al cargo de presidente de la República de Guatemala”, escribió Pérez Molina.
«Con los principios y valores en los cuales me he formado, enfrentaré con la conciencia tranquila los procesos que correspondan. Hoy más que nunca, mi compromiso con el pueblo de Guatemala es someterme con toda entereza, mediante el debido proceso, al imperio de la ley y desvirtuar los señalamientos que hoy se me hacen”, complementó. Se espera que el ahora ex-mandatario se presente a la Justicia este jueves 3, con su abogado, César Calderón.
Pérez Molina, general jubilado de 64 años de edad, al asumir el comando del país había prometido hacer «línea dura” contra el crimen organizado. El mandatario comenzó a quedar políticamente aislado en las últimas semanas, mientras miles de personas salían a las calles pidiendo su renuncia, indignadas por los escándalos que afectan a su gobierno. Éstos fueron deflagrados en abril de este año y derribaron al mes siguiente a la entonces vicepresidenta, Roxana Baldetti.
El mandato de Pérez Molina, que se inició en 2012, debería concluir en enero de 2016, cuando pasaría el comando del país al presidente electo en las elecciones del próximo domingo. La segunda vuelta está agendada para el 25 de octubre. En el proceso, la población debe elegir al nuevo presidente, vicepresidente, 338 alcaldes, 158 diputados y 20 representantes del Parlamento Centroamericano, en una elección caracterizada por la crisis política, con fuerte reacción popular.
Durante este 03 de septiembre, el Congreso va a reunirse con carácter de urgencia para dar posesión al vicepresidente actual, Alejandro Maldonado, que había asumido el cargo en mayo de este año, cuando cayó Roxana Baldetti, señalada como una de las cabezas de la red de fraudes que involucra a las autoridades del Estado. Ella, conjuntamente con otras 21 personas involucradas en la red delictiva, se encuentra en prisión preventiva.
En protesta, población viste imagen de Pérez Molina como preso y acusa: «Otto ladrón”. Foto: Reproducción. |
Pérez Molina, como militar, ocupó altos cargos durante la guerra civil de Guatemala (1960-1996), período en que el Ejército cometió masacres violentas contra pueblos indígenas. Como presidente del Ejecutivo, es acusado de liderar una poderosa mafia aduanera conjuntamente con Roxana.
Él ha negado las acusaciones y, las últimas semanas, rechazó vehementemente renunciar, incluso con el avance de las investigaciones de la Fiscalía y de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), órgano de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Es señalado como el jefe del fraude denominado «La Línea”, grupo delictivo que cobraba sobornos en la entrada de mercaderías importadas sin pagar impuestos.
Rigobera Menchú destaca despertar de la población
La crisis política del país centroamericano accionó la revuelta de la población y varios sectores de la sociedad guatemalteca, entre ellos empresarios e iglesias. Tres largas e intensas jornadas de una serie de protestas de la población fueron realizadas en los últimos meses. Fue la mayor movilización popular de la historia de Guatemala. El contexto terminó desmovilizando a la población al debate político en torno de las elecciones presidenciales, disputas mayoritarias entre el empresario de oposición Manuel Baldizón y el candidato de la situación, el presentador de televisión Jimmy Morales.
Indagada sobre la movilización popular en torno de la renuncia de los gobernantes, la activista Rigoberta Menchú, indígena guatemalteca del grupo Quiché-Maia y Premio Nobel de la Paz en 1992, afirmó que Guatemala vive hoy un despertar de su población. «Es un despertar consciente pero también es un ejemplo cívico. A mí me impresiona la integración de las marchas, pacíficas y multisectoriales. Este ejemplo tiene que replicarse en todos los tiempos de Guatemala”, dijo.
Rigoberta cuestiona, sin embargo, la legitimidad de las elecciones, que ocurren en sólo tres días en el país. «Las elecciones han perdido su crédito, no tienen legitimidad, [pero] hemos tenido que unirnos en llamar al voto (…), porque no hay alternativa”, afirma. «La elección nos ha puesto una camisa de fuerza: o nos hacemos a un lado y perdemos los que siempre perdemos, o estamos jugando los mismos riesgos adentro de esta camisa de fuerza”.
Rigoberta Menchú llama para que guatemaltecos mantengan movilización social. Foto: Reproducción. |
El guatemalteco Roberto Orellana, representante estudiantil de la Facultad de Agronomía en el Consejo Superior Universitario de la Universidad de San Carlos de Guatemala (única universidad pública del país), relata a Aditalcomo está el clima y las expectativas de la población:
ADITAL – ¿Cómo está el clima en el país? Cómo está la población?
Roberto Orellana – Guatemala es un país muy dividido, entre la población urbana (con mayor acceso a información y servicios) y la población rural (con menor acceso). Asimismo la población urbana está dividida entre capas pobres, medias y ricas económicamente hablando. Así que el clima político depende de eso. Pero en términos generales es de asombro, expectativa, alegría, incertidumbre, una serie de emociones encontradas.
ADITAL – ¿Qué les parece Alejandro Maldonado en la presidencia en los próximos meses?
RO – Es lo que legalmente corresponde, sin embargo, él siempre ha sido representante de la oligarquía, de los sectores más conservadores del país, él ha sido elemento importante incluso para garantizar la impunidad en el país. No es una persona que pueda generar una estabilidad política. Aparte de existir indicios de tener problemas de salud relacionados con la edad, por ejemplo la memoria.