Ubicado en Asia Menor, Armenia es un pequeño país con territorios que le han sido despojados a través de los años, ha padecido de 700 años de dominación extranjera y el primer genocidio del S XX, por manos del gobierno de los jóvenes turcos que pretendió extender el panturquismo (Turquía sólo para los turcos), genocidio que aún no está reconocido por su estado ejecutor. Formó parte de la URSS desde 1921 a 1991 en que declaró su independencia. Un país pequeño ahora en cuanto a superficie pero el primero cristiano del mundo, que cuenta con más de 6000 años de historia y una cultura milenaria que ha sobrevivido a las distintas etapas históricas.
Armenia hoy está siendo noticia por las manifestaciones que están realizando los jóvenes, el pueblo en Yerevan. Esto nos lleva a contactar a un joven argentino que vive allí desde hace algún tiempo para que nos relate un poco sobre lo que sucede en este país. Nos permite contar con una doble mirada: la de ser alguien nacido afuera y también la de estar viviendo allá.
Ari Hadjian, es un joven arquitecto argentino que ha elegido hace cinco años atrás vivir en Armenia.
Conozco a Ari desde pequeñito, hijo de dos personas comprometidas con el tema educativo y la cultura. Su padre, Bedrós Hadjian, fue escritor, editor, mi director en la secundaria y el responsable de que pudiera lograr una beca para reforzar mis estudios de armenio en el Líbano; y su madre Sosi, docente y también con una pluma privilegiada.
Combinamos con Ari un encuentro virtual para conversar yo desde Uruguay el en Armenia, hablar sobre la situación presentada en estos días en Yerevan, capital de ese país.
P: ¿Cuanto tiempo hace que estás viviendo en Armenia y cuál fue el motivo que te llevo a tomar esa decisión?
AH: Hace casi cinco años que vivo aquí. La decisión fue desde hace mucho… Aproveché una oferta de trabajo, vine y me quedé. Desde la infancia soñaba venir.
P: ¿Cuál fue tu primera impresión al llegar a Armenia? ¿Sentías que ese era tu lugar?
AH: Desde el principio lo sentí mi lugar, pero de a poco se te pasa el romanticismo y empezás a notar las grandes diferencias culturales.
P: ¿Qué es lo que más te costó… por decir de alguna manera, sortear o sobrellevar?
AH: La mentalidad conservadora en general, especialmente de las instituciones. La burocracia. Y la corrupción como modo de vida.
P: Ari, ¿has formado familia ahora en Yerevan?
AH: Asi es, estoy casado
P: Bien, y ¿con una joven de Armenia?
AH: No, ella es Armenia de Irán, hace 13 años que vive acá.
P: Se siguen mezclando las culturas, ¿Ha sido difícil para ella también?
AH: No, todo lo contrario. Ella desde el primer momento amó la libertad de acá.
P: Increíbles experiencias. Ahora Ari, pasando a la actualidad, refiriéndonos a los acontecimientos de estos últimos días, ¿cuando crees que comenzó el descontento de la gente? ¿Cuál fue el hecho puntual que hizo estallar las manifestaciones?
AH: El descontento de la gente empezó en los 90. Cuando se hizo alevosa la asquerosa corrupción en el gobierno. Pero las manifestaciones comienzan cuando la empresa de electricidad, en manos de los rusos, quiere aumentarnos el precio 6,93 dram por kw/h… Y sería la 3ra vez en tres años
Y la más cara de la región y de la ex URSS.
P: para entender un poco mejor, ¿De qué forma se adjudicó la explotación de la energía a esa empresa?
AH: En la época de Kocharian, las empresas nacionales de servicios se privatizan y los rusos ganan las licitaciones con privilegios.
P: ¿Te referís al ex presidente Robert Kocharian?
AH: Exacto.
P: Y los sucesivos gobiernos ¿han hecho algo al respecto, referente a tratar de hacer un cambio en esas adjudicaciones?
AH: Jamás! Todo lo contrario, en la época de Kocharian al menos había un giro hacia occidente… Desde que Serzh Sargsyan es presidente, Armenia es una pseudo colonia rusa. Jamás se mencionó nacionalizar las empresas, hasta ahora, que lo hacen muy tibiamente.
P: Volviendo al tema de las manifestaciones, los constantes comentarios sobre Armenia son que se está vaciando, la gente emigra por falta de trabajo, me sorprendió la cantidad de hombres jóvenes en la manifestación.
AH: Sinceramente, a mí también me sorprendió. Pero no quita que sea cierto que se están yendo todos… Y lo peor es que son los cerebros que se van, y no hay forma de detenerlo.
P: En los carteles de los manifestantes había uno que me llamó la atención: «Serge me decís vení a casa y qué haces para qué me quede? «. Hay jóvenes de la diáspora que están pensando en ir como tú a vivir a Armenia, ¿cómo ves el panorama en ese sentido?
AH: No hay nada que me dé más esperanzas que haya una oleada de jóvenes de la diáspora con la idea de radicarse acá. Lo del cartel es relativo, el gobierno es insoportable para cualquiera, sea de la diáspora o local…
P: Días pasados hubo una agresión policial sobre los manifestantes, ¿cómo está la situación ahora?
AH: Después del eco que tuvo esa represión sobre manifestantes pacíficos en los medios internacionales, el desastre del jefe de la policía se hace el tolerante y no hizo más nada.
P: ¿Se puede decir que la manifestación sigue pero en calma?
AH: Se apagó bastante, pero sigue. Por ejemplo hoy ya no fui.
P: ¿Y cuál ha sido la reacción de los medios de comunicación con relación a todos estos hechos?
AH: Muchos y diferentes… los medios armenios, orgullosos, de semejante reacción de la juventud.
P: ¿Y los extranjeros?
AH: Los medios rusos, mintiendo, diciendo que hay un sentimiento anti-ruso en Armenia, llamándolo el Meidan armenio. Meidan es la Plaza en Kiev, donde empezó la guerra civil entre ucranianos y pro-rusos.
P: ¿No hay acaso una división entre pro y anti rusos?
AH: No en este caso. Esta manifestación es netamente contra el aumento.
P: Ari, ¿ves alguna similitud entre estos hechos en Yerevan y lo que está sucediendo en España con el Movimiento Podemos o en Grecia con Tsipras?
AH: No, ojalá. Todavía no está tan politizado esto.
P: ¿Crees que puede ir tomando ese camino de reivindicación de la gente en contra de las estructuras arraigadas?
AH: Totalmente. Este fue sólo el comienzo. El año que viene son las elecciones parlamentarias, ahí se verá el resultado de todo esto.
P: Para finalizar Ari, ¿Cómo ves tú hoy las manifestaciones y sus integrantes, y qué esperas para Armenia en un futuro cercano?
AH: Hoy la manifestación está casi apagada… Pero lo que dejó es inmenso: una juventud interesada en los acontecimientos políticos y sociales, una juventud que ya no agacha la cabeza ante el poder…
Para el futuro espero mucho. Repito, le tengo mucha fé a esta generación activa… basta de diputados ignorantes y corruptos… Mis fichas están puestas en las elecciones parlamentarias de 2016.
P: Ari, quiero agradecerte el tiempo que dedicaste a esta entrevista y la sinceridad y espontaneidad con la que has respondido!
AH: Gracias a vos Ana!