La dirigente social y diputada provincial Milagro Sala disertó en el Foro Nueva Independencia, que organizó el Ministerio de Cultura de la Nación en la Ciudad de Tucumán. Bajo la consigna “Con mujeres tendrás que pelear” junto a Hebe de Bonafini, la senadora Boliviana Máxima Apaza y la periodista y escritora Marta Dillon, desde las distintas experiencias, reflexionaron sobre el rol de la mujer y su empoderamiento.
El Foro, en el que participan destacadas figuras de índole nacional y latinoamericana, se propuso pensar el país y el continente a través de los distintos legados y desafíos “para discutir nuestro lugar en el mundo dominado por la lógica financiera y el neoliberalismo y tender puentes solidarios con los movimientos políticos y sociales que en Europa disputan el sentido común del pensamiento único”.
En ese marco, Milagro Sala, recordó la crisis del 2001, las consecuencias de las políticas neoliberales implementadas por Menem y De la Rúa, el surgimiento de la Tupac Amaru, la llegada de Néstor Kirchner, la apuesta de las organizaciones sociales a la salud, la educación y el trabajo; la construcción de conciencia y dignidad, el lugar de las mujeres en la lucha y la necesidad de seguir apostando al desafío de reconstruir el país.
Por otra parte, y con el resultado del referéndum realizado hace pocas horas en Grecia como telón de fondo implícito, todas las oradoras hablaron sobre las trágicas consecuencias de la aplicación de las políticas neoliberales y la necesidad de construir un camino propio, con solidaridad y en la diversidad.
“Los que pintan canas se acordarán cuando Menem decía que tenemos que ser los mejores alumnos del Fondo Monetario Internacional y De la Rúa aplicaba todas las recetas de los organismos internacionales. Teníamos desocupación, éramos los primeros en Argentina en desnutrición infantil, en deserción escolar, en desocupación. No teníamos nada. Jujuy era una provincia que cada vez estaba peor”, recordó Sala. En ese entonces surgió la Tupac Amaru. “Decidimos buscar al compañero que estaba tomando en la esquina, buscar al papá que estaba desesperado, el que no tenía trabajo, a los compañeros que constantemente nos estaban tocando la puerta y nos decían “¿Ahora qué hacemos?”.
Y en ese contexto, Sala reflexionó sobre el rol que ocupó la mujer en la lucha. “Normalmente los que llevaban las gomas para quemar eran los muchachos. En este caso éramos nosotras las mujeres las que tirábamos las bombas de estruendo. Sabíamos que el desafío era grande y, como dice el hermano Evo Morales, lo único que queríamos era el buen vivir, vivir un poquito mejor”.
“Nosotros teníamos copas de leche donde vendíamos empanadas, hacíamos pizza, bollos, vendíamos eso y recuperábamos algo para armar un comedor o para comprar un par de zapatillas o comprar medicamento para algún compañero jubilado. Los jubilados, cuando iban al PAMI, no tenían nada de nada. Lo único que nos quedaba era organizarnos. Decidimos no competir con el Estado, sino trabajar para que nuestros compañeros estén un poco mejor”, dijo la diputada provincial por el Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular.
En ese entonces, y después de muchas gestiones por parte del recientemente asumido gobierno de Néstor Kirchner, en asamblea los compañeros decidieron tener una reunión con el Presidente. “Nos fuimos a Olivos. Hablamos con Néstor y él me dice: “¿Cómo andas?” A mí me temblaba todo porque quién iba a imaginar que esta negrita iba a estar en Olivos con el Presidente de la Nación”, recordó Sala entre risas. “Nos sentamos a hablar: “Me comentaron cómo es tu organización. Yo sé que no quieres saber nada con los políticos”, me dijo Néstor. Y me preguntó: “¿Vos me votaste?” Le dije: “¡No!”. Me miraba y se reía: “Yo te entiendo porque el sentir tuyo es el sentir de miles de argentinos desilusionados de la política” y me preguntó qué necesitaba”.
“En esa reunión inicial con Néstor Kirchner “él me dijo que no pensaba darnos ni planes Trabajar ni bolsones de mercadería. Que él nos iba a dar para que construyéramos casas y para que, como organización social comenzáramos a fortalecer a los que menos tienen”.
Así comenzaron con la construcción de viviendas. “De todos los que estábamos entonces, el 80 por ciento éramos mujeres y cuando comenzamos a ver quién iba a trabajar eran todos varones. Un grupo de mujeres me dijo: “Milagro, nosotros también tenemos necesidad de trabajar”. Y los hombres fueron muy solidarios con las mujeres. Nos enseñaron cómo se trabaja con la plomería, con la electricidad, a trabajar con el fratacho. Así, poco a poco, las compañeras comenzaron a aprender. Hoy nos podemos dar el lujo de decir que tenemos miles de compañeras que están trabajando, algunas en empresas privadas”, aseguró.
Luego, relató las primeras experiencias en educación, cuando tuvieron que concientizar a los compañeros de la importancia de terminar sus estudios. “Decíamos que la organización tenía que ser un espacio para crecer. Hoy tenemos más de siete mil alumnos que terminaron la primaria, la secundaria y el terciario”.
“Las mujeres somos las que llevamos normalmente la rienda y hoy, en esta época, quien nos gobierna es una mujer y una mujer que nos ha dignificado a los argentinos. Nosotros hoy tenemos siete fábricas y el 80 % las dirigen mujeres”, expresó Sala.
Y para finalizar, señaló: “Vengo de los pueblos originarios y a mi me han enseñado los abuelos de que el hombre no tiene que caminar solo, que tiene que ser la dualidad: el hombre y la mujer. Y así se levanta un país, como lo hicieron Néstor y Cristina. Y cuando se trabaja así, sí se puede”.
Fuente: Prensa Tupac Amaru