Por Marcela Latorre*
El barrio alto de Santiago convocó a un cacerolazo para llamar la atención del gobierno, el grupo “Queremos Vivir en Paz” organizó la propuesta para que, según ellos, se le dé una solución definitiva a los robos en las comunas del sector oriente de la capital.
La Diputada de la UDI, María José Hoffmann, señaló que es un conflicto social muy grande que tiene agobiados a los chilenos” y le parece muy bien que la gente se manifieste.
Estas palabras y la invitación de la gente cansada de la delincuencia y la “falta de seguridad”, muestran la poca profundidad que se le da a los problemas sociales. Salir a tocar ollas para llamar la atención del gobierno sin ninguna propuesta que considere un real estudio, que considere la raíz del problema, es como una choreza casi de farándula.
Las personas ven los robos, la agresividad, tienen temor, potenciado por los medios de comunicación masivos que hacen muy bien el trabajo de mostrar una y otra vez lo “terrible”, lo inhumano de los delincuentes. Pero alguien se ha preguntado ¿por qué existe la delincuencia?, alguien se ha preguntado ¿cómo vive la gente que está en ese nivel de agresividad?, alguno de ellos que reclaman desde sus casas, ha ido a las poblaciones a mirar, a tratar de entender. Porque es fácil decir que se ayuda a través de una cuenta corriente a alguna fundación, pero… alguno ¿habrá ido alguna vez a acompañar a las personas que viven en medio del narcotráfico, el hambre, las condiciones básicas en niveles de pobreza y abandono total?
Mientras las personas del barrio alto desesperadas tocan las ollas, sintiendo que esa catarsis será escuchada, los del gobierno están tratando de resolver como esconden la corrupción (una forma más grosera de delincuencia pero más “elegante”) Y los que realmente gobiernan, es decir los empresarios, están tratando de no ser evidenciados en cómo se adueñan del país, en cómo manipulan a la población para dividirla, para que los del barrio alto crean que los del barrio bajo son los “culpables”, para que los ciudadanos sigan creyendo en los mismos políticos que votan a favor de las leyes que les convienen a los que se quedan con todo el capital de la gente, ese es el mayor de los robos y nadie ha tocado ninguna olla para exigir que por ejemplo haya un sueldo máximo, que las elecciones sean realizadas en igualdad, donde los políticos puedan debatir con altura de opiniones y no con slogans y caras photoshopeadas ensuciando la ciudad, nadie ha tocado una olla para parar a los verdaderos ladrones, a los verdaderos responsables de la “delincuencia”.
*Marcela Latorre es actriz, periodista, pedagoga teatral e impulsora de la COPEHU (Corriente Pedagógica Humanista Universalista) en Chile.