Por Eddy Salinas Alba
No se puede hablar de integración regional sin involucrar a la comunicación y la comunicación desde lo pequeño y cercano es la base para objetivos mayores. Según Eduardo Guerrero, miembro de la Coordinadora de Medios Populares del Ecuador (Corape), para este planteamiento es necesario que se democratice la comunicación, lo cual significa participación de las comunidades como un ejercicio de derechos.
El Foro Comunicación para la Integración de Nuestra América organizó el conversatorio Medios Populares Construyendo La Patria Grande, cumplido en CIESPAL Quito, como antesala al congreso Comunicación e Integración Latinoamericana Desde y Hacia el Sur. En este dialogo se demostró que la comunicación comunitaria es necesaria para la construcción de la ‘Patria Grande’ desde los pequeños procesos de comunicación.
Nelsy Lizarazo, representante de Pressenza en Ecuador y Colombia, expresó que el futuro común es trabajar por la integración de Latinoamérica y el Caribe: “El proceso de integración requiere no solo instancias interinstitucionales”, por ello dentro de la comunicación comunitaria y global es urgente despertar sueños y aspiraciones de hermandad en los públicos.
Lizarazo afirmó que el cumplimiento de los derechos humanos se convierte en beneficios compartidos en las sociedades. Con ella coincidió Dolores Arce, del Centro de Producción Radiofónica de Bolivia (CEPRA), quien defendió la comunicación comunitaria como una prioridad para el proceso integracionista.
Arce enunció los logros que su país ha obtenido en políticas comunicacionales y legislación desde el Estado. Por ejemplo la redistribución de frecuencias que incluye a sectores campesinos, indígenas, organizaciones con el 34 % del espectro radioeléctrico y la acreditación a comunicadores de estos sectores.
Ante esto, Ignacio López Vigil, del colectivo Radialistas Apasionadas y Apasionados, expresó que Ecuador debería emular estas experiencias de Bolivia, en específico con el artículo 42 de la Ley de Comunicación que implica la profesionalización de los comunicadores para espacios informativos. En el caso de las comunidades esto se convierte en una barrera. Según Vigil, el Estado colombiano ha entregado más de 600 frecuencias comunitarias “a pesar de un Gobierno de derecha”.
Gerly Corzo es oriunda de Santander (norte de Colombia) y estudia su posgrado en comunicación. A su criterio la entrega de frecuencias a las organizaciones sociales no es suficiente. “En mi país existen medios públicos y comunitarios que para permanecer al aire se han convertido en privados (por la venta de publicidad)”.
En este punto coincide Arce, y lo planteó como tarea pendiente encontrar un sistema que permita una estabilidad en recursos económicos y humanos en estos medios. Esta realidad se daría en toda la región.