Por Lassina Zerbo
La Conferencia Internacional de Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) concluyó en Nueva York este mes sin que se lograra un consenso sobre el documento final.
Aunque esto es lamentable, es importante recordar que el futuro del régimen de no proliferación nuclear se definirá por más elementos y no depende exclusivamente de si los participantes de la Conferencia de Examen, realizada entre el 27 de abril y el 22 de mayo, produjeron o no un documento que aborde todo lo que actualmente aqueja al régimen basado en el TNP.
Al mismo tiempo, todos los Estados miembros del TNP no solo reafirmaron el el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares(CTBT, en inglés) como una medida eficaz de no proliferación y desarme que complementa y refuerza a aquél, también identificaron como una prioridad urgente la prohibición, jurídicamente vinculante, de los ensayos.
El cese total de los ensayos nucleares ha sido un objetivo de la comunidad internacional desde el inicio de la era nuclear. Negociado tras el fin de la Guerra Fría y con optimismo por las perspectivas del desarme, el CTBT prohíbe las pruebas de explosivos nucleares a todas las personas, en cualquier lugar, sin excepción.
En el apogeo de la Guerra Fría se realizaron cerca de 500 pruebas nucleares por década. Pero desde que el CTBT se abrió a la firma en 1996, solo tres países llevaron a cabo ensayos de este tipo. De hecho, Corea del Norte es el único país que probó un dispositivo nuclear en más de 15 años. Esta es una prueba evidente de que el tratado ha sido un éxito rotundo en este sentido.
El CTBT no es solo un acuerdo de caballeros por el cual los países prometen acatar la prohibición de los ensayos. El tratado cuenta con el respaldo de una red mundial de 300 estaciones que monitorean constantemente el planeta en busca de señales de una explosión nuclear.
Para quienes dudan de que el CTBT sea internacional y efectivamente verificable, el régimen de verificación del tratado ya proporciona una capacidad de detección mucho mejor de lo que se creía posible hace 20 años. Logramos establecer el régimen de verificación mundial más sofisticado y extenso de la historia.
La determinación de cesar las pruebas nucleares también tuvo un papel decisivo en el proceso de examen del TNP.
El acuerdo para completar las negociaciones del CTBT fue una de las decisiones esenciales que allanaron el camino para la prórroga indefinida del TNP en 1995. En 2000, los Estados partes del TNP definieron que la entrada en vigor del tratado fuera la primera de 13 medidas concretas de desarme.
Mientras que los miembros del TNP están divididos sobre cómo resolver muchos de los problemas que socavan el régimen de no proliferación, alcanzar la prohibición jurídicamente vinculante de los ensayos es una prioridad inequívoca para todos los países.
Por ejemplo, la declaración de los 117 miembros del Movimiento de Países No Alineados, que son partes en el TNP, destacó la “importancia de lograr la adhesión universal al CTBT y realizar su entrada en vigor”.
La declaración “apoya firmemente la prohibición total de toda forma de ensayos de armas nucleares sin excepción, así como toda explosión nuclear, y reafirma la importancia de esa prohibición en la realización de los objetivos del TNP”.
Asimismo, la representante de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, confirmó que el “CTBT sigue siendo una prioridad”, en nombre de los 28 países de ese bloque y nueve países más.
Los 14 miembros de la Comunidad del Caribe afirmaron que “la eliminación de los ensayos de armas nucleares sigue siendo un elemento fundamental en el proceso global de desarme nuclear y no proliferación”, e instaron a los ocho Estados restantes necesarios para que el CTBT entre en vigor a firmar o ratificarlo de “inmediato e incondicionalmente”.
China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, los cinco Estados poseedores de armas nucleares reconocidos en el TNP, también demostraron su compromiso con el CTBT en un comunicado conjunto que incluyó “esfuerzos para que… entre en vigor en una fecha próxima”.
También reafirmaron su propia suspensión de los ensayos, pidieron a otros Estados que hagan lo mismo y confirmaron que el CTBT es una medida eficaz de desarme y no proliferación.
Parece, entonces, que los países que no lograron ponerse de acuerdo en la Conferencia de Examen que concluyó el día 22 en Nueva York no tienen discrepancias sobre el tratado de prohibición de los ensayos nucleares. Sin embargo, a la luz de los resultados de la semana pasada, las meras palabras de apoyo sin medidas reales son insuficientes y peligrosas.
Que el CTBT entre en vigor es responsabilidad de todos los países. Los Estados signatarios se benefician a diario de los recursos de monitoreo del tratado, que están a disposición de la comunidad internacional para apoyar sus necesidades de seguridad nacional.
Una de las ventajas del CTBT es su mecanismo especial para la promoción de su entrada en vigor. Por séptima vez, los Estados signatarios, incluso aquellos que aún no lo ratificaron, organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales se reunirán en septiembre para definir cómo lograrlo en la así llamada Conferencia del Artículo XIV en Nueva York.
Para asegurar un plan de acción sólido y eficaz, propongo a todas las partes que consideren, en primer lugar, cómo lograr que los ocho Estados restantes necesarios para que la prohibición de las pruebas sea legalmente vinculante firmen o ratifiquen el CTBT. En segundo lugar, qué medidas concretas pueden tomar los Estados signatarios en ese sentido.
De igual importancia son las propuestas concretas para completar el sistema de verificación internacional único, robusto y sin precedentes, así como asegurar los recursos sostenibles para mantener al día el sistema de verificación internacional esencial que ofrece seguridad científica y ambiental, y muchos más beneficios a sus Estados miembros.
En un mundo complejo y en constante cambio, la prohibición jurídicamente vinculante y verificable de los ensayos nucleares brinda un grado de estabilidad y fomenta la cooperación multilateral y la generación de confianza hacia un entorno regional e internacional de seguridad mejorada. El CTBT es demasiado importante para dejar que las mareas de la historia determinen su destino.
Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente las de IPS, ni pueden atribuírsele.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga