Cincuenta o cien mil, posiblemente más. Difícil saber con exactitud cuántos hondureños y hondureñas atendieron esta nueva convocatoria de la denominada “Oposición Indignada”, llenando por cuarta vez (algunos dicen quinta) las calles de la capital y de otras ciudades del país.

Exigen, como lo vienen haciendo desde hace casi dos meses, la instalación inmediata de una Comisión internacional contra la impunidad en Honduras (CICIH) y que el Congreso inicie un juicio político contra aquellos funcionarios públicos -incluyendo al presidente Juan Orlando Hernández- responsables del desfalco y la quiebra de la Seguridad Social.

Paralelamente, rechazan un supuesto diálogo nacional convocado por el presidente Hernández en Casa Presidencial, aduciendo que se trata de un monólogo entre los mismos actores -públicos y privados- corresponsables de la grave situación que está hundiendo al país en la miseria, la violencia, la falta de institucionalidad, la corrupción y la impunidad.

En Tegucigalpa miles de antorchas acompañaron a este pueblo indignado, alumbrando el camino hasta llegar en las inmediaciones de la Casa Presidencial, donde ocho jóvenes hondureños se han sumado a una huelga de hambre indefinida. Cinco personas más tomaron la misma decisión en San Pedro Sula.

Cobijados por la bandera hondureña, los jóvenes indignados brindaron su testimonio.

Cuatro de ellos siguen encerrados detrás de unas oprobiosas vallas metálicas puestas irracionalmente por las fuerzas militares y policiales que resguardan el lugar.

Sentados en pequeñas sillas, con el cuerpo debilitado tras haber cumplido cuatro días ingiriendo solamente agua con miel, demostraron su valentía y su firme intención de seguir adelante. Atrás de ellos cientos de militares y policías, amenazando represión y violencia.

Impresionante una fotografía divulgada la tarde de ayer, que mostraba el parqueo de la Casa Presidencial repleto de efectivos y cuerpos especiales del ejército y la policía nacional fuertemente armados, tanquetas blindadas y camiones antidisturbios lanza-agua.

Opresión burda, Fuerza bruta

“Aquí tenemos un pueblo que clama por la justicia, el respeto a la institucionalidad, que exige castigo para los corruptos y el fin de la impunidad. Por el contrario, detrás de mí, está un despliegue militar y policial impresionante y ridículo al mismo tiempo.

Es el ejemplo claro de la dictadura que estamos viviendo. Desde que nos instalamos hemos venido sufriendo las provocaciones y el acoso constante de militares y policías. Pero no importa. Esta lucha es del pueblo, y hoy este pueblo está acá solidarizándose con nosotros.

Esto nos motiva a seguir adelante, aunque físicamente agotemos nuestras fuerzas, nuestro espíritu se fortalece, porque sabemos que somos parte de un pueblo digno, que lo único que sueña es con una mejor Honduras”, dijo Darwin González, vocero del Movimiento de los Indignados de Honduras, a la LINyM.

Esta situación de violación clara y reiterada de los derechos humanos de los huelguistas y sus acompañantes fue constatada y denunciada por diferentes organizaciones de derechos humanos, cuyos representantes son los únicos que tienen acceso al lugar.

“A la cooperación internacional pedimos que no sigan financiando a estas instituciones corruptas. ¿A qué sirve financiar programas o traer dinero, si al final queda en los bolsillos de los corruptos?

“Mientras que el pueblo es cada día más pobre, no tiene trabajo, ni acceso a la salud y a la educación, y vive una situación de constante inseguridad.

“Háganlo a través de organismos transparentes, pero no a través de este gobierno corrupto”, alertó Miguel Briceño, que ha llegado a su quinto día de huelga de hambre, durante una entrevista con una organización humanitaria danesa.

“No queremos diálogo farsa”. “Queremos una CICIH”

Ariel Varela, otro de los huelguistas, confirmó que la denominada “Oposición Indignada” no quiere un diálogo con este gobierno, y que está terminando de preparar una propuesta técnica que será presentada ante las Naciones Unidas para que se instale una CICIH, con plenos poderes de investigación y judicialización.

“Tanto el supuesto diálogo, que no es otra cosa que un monologo entre los cómplices en actos de corrupción, como esta excesiva militarización del lugar, y el mal trato que nos están dando, son una demostración de la debilidad de este gobierno.

Vamos hasta las últimas consecuencias y de aquí no nos vamos a mover. Estamos firmes en nuestra convicción y tenemos el respaldo de este pueblo digno”, dijo Germán Enrique Ayala, otro joven en huelga de hambre.

Este domingo 28 de junio, sexto aniversario del golpe que en 2009 derrocó al presidente Manuel Zelaya, el pueblo hondureño volverá nuevamente a la calle para recordar y denunciar la ruptura brutal del hilo constitucional.

Para muchos, la difícil situación que hoy en día vive Honduras es la consecuencia directa de aquellos trágicos eventos de 2009, que dejaron una institucionalidad hecha pedazos y reposicionaron a los grupos de poder, o grupos fácticos, que siguen dominando la política y la economía hondureña.


Fuente: www.alainet.org