Llegó a la capital Colombo, su destino final, el ‘Rally por la Unidad Nacional’ (National Rally Ranbhumi) que había partido desde la zona norte de la isla, devastada por la larga guerra civil entre fuerzas del gobierno y combatientes de los Tigres Tamiles. La marcha circuló por la isla durante 33 días, visitando más de 1.500 localidades y centros urbanos, con el fin de invitar a la unidad, a la paz ya al coexistencia de todos los ciudadanos de Sri Lanka.
Una meta del ‘rally’ fue recoger ladrillos procedentes de todos los distritos del país para la construcción del Monumento de la Unidad Nacional (The Ranbhumi Unity Moniment) que simbolizará el deseo de unidad de la población de la isla –a pesar de su diversidad– para lograr desarrollo y progreso. El presidente Maithripala Sirisena esperaba a los participantes en Colombo, donde sumó el último ladrillo a los recogidos durante la gira.
Hablando del evento ante los medios de comunicación locales, Chevaan Daniele, director de la Capital Maharaja Group Organization, dijo que la experiencia del ‘rally’ sirvió para reunir a familias de diferente origen étnico y racial, y seguramente abrió los corazones a la esperanza de poder superar finalmente las diferencias étnicas y religiosas e iniciar una nueva era de desarrollo y progreso para todos.