Por Jerónimo Torres Lozano
El primer asalto al cielo, las elecciones autonómicas y municipales del pasado 24 de mayo, se tendrá que decidir a los puntos y no por K.O.
El consenso se ha impuesto al “asalto a los cielos”, frase a la que apeló Pablo Iglesias, líder de Podemos, para definir su estrategia política. Las candidaturas de unidad popular han sido las grandes vencedoras en estos comicios, frente al bipartidismo y las marcas, dando un vuelco en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia. Pero todavía está todo en el aire. Es el tiempo de los pactos y las negociaciones.
Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, daba ayer por hecho gobiernos socialistas en las autonomías. Para ello, seis comunidades autónomas necesitan del pacto Podemos-PSOE. No va a haber más remedio que llegar a pactos entre PSOE y Podemos en Asturias, Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares para que salgan las cuentas de Sánchez y para que Podemos toque el cielo.
Se da la paradoja que el PSOE, pese a haber tenido unos malos resultados en cuanto al número de votos, puede hacerse con varias feudos que había perdido (con el permiso de Podemos). Es el resultado de la “política frentista que ha practicado el PP durante estos últimos cuatro años”, así lo definió ayer en un mitin el líder socialista.
Por otro lado, en comunidades donde el PP lleva más de 20 años gobernando en solitario, necesitarán de pactos con Ciudadanos para seguir representando a los mismos. La Comunidad de Madrid, Murcia, La Rioja y Castilla-León son las autonomías en las que Albert Rivera tiene la llave para que el partido de Rajoy siga teniendo peso en este mapa postelectoral.
Algo se está moviendo en el panorama político español. Vientos de cambio llegan a los pueblos y ciudades. Una vieja política de ordeno y mando en solitario, está dejando paso a otra política de consenso que escucha a la ciudadanía. Prueba de ello son los casos de Barcelona y Madrid. En las dos capitales han triunfado las candidaturas de convergencia y unidad popular. Ada Colau y Manuela Carmena representan ese clamor ciudadano de cambio mejor que nadie. Mónica Oltra, en Valencia, sin haber sido la candidata más votada, también representa ese aire fresco. Una brisa mediterránea que algunos ven más como un tornado, una amenaza.
Los poderes económicos, y algunos políticos, ven con temor estos nuevos gobiernos en las grandes ciudades y así lo han expresado en los últimos días. Se están moviendo algunos hilos, a la desesperada, para que ni Ada Colau ni Manuela Carmena formen gobierno en Barcelona y Madrid.
http://www.elmundo.es/cataluna/2015/05/29/5567a86be2704e295b8b45ac.html
Quizás porque Ada Colau ha paralizado el contrato de 3,2 millones de euros que el Ayuntamiento de Barcelona estaba a punto firmar con Telefónica. En campaña electoral ya reveló su intención de «suspender, revertir y no renovar contrataciones públicas» con Telefónica y cualquier otra empresa que no garantice a sus trabajadores una jornada laboral de 40 horas semanales, dos días de descanso y «un salario digno».
http://www.elmundo.es/cataluna/2015/05/27/5564c6d7268e3ed4148b4597.html
Los trabajadores de Movistar llevan más de 50 días de huelga y a día de hoy continúan encerrados en el Mobile World Center de Barcelona reivindicando una mejora de sus condiciones laborales. Los empleados han recibido estos días el apoyo y la visita de la líder de BComú. Ayer mismo, Movistar ha aceptado abrir una mesa de negociación para desencallar el conflicto laboral. BComú ha recibido en este asunto el apoyo de los que parecen que serán sus compañeros de viaje en el gobierno de la ciudad condal, PSC y ERC.
Por su parte, Manuela Carmena ya se ha puesto en contacto con algunos jueces para darle fuerza y peso jurídico a sus intenciones de frenar todos los desahucios en la ciudad de Madrid. Enfrente tendrá a las grandes constructoras y promotoras.
Tampoco están de acuerdo con la irrupción de Carmena en Madrid un pequeño grupo que ayer se reunió en la plaza de Colón convocados por las redes sociales, sin el permiso legal de la Delegación de gobierno, al grito de “Madrid no es comunista” o “No podéis”. Algunos compañeros de La Sexta y el Huffington Post fueron agredidos e insultados por algunos alterados manifestantes.
Se agradece un poco de sensatez y cordura por parte del gobierno. Palabras como las del Ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo diciendo que “La señora Carmena no es ningún peligro para la democracia”, se agradecen y no deberían de ser una excepción.
En este sentido, y para acallar las últimas y estridentes declaraciones de la Presidenta del Partido Popular de Madrid, Esperanza Aguirre, ya hay varios barones populares que están barajando la posibilidad de poner una gestora al frente del PP de Madrid, con el objetivo de no dañar más la imagen del partido y de la democracia.
Veremos que nos deparan estos pactos y acuerdos y como van a convivir la vieja y la nueva política.