“Vivir en comunidad nos hace sentir bien, seguros y felices, Lavapiés es un barrio cómodo que nos hace sentir como en casa”, así se expresaban los vecinos de este barrio madrileño conocido por su amplia diversidad cultural en la mesa de Diálogo sobre Convivencia Multicultural celebrada el pasado 23 de mayo en el Centro Comunitario del Casino de la Reina y organizada por la Asociación Deportiva Dragones de Lavapiés y Convergencia de las Culturas- Mixtura Lavapiés.
Una centena de niños hijos de españoles y de inmigrantes nacidos aquí y que viven la interculturalidad de forma natural fueron protagonistas de la Jornada que comenzó con un Picnic donde se pudieron degustar platos de diferentes lugares del mundo desde el Thieboudienne, muy popular en Senegal, cedido por el restaurante Baobab, hasta nuestro típico Gazpacho. Ellos también fueron los artífices de la emotiva lectura de poemas de Tagore en diferentes idiomas desde el Bengalí hasta el árabe.
La Jornada continuó con muchas actividades simultáneas entre las que se encontraban un Taller de Huerto, donde se sembró la flor de Hibiscus, con la que se elabora el Bissap (refresco extensamente consumido en muchos lugares de África), un Taller de Yoga para niños , la construcción de un Puzzle Gigante donde la pieza clave era uno mismo en la construcción de una Nación Humana Universal y un Taller de Danza Africana impartido por Rebeca Aceituno y que puso en pie a todos los participantes y transeúntes que pasaban por el parque.
Sendas mesas de Diálogo entre Culturas nos hicieron reflexionar y sentir lo humano como una experiencia profunda. La mesa “Mujeres en diferentes culturas, misma esencia” contó los testimonios de Nilufar Saberi, activista iraní pro- derechos humanos que relató las vulneraciones que están sufriendo y como las mujeres iraníes siguen luchando contra ellas; Prado Esteban Diezma, siempre capaz de elevar el punto de vista, logró cuestionar lo establecido en cuanto a feminismo y rehumanización, y Asha Ismail Omar Isteeliye, somalí militante contra la ablación y fundadora de “Save a Girl, Save a Generation, que hizo a todos partícipes de su estremecedor relato. Ninguna de las tres dejaron indiferente a nadie.
Y la mesa de “La Convivencia Multicultural, buscando lo que nos une” fue capaz de sintetizar el día en un diálogo muy rico donde se sintió y vivió la aspiración de vivir en un mundo donde todas las diversidades tengan cabida y donde la violencia no la tenga. El deseo de construir juntos un futuro mejor y vivir en comunidad fueron algunas de las conclusiones de esta mesa.
La Jornada terminó entre sonidos de guitarra y voces de ciudad, con el dulce sabor del objetivo cumplido y el deseo de todos de seguir dialogando y construyendo.