«Desde este magnífico lugar deberíamos consagrar este día móvil para que sea conocido a futuro como el ´Día del Testimonio´. Un testimonio que privilegia esa actitud humana y que la justifica en sí misma por encima de toda ideología, de toda teoría y de todo cálculo de consecuencias prácticas. Este punto de vista según el cual primeramente está la expresión de la vida humana con sus certezas, sus dudas, sus intentos, sus rebeliones, vuelve a poner en pie a quienes tienen el pie en la tierra y la cabeza en los cielos», exclamó Silo en Chile, en el Parque de Estudio y Reflexión Los Manantiales en mayo de 2006.
Es así que en los distintos Parques de Estudio y Reflexión del mundo se conmemora un año más de lo ocurrido hace 46 años en Punta de Vacas, un paraje al pie del Aconcagua, donde Silo dio la arenga La Curación del Sufrimiento. «El 4 de Mayo de 1969 hicimos un primer acto público, que se convirtió en el acto fundacional de nuestra corriente de pensamiento. En ese acto fundacional de hace 37 años, no se partió de una declaración de Principios, ni de un documento más o menos ideológico, ni de una institución, sino de una actitud testimonial que desafiando a una dictadura militar se expresó en contra de toda forma de violencia», explicó el fundador en la misma oportunidad en 2006.
En aquella primera intervención pública de Silo en 1969, en un contexto poético dado por los picos nevados de la Cordillera de los Andes se explicó que el conocimiento más importante para la vida (la «real sabiduría»), no coincide con el conocimiento de libros, de leyes universales, etcétera, sino que es una cuestión de experiencia personal, íntima. El conocimiento más importante para la vida está referido a la comprensión del sufrimiento y su superación. Allí Silo diferenció entre el dolor físico y el sufrimiento mental. El dolor puede retroceder frente al avance de la Ciencia y de la Justicia. Pero el sufrimiento mental sólo retrocede frente a la fe, frente a la alegría de vivir, frente al amor.
«Debes saber que este sufrimiento está siempre basado en la violencia que hay en tu propia conciencia», se dijó allí, para luego describir las distintas formas de violencia física, económica, racial, psicológica, moral. «Fíjate que esa violencia siempre deriva del deseo. Cuanto más violento es un hombre, más groseros son sus deseos», dice Silo en aquella arenga fundacional.
Y entonces propuso: «Hay deseos de distinta calidad. Hay deseos más groseros y hay deseos más elevados. ¡Eleva el deseo, supera el deseo, purifica el deseo!, que habrás seguramente de sacrificar con eso la rueda del placer pero también la rueda del sufrimiento». «Únicamente puedes acabar con la violencia en ti y en los demás y en el mundo que te rodea, por la fe interna y la meditación interna».
Estas palabras siguen circulando por distintas culturas llegando al corazón de quienes buscan superar su violencia interna, superar la violencia que perjudica a nuestras sociedades y buscar un futuro mejor, distinto, verdaderamente humano y no-violento. En los cerca de 50 Parques de Estudio y Reflexión emplazados en América, Europa, Africa y Asia, en distintas latitudes, se conmemora el Día del Testimonio para profundizar en esa actitud humana como emplazamiento para el nuevo mundo que ya está naciendo.