Son siete los candidatos a la presidencia que competirán contra el jefe de estado actual Pierre Nkurunziza en las elecciones del 26 de junio, aunque la oficialización de las candidaturas se producirá sólo después de que la Comisión Electoral haya convalidado los respectivos legajos.
Quien encabeza la lista de los que pretenden evitar que el presidente actual conquiste un tercer y controvertido mandato es Agathon Rwasa, hutu como su rival, y ex-líder del movimiento rebelde Frente Nacional para la Liberación (FNL). Rwasa compite como candidato independiente, al no habérsele permitido a su partido presentar listas propias. De su coalición, llamada “Independientes por la Esperanza” forma parte también el ex-partido gobernante Uprona, de matriz tutsi. Tanto el FNL como el Uprona tienen facciones reconocidas por el gobierno que presentan sus respectivos candidatos en contraposición a Rwasa: Jacques Bigirimana y Gerald Nduwayo.
También hay varios ex-funcionarios en carrera: los dos ex-presidentes Domitien Ndayizeye (2003-2005) y Sylvestre Ntibantunganya (1994-1996) y el ex-presidente de la Asamblea Nacional Jean Minan. Podría ocupar un papel perturbador Jean de Dieu Mutabazi, que lidera la Coalición para una Oposición Participativa, que es considerada en realidad cercana al gobierno.
Mientras tanto continúan las protestas contra la nueva candidatura de Nkurunziza a la presidencia. Luego de una jornada de relativa calma el sábado, las manifestaciones se reanudaron ayer. Un grupo de mujeres desafió la prohibición de la autoridades de “insurrección” (esa es la calificación oficial de las protestas), logrando por primera vez llegar al centro de la ciudad. La policía sólo opuso una resistencia inicial.
Se produjo sin embargo la muerte de una persona en el barrio de Musaga, donde las fuerzas del orden trataban de remover una barricada que impedía el ingreso de camiones con abastecimientos, y un joven resultó herido de muerte. Las versiones del hecho son contradictorias: según la población, habrían sido los agentes los que dispararon, pero la policía desmiente esa versión, hablando en cambio de un enfrentamiento entre jóvenes que habría terminado mal.
Protesta en los barrios: «La atención se centra en el ejército»
“Desde hace varios días hay un cambio de estrategia por parte de lo s manifestantes: inicialmente se buscaba llegar al centro de la ciudad, pero en el momento en que los manifestantes comenzaban a congregarse. La policía los dispersaba con gases lacrimógenos o disparando. Entonces la protesta se desplazó al interior de los barrios”, dice Francesco Cerza –jefe de proyecto de la ONG ‘Comité de Colaboración Médica’ (CCM) en Burundi– que habla con la MISNA desde Buyumbura. El funcionario traza un cuadro de las manifestaciones actuales contra la decisión del presidente Pierre Nkurunziza de presentar nuevamente su candidatura para un tercer mandato consecutivo.
El cooperante confirma que sólo una manifestación de mujeres logró llegar ayer al corazón de Buyumbura, mientras que en otras partes de la ciudad la movilización continúa con diferentes grados de adhesión. “En zonas como Kanyosha y Musaka –explica Cerza– entre las que nació la protesta, la participación de la población es muy fuerte: casi todas las calles de salida de los barrios estén vigiladas”. En otras partes, como Kinindo, las barricadas impiden a muchos salir de sus propias casas, pero son vigiladas por pocas decenas de jóvenes.
La atención ahora se centra en lo que pudiera ocurrir después de que venza –en estas horas– el plazo de dos días dado por el gobierno para levantar los bloqueos. En algunas zonas, dice el responsable del CCM “el ejército ha logrado desalojar fácilmente las barricadas el sábado, cuando las manifestaciones se interrumpieron temporalmente, y en la primera parte del domingo”. “Ahora –continúa– hay que ver qué harán las tropas: si seguirán funcionando como árbitros o si acompañan a la policía” a la que hasta ahora con frecuencia han separado de los manifestantes.
Otra preocupación es la humanitaria: “Todos los locales comerciales están cerrados dentro de los barrios populares –dice Cerza– y ya comienzan a escasear muchos productos. En el sector médico el problema es similar, porque nuestros colegas burundeses llegan desde barrios periféricos y comparten los temores de la población: es espectro de una crisis humanitaria existe”.