Por Livia Grácola.-
En la copia feliz del edén que es Chile, la larga y angosta faja de tierra, con campo de flores bordado y todo, ocurren hechos insoslayables. Lo vimos, lo escuchamos durante días, en la prensa, los medios las redes, sin embargo como que pasó de largo.
¿Qué pasó de largo?… nadie reparó en esas cosas que conviven, que están allí arraigadas en varias creencias. Por ejemplo:
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Que los ricos no roban
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Que además, son millonarios porque se esforzaron y trabajaron muchísimo.
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Que el resto, somos todos una manga de flojos y por esa causa estamos como estamos, no porque nos hayan empobrecido.
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Que las necesidades son muchas y muy escasos los recursos.
Todas estas mentiras están de lo más instaladas en las cabecitas ingenuas de la gente. Uno de los motivos por los que muchos votaron por Piñera, era que se comentaba que los ricos no robaban,… ahí tienen a sus discípulos… y a todos los demás innombrables involucrados en la tremenda estafa al Estado gestándose desde los ’80.
Que además, son millonarios porque uuuuuuuuuuuyyyy trabajaron de sol a sol, se esforzaron, son inteligentes, partieron de la –nada-. De la nada, claro. Los estafadores Délano y Lavín, estudiaron en el San Jorge, bah suena fome, mejor en inglés, en el Saint George’s College, ¿Qué te parece?…sus padres se ve que no tenían muchos recursos. Y de ahí a la ‘Cato’ y de ahí, se esforzaron, se esforzaron, compraron un chanchito; seguro comenzaron de junior en el Consorcio Nacional de Seguros y de ahí se siguieron esforzando y compraron una milloná de acciones… y por arte de magia luego, llegaron a ser importantes delincuentes, digo, importantes empresarios que nos dieron el gran ejemplo a todos de cómo robar ideológicamente.
La otra historia que cunde en la dulce patria, es que si somos pobres o andamos al tres y al cuatro y comprando hasta el jabón con la tarjeta «telapresto”, es porque somos flojos. Putas que somos flojos, tomamos la locomoción a las 06:30 a.m., para llegar al lugar de trabajo a las 8:30, el desayuno… un pan, (si es que), en el transantiago, cómodamente apretado, o en el mejor de los casos en el escritorio, frente a la pantalla, luego de “flojear” ocho horas seguidas y tener la vida hipotecada, tienes que volver a vivir la experiencia adrenalínica del metro o el transantiago. Llegamos después de 2 horas de viajes, entre cambios de línea, cambios de micro, colectivos etc., a hacer las labores hogareñas o las tareas con los niños. Bueno, estoy resumiendo. Pero eso pues, somos flojos. Tan flojos que no le copiamos a los ladrones y por eso tenemos esta vida, perdiéndonos la oportunidad de ser millonarios y dueños de medio Shile, es decir AFPs, Isapres, Instituciones aseguradoras, bancos, colegios, etc, etc. Es que somos tan flojos y no quisimos estudiar en colegios de alto rendimiento, ni hacer sociedades truchas, ni ser cómplices de dictadores…
Que las necesidades muchas y pocos los recursos, cuarta creencia que campea. Entonces, no exijas, no pues. Confórmate con lo que dios te dio, o sea, nada. Porque el trabajo sucio siempre se lo encargan al pulento. Eso está fácil, total, nunca va a poder venir a defenderse.
Bueno, como decía, ni se te ocurra exigir, porque hay gente que no tiene ni qué comer y ahí empieza la cantinela de la culpa, entonces mejor me doy con una piedra en el pecho, si es que tengo la posibilidad de endeudarme pa´las vacaciones, para la entrada de los niños al colegio, para comprarme ropa, zapatos, para el supermercado, pucha… tengo la posibilidad de endeudarme, claro, pero no me sindicalizo, porque eso es ser mal agradecido. Pero estos estafadores tan letrados y expertos prestidigitadores, no nos dicen que hay gente que se lo embucha todo, que se lo adueña todo, que no tienen miedo de estafar y robar literalmente a “manos llenas”, ni ningún tipo de moral y que realmente, las necesidades son pocas y muchos los recursos, porque en fin, no les conviene y porque con estas cuatro mentiras instaladas, ya se apropiaron incluso de la mente de muchísimas personas.