Giorgio Schultze, humanista, activista de décadas en la lucha a favor de los derechos humanos, sobre todo de las comunidades migrantes, vive en Sicilia, es corresponsal para Pressenza y el pasado viernes lo entrevistamos en el programa En la Oreja Internacional, por Radio Pichincha Universal para abordar con él la situación de los migrantes. Compartimos con los lectores de Pressenza, la entrevista completa.
Pressenza (P): Esta semana hemos visto algunas de las imágenes más perturbadoras posibles. Ochocientos seres humanos murieron cuando el barco en el que intentaban llegar a las costas europeas, se hundió. Datos recientes publicados por Oxfam, indican que en el año 2014 murieron 3,500 personas en el Mediterráneo, en la misma situación. Se estima que este año alrededor de 300,000 personas intentarán cruzar el Mediterráneo desde países africanos como Eritrea, Mali, Nigeria, Gambia y Somalia, entre otros. ¿Puedes contarnos sobre estos hechos Giorgio?
Giorgio (G): Sí, en verdad, lo que está sucediendo es mucho más grave. Hay más de un millón de personas en las costas líbicas que están esperando ya unos 5 ó 6 años para cruzar el Mediterráneo. Y lo que está pasando es que, si sumamos todos los que están escapando de guerras o de situación de hambre o de explotaciones en la región africana o medio oriental, se ve que hay más de diez millones de personas migrantes, que en es este momento están cruzando el desierto del Sahara o están cruzando distintas partes de las regiones de Asia, para acercarse lo más posible hacia Europa.
Este es uno de los problemas más graves que la humanidad haya visto, porque son muchos más que 3,500. En verdad, muchos quedan muertos antes de subirse a un barco; o se hunde el barco antes de empezar a cruzar el Mediterráneo. Hace muy poco, en las costas de Sicilia, tuvimos muchísimos muertos, y los cuerpos fueron contados directamente por los pescadores que nos contaban la situación verdaderamente desastrosa de ver tantos en muchas regiones donde ni se había visto un barco de migrantes.
Entonces la situación es verdaderamente una situación muy grave. Y lo que pasa además, es que la región Europa no está dando respuestas, independientemente de lo que está haciendo la población italiana, y aquí tendremos que rescatar algunos elementos muy interesantes, de lo que creo vamos a hablar en esta entrevista. Pero, lo que está pasando es que, la región Europa no da respuesta de una región de pueblos, sino de una región que tiene que defenderse casi de una invasión.
Entonces la respuesta es casi de guerra, de amenaza de guerra… Es la cosa más surreal que se podría ver en este territorio.
P: El Primer Ministro Matteo Renzi dijo hoy algo como que Italia está en un estado de guerra contra los traficantes de seres humanos, y él dice que quiere tomar medidas militares para enfrentar el problema. ¿Qué piensas al respecto?
G: El primer ministro está dando respuestas a los efectos finales de lo que está pasando y nada de estructural. Lo que pasa es que, si en verdad hay un proceso de utilización de esta situación de parte de algunos esclavistas, de los que están manejando todo este asunto en las costas líbicas, todo esto es la parte final.
Lo que está pasando son los más de diez millones de personas que están llegando desde Sudán, desde Eritrea, desde Egipto, desde todos los países… Mali, Congo, Nigeria, todos los que están escapando de situaciones de explotaciones de guerra. Todo esto, en Europa, en Italia. A esto no está dando respuestas. Además, toda preocupación de Italia, en verdad, es por el gas que llega de Argelia y Túnez, y en parte del petróleo y en parte del gas que llega de Libia.
Estas son las verdaderas preocupaciones de nuestro primer ministro. No tiene nada que ver con todo el problema de resolución de la cuestión que están viniendo millones y millones de personas en África y en el Medio Oriente. Entonces, ahí está el problema. Ni las cuestiones económicas se quieren resolver, ni los problemas de explotación. Justo para darte un ejemplo: lo que está pasando en Congo con la explotación de las mineras de coltán, que sirven para producir nuestro Smartphone, nadie cuenta lo que está pasando en la República del Congo. Y de ahí se están escapando millones de personas, y lo mismo está pasando en Sudán en los cuadrantes petroleros donde se están explotando a las poblaciones y están matando, así como en la parte de Nigeria.
P: ¿Podrías ampliar la relación que estableces entre los intereses económicos y por el gas y la situación de los migrantes?
G: La primera empresa multinacional nacional italiana es ENI, Ente Nacional de Hidrocarburos, que tiene intereses junto a AGIP, justo en Libia, Túnez y Argelia. Entonces, les interesa tener ahí un control de esos territorios. Y no les importa nada de la situación de lo que está pasando la gente que está llegando de otras partes de África. Lo que les interesa es tener un control, sobre todo un control militar para poder seguir explotando los recursos de gas y petróleo que están en esa área.
Esto por hablar de Italia, pero también Francia tiene todos los intereses petroleros en Argelia, asi como empresas inglesas, holandesas, francesas. Digamos, diferentes intereses de Europa y también de Estados Unidos para mantener un control militar en esas regiones. Y esto da, digamos así, el elemento para seguir con ese control, que empezó con las colonias de algunos decenios atrás, y seguir con este control, que no es solo comercial sino militar. Es como casi una necesidad de controlar y no resolver el problema de las migraciones que se están dando o la situación de pobreza o hambre.
P: Es claro que estamos frente a un problema humanitario. ¿Cómo llegan esos inmigrantes a Italia? ¿De qué manera son recibidos? ¿Qué trato tienen de parte del gobierno y de parte de la población italiana?
G: De parte del gobierno hay una institución que en verdad prevé la cárcel o formas de juntar a las personas en unos centros que son cárceles. Claro, la gente puede salir más o menos, pero está controlado como una cárcel, y digamos que la situación higiénica, la situación también humana es de nivel verdaderamente desastroso; también por todo lo que pasa, para comenzar, con las mujeres, los niños, los más viejos que están llegando, los que llegan ya enfermos y no tienen ningún tipo de ayuda específica.
Hay que rescatar el rol de las poblaciones, no solo de Lampedusa, sino de Sicilia y todo el sur de Italia, que están dando la posibilidad de ayuda directa a las personas. Se van directamente a la playa a ayudar a las personas a llegar a tierra, y además ayudan a las personas en las casas, se les da de comer un plato de algo caliente, se les da una posibilidad de quedarse en la casa para dormir. La cosa absurda es que, los que alojan a estos inmigrantes que llegan en esta forma, pueden pasar a través de la justicia porque ayudan a personas que no están reconocidas, y entonces por esto pueden terminar en la cárcel, así como los mismos pescadores italianos que han intentado ayudar a los que estaban en la mar, se encontraron perjudicados por este tipo de ayuda.
P: Es perverso, ¿no?
G: Claro, porque así como el código marítimo prevé que tú tienes que ayudar, no importa a quién sea, uno que está en la mar y pide ayuda, tiene que ser ayudado. En la verdad, en el momento que un pescador o un señor que está en la playa, ayuda a uno de estos, por el hecho que son clandestinos, entonces, puede ser encarcelado, porque ayudó a un clandestino. Es la cosa más surreal, en verdad, que está pasando. Mucha gente que está también en contra de la ley que hay en Italia, está ayudando a las personas, esta es la cosa más interesante.
Además, en algunos municipios, aceptan también a los inmigrantes clandestinos para darles un hogar y darles también trabajo, así, para dar también la posibilidad a esta persona a integrarse y empezar a buscar un pedazo de felicidad, o por lo menos, de libertad, en este continente. Pero, lo que veo es que el gobierno, o mira para otro lado, o en verdad está intentando resolver el problema, no solo en la forma más radical, sino sustancialmente ligada a las grandes empresas y multinacionales.
P: Por lo que se conoce, los gobiernos europeos han cambiado sus políticas de protección, de apoyo y han disminuido presupuesto para estas políticas. Por lo tanto los migrantes quedan todavía más vulnerables y más desprotegidos. ¿Es así, Giorgio?
G: Sí, exactamente es así. En verdad, unos diez años atrás se hablaba de integración, de posibilidad de dar salud, educación a los que llegaban, no importaba si eran clandestinos o no. En verdad, ahora se puso un régimen muy rígido y no se da nada, además se da todo esto de expulsar nuevamente y devolverlo, en esta situación, adonde estaba intentando escapar.
Entonces, hay muchas personas que están en las costas líbicas que están intentando escapar de esta situación verdaderamente de terror, porque están indefensos en esa situación y explotados también ahí. Y los que han intentado escapar son mandados nuevamente a Libia. Entonces, parece un círculo del cual parece imposible salir.
P: Giorgio, ¿te parece que, a través de esta mediatización que se está haciendo del conflicto (que por lo menos, pone a toda la población alerta de esta situación) se pueda lograr que Europa se vea “forzada” a tener que dar otro tipo de respuesta, que no sea la criminalización o la persecución de toda esta gente que está tan necesitada?
G: Sí, yo creo que hay otra posibilidad, y esto pasa por lo que están diciendo algunos amigos humanistas hace un tiempo: Europa (sobre todo Europa del sur) debe empezar a imaginarse como región del Mediterráneo, incluyendo también a los países del África y del Medio Oriente, y de ahí empezar un proceso político, social, económico, que dé una respuesta diferente, que no puede la de los bancos financieros, del Banco Central Europeo, y no puede ser la que da Alemania, sino lo que tiene que ver con un proceso social muy diferente.
Tu ves lo que está pasando en Grecia, le están dando de palos y de rodillas y de toda forma. Entonces, no se quiere resolver el problema de la situación económica griega, se quiere explotar una situación del lado financiero. Y ésta es la Europa que conocemos hasta este momento. También Italia está en una situación muy difícil desde el punto de vista económico y financiero, y nos vamos a quedar más o menos como Grecia, ahí tendidos esperando a que nos den una limosna.
Entonces, yo creo que la respuesta en el futuro será la de cambiar completamente la geografía política y económica y una visión diferente, no solo en términos económicos o de utilización de los recursos, sino de la opción de los pueblos y de unidad de los pueblos en una forma de solidaridad diferente.
Esa es la única posibilidad de salir de estos dos extremos: la Europa que tiene que defenderse como un castillo y de otro lado una invasión de gente desesperada. No es un proceso que va a llevar a un progreso social. Yo creo que será por necesidad que los pueblos de Europa tendrán que dar una respuesta completamente diferente a la que dan los gobiernos actuales, que va en una dirección de manipulación de y de control territorial.
Transcripción de Fernando Torres