El 26 de marzo de este año, el presidente Kenyatta conmocionó a quienes vieron y escucharon su discurso sobre el Estado de la Nación, en el parlamento. En lugar de la acostumbrada condena a la corrupción en el gobierno, como normalmente hacen los políticos kenianos, Kenyatta fue mucho más lejos presentando ante el Parlamento un informe (todavía no público) que contiene una lista de 175 nombres de personas sospechosas de haber participado en actos de corrupción, preparada por la Comisión de Ética y Anticorrupción (EACC), un organismo creado de conformidad con la nueva Constitución de 2010.
En su discurso, Kenyatta dijo: «… la corrupción es la mayor amenaza para nuestra seguridad, para los derechos fundamentales y la transformación social y económica.» Añadiendo más adelante: «Nadie se interpondrá entre los kenianos y lo que es correcto en la lucha contra la corrupción y otros monstruosos delitos económicos».
La lista incluye nombres de personas de todos los niveles de gobierno, así como miembros de todos los partidos. A pesar de que la lista no se ha hecho pública, los nombres se filtraron a la prensa, y el presidente ha insistido en que todos los incluidos en la lista deben renunciar temporalmente de sus cargos hasta que sean ratificados luego de una investigación.
Muchos de los nombrados, inmediatamente hicieron una denuncia al respecto, así como a la EACC, acusando al presidente de hacer juegos políticos y actuar al margen de la Constitución, poniendo en la lista los nombres de sus enemigos y de aquellos que pueden dañarlo en su deseo de ganar la Presidencia nuevamente en 2017. Raila Odinga, líder del opositor Movimiento Democrático Naranja, el partido más grande en el Parlamento, dijo: «Lo que Kenia necesita del Presidente es una acción genuina, lógica y coherente, con las exigencias de la constitución. Incluso, mientras por un lado está revelando nombres, por otro lado el presidente está designando a personas con problemas de corrupción para servir en su gobierno.» Él ha dado instrucciones de ignorar la petición de hacerse a un lado a aquellas personas de su partido que aparecen en la lista.
La EACC tiene 60 días para presentar toda la información contra cada uno de los 175 nombres, de manera que puedan iniciarse las acciones judiciales o desestimar las acusaciones.
Los kenianos, a pesar de estar gratamente sorprendidos por la decisión del Presidente, también reconocen que es poco probable llegar a algo en términos de procesos. Los políticos en Kenia son tan expertos en desembarazarse de cargos de corrupción y en retrasar las investigaciones, que la población se ha vuelto cínica al respecto, hasta el punto del aburrimiento.
Ya sea que Kenyatta esté motivado políticamente o no, el hecho es que todo el sistema en Kenia está corrupto. Algunos políticos y funcionarios del gobierno claramente lo son más que otros, pero la corrupción está en todas partes.
La nueva Constitución introdujo un cambio radical al sistema de la administración del país. Con el fin de reducir la posibilidad de una futura violencia electoral, hay ahora una fórmula que estipula la cantidad de dinero que cada uno de los nuevos 47 condados recibe por parte de los fondos del gobierno central. Ya no está en el poder del presidente el asignar los recursos donde él quiera. El nuevo sistema se llama «descentralización», y pone la responsabilidad del presupuesto para la salud, educación, carreteras, desarrollo, etc., etc., en manos de la administración del condado.
Mientras que anteriormente había un Presidente, sus Ministros y un parlamento, y 8 provincias, ahora hay un Presidente, Ministros, un parlamento mucho más grande, un Senado, 47 condados, cada uno con un gobernador y un consejo del condado electo. Se trata de un enorme aumento en el tamaño del Estado, y uno de los efectos secundarios de este nuevo acuerdo es que hay muchas más personas queriendo hacer caer una parte del dinero en sus propios bolsillos.
Cada gobernador tiene su propio personal y su propia flota de 10 autos. Cada ministro de condado también tiene un vehículo y personal. La inversión en nuevos autos de marca ha sido enorme. Un vehículo típico debe ser lo suficientemente fuerte como para hacer frente a las malas condiciones de las carreteras en el país, algo así como una Toyota Prado, que cuesta alrededor de 25.000 dólares, por lo menos. ¡Un cálculo rápido muestra que, solo en coches para los Gobernadores, el gobierno debe de haber gastado por lo menos US $ 12 millones!
La descentralización también se traduce en menos dinero que llega a los servicios públicos, exactamente lo contrario de lo que se pretendía bajo la nueva constitución. Además de los autos, los representantes de los condados están aprovechándose de la posibilidad de controlar sus propios presupuestos viajando por el mundo en misiones investigadoras.
El responsable local del Centro de Salud, con quien hablé en el condado de Kisumu, se quejó de la descentralización, porque ahora hay veces en que ni siquiera cuenta con paracetamol en la farmacia para darle a sus pacientes; y cuando él quiere que le paguen, tiene que hacer una fila para que se le entregue el efectivo.
La educación debe también descentralizarse, pero hasta el momento no se ha implementado, y los maestros están quejándose en voz alta que no desean que eso signifique que sus salarios se vean afectados, al igual que ocurre con sus colegas en el sector Salud.
Por otra parte, la construcción de carreteras parece haberse beneficiado de la descentralización. Suelo visitar con frecuencia el condado de Kisumu, y durante años las carreteras han sido cada vez peores. El proceso de descentralización puede notarse en el programa de construcción de carreteras con nuevas pistas que aparecen por todas partes. Sin embargo, cuando se pregunta a cualquier keniano, dirá que el programa sería aún mejor si los contratistas no inflaran sus precios de licitación con el fin de ser capaces de pagar al gobierno del condado un buen soborno para obtener el contrato.
Sin embargo, lo más notable, para cualquiera que haya viajado por Kenia utilizando el transporte público, es que no puede haber dejado de observar controles policiales cada pocos kilómetros. Estos controles policiales no eran más que una actividad de recaudación de fondos por parte de la policía con el fin de compensar sus pobres salarios. Cada bus que pasaba era detenido, y solo la mitad de las veces se les permitía continuar su viaje mediante el pago de un soborno.
Estos controles policiales parecen ahora haberse reducido drásticamente con la implementación de un departamento de policía específicamente diseñado para detectar controles policiales ilegales en las carreteras.
Kenia es un país impresionante. Tiene maravillosos recursos turísticos y algunas zonas son tan fértiles que pueden producir el alimento necesario para todo el país. Cuenta con lagos de agua dulce, una enorme costa frente al mar, minerales e hidrocarburos. Su gente es diversa, amable y muy trabajadora, si se les da la oportunidad. Nadie en este país tendría que estar viviendo en la pobreza.
Si Kenyatta es realmente serio en la lucha contra la corrupción, entonces los kenianos y el mundo deberían ver los procesos y confiscaciones de bienes de los culpables. Una vez detenida la corrupción, Kenia puede rápidamente convertirse en una potencia económica en el este de África, capaz de competir con Nigeria y su riqueza petrolera en el oeste, y con Sudáfrica y su oro y diamantes en el sur.