En la calle Guaminí 5238 se encuentra el Centro de la Cultura Humanista de Villa Lugano. Recientemente renovaron el contrato de alquiler por otros tres años y esto fue motivo de festejo. La cena que organizaron este sábado 11 de abril congregó a vecinos, a padres de los chicos que practican tae-kwon-do y el resto de actividades que se realizan en el Centro y también a militantes humanistas de otros barrios que se acercaron a apoyar las acciones transformadoras que se desarrollan allí.
Además de agradecer la participación, colaboración e implicación de todos los voluntarios que trabajan en el Centro, informaron que el local colindante también formará parte de la institución y eso permitirá que las cooperativas de trabajo tengan mayor espacio para desarrollar sus proyectos.
La cercanía de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias de la Ciudad de Buenos Aires llevó a que algunos candidatos pudieran exponer sus intenciones electorales. Mariana Zalazar, candidata a comunera de la Comuna 8 por el Partido Humanista destacó la labor del Centro y enumeró los proyectos que están en marcha y que deben tener continuidad en el barrio. Leonardo Blanco, segundo candidato a Legislador porteño de la lista 22, recordó la inspiración siloísta de este proyecto barrial y planteó la necesidad de profundizar la democracia en una versión más participativa y menos representativa.
Finalmente, Gustavo Tenaglia, quien aspira a ser Jefe de Gobierno, parafraseó a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, diciendo “que no era por arte de magia” que lugares como el Centro de la Cultura Humanista funcionaban y perduraban en el tiempo, permitiendo la participación de los vecinos y dar respuesta a las necesidades locales. Aprovechó la oportunidad para fundamentar que en las PASO no se elige a los que gobernarán la ciudad, sino aquellos partidos políticos que podrán presentar sus propuestas para las elecciones de julio y afirmó que “el Partido Humanista tenía muchas propuestas para hacer”.
El ambiente festivo y familiar permitió que el barrio de Lugano pasara un grato momento y se sintiera en el aire que la alegría de los que hacen lo que quieren hacer, lo que considera que se debe hacer y realizan aquello que es bueno para ellos y es bueno para los demás.
