A partir de una presentación judicial presentada, la provincia cerrará el zoo y enviará a los animales a distintos refugios. “El amparo ambiental tiene que ver con reclamar ante la justicia frente a, por ejemplo, maltrato animal, temas de derecho ambiental o deterioro del ambiente”, explicó Luján Pérez Torrone, integrante de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales.
Por Matías Máximo para Infojus Noticias
El Parque Zoológico de Rawson, Chubut, es el primero que se está desmontando gracias a un recurso de amparo ambiental que derivó en un acuerdo entre ambientalistas y el gobierno local. La semana pasada se liberó al primer mono, “Felipe”, que fue rescatado de la soledad de su jaula en el zoológico y trasladado al «Centro de Rescate de Primates Proyecto Carayá», en la localidad de La Cumbre (Córdoba). A partir del acuerdo conciliatorio, los demás animales también serán trasladados a refugios para tener una vida más digna que el encierro en jaulas con el propósito de entretener al público.
“En 2013 iniciamos una acción de amparo ambiental que no salió con sentencia firme porque terminamos con un acuerdo conciliatorio: las partes llegaron a la conclusión de cerrar el zoológico”, dijo a Infojus Noticias Luján Pérez Torrone, delegada regional en la Patagonia de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA). Ella junto a Sebastián Ibáñez González fueron los patrocinantes.
“El amparo ambiental es una figura novedosa para nuestro Derecho y dentro de lo que es la figura del amparo en sí. Tiene que ver con reclamar ante la justicia frente a, por ejemplo, maltrato animal, temas de derecho ambiental o deterioro del ambiente. Cualquier persona tiene legitimación para accionar, porque se considera al derecho ambiental como patrimonio de todos, las asociaciones o la comunidad pueden acceder”, dijo Peréz Torrone y agregó que “la idea de difundir es para que se pueda replicar en el país o donde tenga que llegar, para que el concepto se instale y se entienda que los zoológicos no tienen que existir más y los animales tienen que vivir en sus espacios”.
Los traslados
“Felipe” es el primer traslado del zoo de Rawson, pero en el acuerdo conciliatorio se enumeran las demás especies enjauladas: tres tigres de bengala, once guanacos, un jabalí europeo, dos pumas, seis ciervos, tres zorros grises, dos cóndores andinos, cuatro jote cabeza colorada, cinco águilas moras, un pecarí de collar, un caballo, cuatro ovejas, nueve cabras, 18 gallinas, 10 cobayos, una martineta y dos loros.
Los lugares recomendados son “Proyecto Carayá”, “Tatu Carreta” y “Reserva Pumakawa” de Córdoba, “Reserva Natural Sierra del Tigre” de Tandil, “Reserva Natural Villavicencio” de Mendoza, “Tiger Haven” y “Wild Animal Santuary” en Estados Unidos; además de los proyectos «Cóndor Andino» e «Iberá».
La vida después del encierro
Alejandro Krebs y Cecilia Olguin, miembros de Dignidad Animal, fueron los ambientalistas que pusieron su nombre para que el recurso de amparo ambiental tome curso legal. “Lo hicimos en representación de muchos vecinos que nos juntamos porque estaba a la vista las malas condiciones en que estaban los animales en el zoo. Los espacios no cumplen con lo que demandan las convenciones internacionales de zoológicos de acuerdo a las especies. Estas condiciones no se cumplían porque el de Rawson es un zoológico muy viejo, de estilo victoriano, donde se prioriza la muestra de animales como colección que la preservación”, dijo Krebs.
Uno de los puntos pedía del que el traslado de “Felipe” fuera urgente: “’Felipe’ es un ‘mono caí’ que estaba en principio estaba con otros de su especie que se fueron muriendo y quedo solo en una jaula durante un año. Todos los simios tienen hábitos sociales y de hecho en Proyecto Carayá, donde está desde hace una semana, hay una manada de 11 monos caí. Cada macho tiene su pequeño clan y viven en libertad absoluta en los arboles de la reserva”, explico Mauricio Balocco de la Fundación Natura, que junto a Proyecto Gran Simio fueron los articuladores entre el zoo de Rawson y la reserva en cordobesa.
“Desde que llegó estuvo en dos recintos de preadaptación. El primero era para que se aclimate al a la temperatura de Córdoba y después pasó a un recinto mayor donde convive con otro mono caí macho y una hembra. Se lleva bien con ellos y cada tanto grita a los otros machos que están afuera de la jaula de adaptación. El predio donde será liberado definitivamente tiene unas 90 hectáreas, y conviven carayás, monos caí, y otros animales como llamas, guanacos y pumas que han sido también incautados por fauna de la provincia o rescatados”, dijo Balocco.
El acuerdo
La Municipalidad de Rawson y el Instituto de Asistencia Social de la Provincia del Chubut firmaron con los amparistas el acuerdo donde “las partes se obligan a cooperar en el trabajo de relocalización de los animales, en la tarea de búsqueda de refugios responsables y seguimiento de actividades a desarrollar para el cumplimiento del objeto del presente acuerdo”, a la vez que se comprometen a trasladar a los animales a las respectivas reservas de fauna específicas dentro de un plazo de seis meses.
Las partes dejan constancia además que las reservas fueron seleccionadas como lugares responsables y serios en materia de fauna exótica y autóctona. Además las autoridades se comprometieron “a no ingresar al Parque Recreativo General San Martín de Rawson nuevos ejemplares de animales”.