Sabemos que EE.UU. utiliza sanciones diplomáticas y económicas para presionar a los países que se oponen a sus intentos de hegemonía mundial. Y así mismo lo hizo el pasado lunes con Venezuela. Tras la aprobación del Congreso, Barack Obama, decidió congelar los bienes y restringir las visas para siete funcionarios venezolanos, asegurando que las razones de estas medidas son las supuestas violaciones de derechos humanos por parte del Gobierno de Maduro. Bajo este escenario, el presidente de ese país se declaró en una situación de “emergencia nacional” por la amenaza “inusual y extraordinaria” que presenta Venezuela para los intereses de EE.UU. Le preguntamos al vocero y vicepresidente del Partido Humanista de Chile, Tomás Hirsch, sobre las razones y posibles repercusiones de esta arremetida norteamericana.
¿Qué te parecen las medidas tomadas por Obama el pasado lunes?
Me parece que son de una torpeza sin igual. Lo pone a la misma poca altura de otros presidentes norteamericanos que tuvieron por política la intervención en Latinoamerica. Lamentablemente nos hace recordar a las peores épocas de Nixon, de Killinger, en fin, de lo que fueron las políticas de intervención que generaron guerras, golpes de estado, invasiones militares. Francamente creo que son muy lamentables y que toda América Latina las rechaza y, desde ese punto de vista, me parece muy valioso el tremendo respaldo al gobierno y pueblo venezolano, tanto popular como de los gobiernos de la región. Y una vez más, el gobierno de Chile está totalmente ausente del respaldo que se merece ese proceso democrático.
Sabemos que en febrero se realizó un fallido intento golpista en Venezuela dirigido por EE.UU. Con estas medidas, ¿crees que existe un nuevo intento claro de derrocamiento a Maduro por parte de Obama?
Sería muy ingenuo creer que EE.UU. hace estas declaraciones y toma estas medidas, manteniéndose totalmente desvinculado a los intentos desestabilizadores del proceso democrático venezolano. A EE.UU. lo condena su propia historia. Ellos intervienen y lo hacen cometiendo golpes militares, financiando a golpistas, protegiéndolos, entregándoles armas, otorgando información de inteligencia. Me parece clarísimo que si se unen las declaraciones de Obama y los intentos de golpe en Venezuela, que hay ahí una relación absoluta y directa.
¿Cuáles son las razones que esconde Obama con todo esto?, ¿te recuerda al boicot que orquestó EE.UU. en contra del gobierno de Salvador Allende?
A los gobiernos norteamericanos les produce una profunda irritación cualquier alternativa que tenga que ver con una liberación, una emancipación, una autonomía o independencia de los países latinoamericanos. En ese sentido, EE.UU. se siente -por una hegemonía ya tradicional- autorizado a ser dueño y señor en la región Latinoamericana, ubicándola como su patio trasero. Así lo hizo generando las dictaduras militares en Chile, Argentina, Brasil y en Centro América en repetidas oportunidades. Pero por sobre todo acá hay también un aspecto económico. EE.UU. ha ido generando desestabilización en todos los países productores de petróleo, buscando hacerse de esos yacimientos o controlando el precio de ellos. Lo hizo en el Medio Oriente durante mucho tiempo, hoy lo hace en Venezuela. No es un secreto para nadie que EE.UU. está muy interesado en el control de esas fuentes energéticas.
Evo Morales solicitó este lunes una reunión urgente de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (Celac), ambas alianzas en las cuales participamos, para, según sus palabras “declararnos en estado de emergencia frente a la agresión de Obama”. ¿Cuál crees que debe ser la posición de Chile en este caso?
Creo que habría que participar activamente en ambas instancias. La agresión de Obama contra un gobierno de América Latina es una agresión en contra de todo el continente. Somos una región que tenemos que avanzar juntos y crecer de la mano. No podemos ser un país que pretenda desentenderse de lo que está sucediendo en el resto del continente. Nos involucra a todos y desde ese punto de vista, el reciente llamado del Presidente Evo Morales, es un llamado muy generoso pero también muy responsable, que tiene una visión de futuro enmarcada en el progreso de toda la región. Yo espero que Chile deje atrás la tendencia de aislarse de la región, la tendencia mezquina de velar por sus propios intereses y que comprenda que debemos apoyar resueltamente la democracia en todo Latinoamerica. He visto una ausencia en Chile en la defensa de los valores de la democracia en América Latina. El gobierno chileno debería haber salido con gran fuerza y energía -tanto la presidenta, como el canciller, como el parlamento-, a defender y a comprometerse por la defensa de la democracia en la región.