El pensamiento religioso y sus implicancias en las tradiciones emancipatorias fue el eje de la discusión que sostuvieron, en la tarde del viernes 13 de marzo, el teólogo y ecologista brasileño Leonardo Boff, el filósofo y político italiano Gianni Vattimo, el sacerdote argentino Marcelo Sánchez Sorondo, y el sociólogo y escritor Horacio González, durante de la segunda jornada del Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad, que concluye mañana en el Teatro Nacional Cervantes.
“La emancipación no es un proyecto que esté fundamentado de antemano, es una interrogación radical sobre de qué cosa debemos emanciparnos. Emancipación, igualdad, justicia y amor son causas que no son apropiables, sino que nos interpelan. Sin esas causas, nuestra vida sería pura vida biológica. Gracias a esas causas es como la eternidad entra en nuestra vida, irremediablemente finita”, planteó para iniciar el debate, titulado “Actualidad de las tradiciones emancipatorias”, el psicoanalista Jorge Alemán, consejero Cultural de la Embajada Argentina en España.
“Soy uno de los máximos cultores de una mitología latinoamericana que imagina el mundo latinoamericano como el más posmoderno”, se presentó Vattimo y explicó: “Las novedades sociales y políticas de las últimas décadas han pasado acá: lo que ocurrió con los movimientos de autoliberación de los pueblos frente al avance imperialista es lo que nos ayuda en Europa a pensar que otro mundo es posible”.
El intelectual italiano se refirió al papel del cristianismo en la emancipación y aseveró: “Los conservadores, los reaccionarios, saben lo que dicen cuando dicen que el Papa es comunista. La única fuerza internacional, autoridad espiritual y política que hoy puede constituir el centro alrededor del cual se conectan las fuerzas anti-antihumanistas es Francisco”.
Vattimo también sostuvo que hoy la globalización y la lucha contra el terrorismo es la lucha de clases a nivel mundial. “En este mundo globalizado, quien no esta de acuerdo con los diarios mainstream es potencialmente un terrorista”, objetó.
En términos propositivos, el filósofo manifestó: “El punto fundamental es la falta de una globalización alternativa frente a globalización conservadora de la que somos víctimas. La revolución hoy tiene que ser cultural y religiosa; no puede ser puramente política”. “El movimiento espiritual cultural que se opone a deshumanización es de molestia al mundo capitalista”, concluyó.
Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, comentó al tomar el micrófono: “Quiero reencontrarme con la Argentina. Soy peronista y conocí a Perón”. El teólogo trajo la palabra de Francisco al encuentro: “El Papa no es lo suficientemente conocido por los argentinos. Por primera vez, ha llevado al Vaticano todos los movimientos populares. Sus críticas al sistema son inéditas”, afirmó.
“Francisco considera que el problema del mundo globalizado y su sufrimiento son la llaga de Cristo y es así. La Iglesia debe salir de la autorreferencialidad e ir por la periferia del mundo”, resumió el sacerdote la tarea por venir.
Boff, a su turno, comenzó su exposición mencionando que en 35 ciudades se estaban realizando manifestaciones en favor de la democracia y de la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff. “En el Brasil como nunca antes hay odio y rabia contra el PT en los medios de comunicación. Pero es odio contra los proyectos sociales que ese partido propició y que han permitido que una Argentina entera fuera incluida en la sociedad”, advirtió.
Retomando el título del foro internacional, opinó: “Emancipación e igualdad son un proyecto que debemos construir conjunta y comunitariamente. ¿Vamos a ser funcionales al darwinismo social que toma todo para sí y echa a los demás?, ¿eso es civilizatorio? La emancipación es organizar un tipo de sociedad y de producción que garantice a una vida amenazada por una perversa desigualdad el acceso a los bienes vitales”.
Como Chomsky ayer, Boff mencionó las amenazas fundamentales que ensombrecen el futuro del planeta: la nuclear, o el peligro de autodestrucción de la especia humana, y la crisis ecológica. En este sentido, llamó a recuperar la sabiduría ancestral de los pueblos originarios de América Latina: “Nos muestra otra manera de ser humanos y de relacionarnos con la tierra y la naturaleza. Esa sabiduría tiene que ser revisitada, valorizada por nuestra cultura materialista y con voracidad ilimitada”.
En último lugar, González, quien se confesó “en minoría” por ser laico, disertó sobre las imbricaciones de las tradiciones populares e ilustradas. “La tradición popular es un envidioso de las religioso, de lo sagrado, de lo místico, de la gran ecología sacra.
Y la tradición ilustrada tuvo que pasar mucho tiempo hasta conjugarse con la tradición popular, pero ningún país puede ser solo vinculable a la tradición ilustrada», sostuvo.
En este sentido, el también director de la Biblioteca Nacional habló del Sumo Pontífice y de su retórica: “El Papa proviene de la ilustración popular y, al mismo tiempo, usa las alegorías del acervo textual de la Iglesia”.
Respecto de la palabra “emancipación”, para González, la clave es “emancipar la lengua, el modo en que conversamos y creamos estructuras significativas del lenguaje a diario”. “En nuestra lengua está el modo en que definimos la vida cotidiana, la vida productiva y lo que puede emanciparnos u oprimirnos. En un call center se trabaja con la lengua; es una de las formas de trabajo alienado más escandalosas: la conversación convertida en mercancía”, ejemplificó.
“Hay una disputa a escala de la humanidad por quién tiene la última palabra”, sentenció el sociólogo y agregó: “Frente al desvío del poder de la palabra se yergue la teoría de la emancipación de la lengua”. Sobre el final, González también mencionó a Caracas: “Tocando a Venezuela están tocando nuestra lengua emancipatoria; por eso, no podemos permitirnos distracciones en nuestra lengua política”.