Ir hacia la Plaza de los Dos Congresos caminando desde 20 cuadras ya hacía sentir el latir de un pueblo expresándose sin violencia ni maltratos, demostrando que reforzaba un rumbo transformador en una buena dirección. Era cruzarse con esas madres junto a sus hijos, para quienes el esfuerzo de movilizarse desde los barrios un día de lluvia con toda la familia no fue un impedimento y decidieron estar allí, festejando y acompañando junto a los militantes de su organización; era ver a ese grupo de abuelos con el espíritu joven intacto cantando que iban a cambiar el mundo; o estar al lado de ese hombre mayor que escuchando a la Presidenta en un momento emocionante de su discurso me miró y me dijo “es un fenómeno esta mujer”, mientras aplaudíamos sintiendo la unión de quienes se juntan para manifestarse por la mejor de las causas; o era sentir a esos cientos de miles de jóvenes que retomaron la participación política, ahora con alegría, de modo no-violento, que mientras militan son bondadosos y solidarios, y hoy están acá, en la plaza del pueblo. Ese pueblo quizás ausente de los medios de comunicación, anónimo en las tapas de los diarios, pero que con sus profundas aspiraciones y propósitos de anhelar un mundo mejor, acompaña y direcciona a los procesos históricos.
La apertura del 133° período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional donde la Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dio su discurso, fue el hito que sirvió como hecho político para que se reunieran un estimativo de 400 mil personas en la Plaza de los Dos Congresos este primero de marzo. Como gesto bastó para darle un apoyo necesario a la Presidenta argentina, en un momento de intentos desestabilizadores en un año electoral que comenzó difícil, con una muerte dudosa de un fiscal, con rumores de golpes de Estado de distinta índole y con duros agravios hacia el Gobierno Nacional por parte de la corporación mediática y judicial.
Provenientes de distintas provincias, se reunieron cientos de miles para celebrar la Democracia este domingo en Buenos Aires, expresando sentimientos de fuerza y alegría bajo una multiplicidad de banderas de diversos colores y consignas. Mostraron la militancia, el compromiso, tomaron el espacio público y dieron una muestra de dignidad y de apoyo político a un proyecto que se inició en 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner, que fue calando hondo en las bases sociales, generando un importante movimiento popular en el cual se apoyó para profundizar sus políticas. Jóvenes llegados de los barrios de la capital y de Jujuy, de La Matanza y de Tucumán, de Florencio Varela y de La Pampa, de muchos puntos geográficos de Norte a Sur del país, se encontraron para cantar, tocar con su batucada, y alentar, contagiando la inexplicable alegría que da acercarse a otros, desconocidos, pero que se conectan en una aspiración común, en una coincidencia y una sintonía compartida.
La Presidenta habló durante cerca de cuatro horas, hizo un repaso de los logros más importantes de su gestión. Comenzó dando un panorama económico relativo a la política de desendeudamiento: “Desde 2007 a 2014, la Argentina tiene signo negativo en el crecimiento de su deuda”, recalcó. Cristina Fernández aseguró que “esto ha sido hecho durante una fuerte ofensiva internacional, contra nuestro gobierno”. Comparó la situación con lo que vivió Néstor Kirchner en su negociación con el Fondo Monetario Internacional: “Lo que le decían a él con el FMI, me lo decían a mí con los buitres. Con los buitres es más grave, porque son chupadores de sangre internacionalmente reconocidos”. Tras esa mención, puso en especial relieve la gestión de Aerolíneas Argentinas, “que permitió a muchos argentinos y extranjeros alcanzar todos los destinos del país”. La Presidenta destacó como un logro del Congreso la sanción del nuevo Código Civil y Comercial y felicitó a los legisladores por la norma aprobada. “Este modelo hizo de la generación de empleo, la industrialización del país, dos ejes fundamentales”, remarcó en otro pasaje de su intervención. Aseguró que dicha decisión política “nos ha permitido generar más de seis millones de puestos de trabajo”.
La Mandataria destacó que “desde 2004 a 2014 se sancionaron 48 leyes laborales, un número inédito”. Felicitó a los legisladores por ello: “Todos ustedes participaron en este logro de la democracia argentina. Y no tuvieron que avergonzarse de ninguna, al contrario: no fueron leyes laborales donde se quitaban derechos, no fueron leyes laborales sospechadas de sobornos, fueron leyes ampliando derechos”. La Presidenta de la Nación sostuvo que “el mejoramiento de la calidad de vida también se dio en el sector que más había sido postergado durante décadas, en nuestros viejos, nuestros ancianos, eran los rezagados de la historia”. Indicó que “a través de las moratorias, pasamos a más de seis millones de jubilados”.
Mientras el pueblo en la plaza, a veces bajo una lluvia intermitente pero reconfortante, la “bancaba”, aplaudía y cantaba. “Cristina inmensa como la plaza llena, como la lluvia, como esta sensación de ir extrañandola”, expresó Andrea, de Rosario, recordando que este es el último discurso de apertura de sesiones legislativas de la Presidenta argentina en su segundo mandato, dado que tiene la imposibilidad constitucional de ser reelecta en octubre próximo. “Estuve en la Plaza del Si. El Si de la alegría. El Si del futuro abierto. El Si de la coherencia. El Si de la Juventud Militante, el SI de las nuevas generaciones. Gracias a la vida que, tras 43 años, muchos de ellos de oprobio, muerte e individualismo nihilista, me ha permitido estar en esta Plaza. La Plaza del Si”, expresó Guillermo, llegado desde Quilmes, sentidamente emocionado. “Feliz de haber estado en Plaza Congreso para la apertura de las sesiones ordinarias. Agradecida de vivir este tiempo histórico donde pude volver a creer en un gobierno, donde la gente recuperó la alegría que se veía en los rostros de todos: familias enteras, jóvenes, viejos, estudiantes, trabajadores… Todos allí por el puro gusto de estar, celebrando, compartiendo, agradeciendo”, manifestó Vilma, que también vino desde el conurbano bonaerense con su pareja.
La Presidenta habló luego de la Asignación Universal por Hijo, que “está vinculada a muchísimas cosas, la primera a un sentido de justicia y equidad: ayudar a familias que no tienen trabajo registrado, o no encuentran trabajo”. Apuntó que 4.622.000 familias argentinas “han recibido en algún momento la asignación universal”. Agregó que “en 2014 logramos que el 100% de nuestros alumnos secundarios tengan su netbook, eliminando la brecha digital tan importante”. Destacó el Procrear, al que calificó como “el gran plan de vivienda para la clase media que no era sujeto de crédito bancario”. Señaló que se van a otorgar en dos años 200 mil créditos de este tipo. En materia de Justicia y Derechos Humanos, recordó que desde 1994 reclama justicia por el atentado a la AMIA. “Hablo de la AMIA desde 1994, hablo y seguiré hablando en la ONU reclamando justicia”, aseguró. Y continuó con diversos puntos imposibles de reducir a una sola nota periodística, dado lo extenso de una intervención de casi cuatro horas de fuerte contenido político.
Afuera, el pueblo seguía sin impacientarse escuchando las palabras de su Presidenta. Como sintetizó el actor, presente en la Plaza, Mosquito Sancineto: “Hoy mi corazón latió muy fuerte, brotó muy vivo, se elevó, y está queriendo más que nunca. Contenido por esta presidenta única y líder de mis miradas. Hoy amé a todos los que me encontré, primero en la plaza, después en Radio Nacional, escuchar a los oyentes y sus mensajes hermosos… Y con los que compartí estas horas emocionantes”.
La Presidenta finalizó enfatizando acerca de que el que deja “no será un país cómodo para los dirigentes, sino un país cómodo para la gente. Va ser incómodo, sobre todo, si piensan sacarle derechos adquiridos”. Afuera, al finalizar, la música de Natalia Lafourcade abrazaba al pueblo: “Yo no nací sin causa, yo no nací sin fe, mi corazón pega fuerte para gritar a los que no sienten, y así perseguir a la felicidad”. Estaba todo dicho.