“Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los super-machos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo.” – Eduardo Galeano
Barcelona (Reino de España).
María quedó tirada, inconsciente, en un barranco tras ser molida a golpes por su novio. Sophia fue violada después de que un hombre le acuchillara y estrangulara en su propio coche. A S., su marido le cortó la nariz, los labios y las orejas. Ha ocurrido este año en España, Bolivia y Afganistán. Son solo tres de los 1.200 millones de mujeres en el mundo que sufren agresiones de su pareja o expareja (lo que denominamos violencia machista o de género) o ataques sexuales de terceros. Es el panorama al que se enfrenta una de cada tres personas de sexo femenino. Uno de cada seis habitantes del planeta.- según Anna Alfageme en su articulo (12-12-14) para el diario El Pais.- Y continua diciendo.- Las cifras de los ataques físicos o psicológicos a mujeres retratan una mayor, global y diversa magnitud, de tal forma que no existe cultura que escape a una de las más graves violaciones de derechos humanos, expresión extrema de la desigualdad: 133 millones han sufrido algún tipo de mutilación genital en 29 países de África u Oriente Próximo. Casi la mitad de las mujeres de la UE han experimentado acoso sexual en el trabajo. Setecientos millones se han casado antes de los 18 años. Una de cada 10 niñas ha sido sometida a coitos forzados u obligada a mantener otro tipo de relaciones sexuales. Ellas suponen más de la mitad de los 21 millones de trabajadores forzosos fruto del tráfico de personas y la práctica totalidad de las víctimas de mafias sexuales. La mitad de las asesinadas en el mundo en 2012 lo fueron a manos de sus maridos, de tal manera que su casa resultó ser el lugar más inseguro.
Sucede que en muchos lugares del mundo, las agresiones de los hombres hacia las mujeres se aceptan como una parte normal de la vida. En España, durante la etapa franquista, se consideraba normal pegar a los niños, era algo aceptado socialmente. Sin embargo hoy en dia la misma sociedad repudia el maltrato infantil. Ha de suceder lo mismo con las mujeres. Que la violencia contra la mujer sea considerada lo que es, una violación de los derechos humanos.
La semana pasada se produjo el intento de violación y asesinato de Ozgecan Aslan, una estudiante de 20 años. Sucedió algo imprevisible. Quince mil alumnos y profesores de su universidad en Tarsus, una pequeña ciudad del sur de Turquia, se despidieron de ella con una manifestación contra la violencia hacia las mujeres. Desde que el cuerpo mutilado de Ozgecan fue encontrado tirado en la ribera de un rio, las protestas y señales de condena no cesaron. El dia del entierro, decenas de mujeres que asistían al funeral se negaron a acatar las ordenes del imán local y llevaron el ataúd sobre sus hombros. Siguieron decenas de protestas por todo el pais. El president del pais, Recep T. Erdogan, calificó los asesinatos de mujeres de “herida sangrante en nuestro país”.