El pasado miércoles 4 de febrero, en Quito-Ecuador, CIESPAL hizo un homenaje a uno de los más importantes pensadores de la comunicación en América Latina: Jesús Martín Barbero.
Con toda seguridad, sin todo el desarrollo teórico de Martín Barbero en torno a la comunicación más allá de los medios, al entramado comunicativo de la vida cotidiana, a lo popular como fuente y sentido de la tarea comunicativa, a no confundir los medios con la comunicación y darles el lugar de mediación y herramienta que les corresponde, el pensamiento latinoamericano en torno a la comunicación no sería lo que es actualmente.
Pressenza estuvo en este merecido homenaje y en la rueda de prensa previa al mismo. Aquí, el registro fotográfico, con fotos de Walker Vizcarra.
Democratizar es que los negros, es que los pequeños, es que los ancianos, es que las mujeres, es que los gays, es que los indígenas de todas las culturas que haya y todas las otras figuras humanas que se van configurando, como los transexuales, por ejemplo, se expresen en su propia voz.
El verbo contar tiene al menos tres sentidos en castellano. Primero, contar es relatar el propio cuento. Segundo, contar es ser tenido en cuenta. Y tercero, contar es hacer las cuentas, es decir, a la hora de hacer el presupuesto.
Se trata entonces saber contar el propio cuento para ser tomado en cuenta a la hora de hacer las cuentas. Y la gente más jodida es la que más necesita saber contar su cuento, porque nadie lo va a contar por ellos y porque cualquier que quiera contarlos, los va a utilizar, aunque sea con la mejor intención.
Saber contar su cuento es construir identidad, sentir que uno la tiene, disfrutar de ella y gozarla y poder compartirla. El cuento es constitutivo de la identidad, de la diferencia. No es utilizable.
Somos lo que somos porque sabemos contarnos y ese contarnos, el relato hace parte constitutiva de lo que somos, y de lo que podemos y de lo que soñamos.