Son poco más de 3.000, y desde hace más de medio siglo su hogar está en Kenia, pero sólo ahora están a punto de convertirse en ciudadanos. Esta es la historia de los Makonde, que migraron desde Mozambique en época colonial y llegaron a las costas de Kenia trayendo consigo el arte del grabado en madera.

El censo de los miembros de la comunidad comenzó la semana pasada, en el condado de Kwale. Los datos reunidos por las autoridades locales serán enviados al gobierno central, que se encargará de los trámites para la concesión de la ciudadanía.

A pesar de que llegaron a Kenia antes de la proclamación de la independencia de Gran Bretaña, los Makonde no figuran entre las 41 comunidades étnicas reconocidas en el país. Durante décadas estuvieron sin papeles, corriendo el riesgo de ser deportados. La única garantía que tenían eran las promesas de Jomo Kenyatta, padre del actual presidente de Kenia, pero igualmente lograron resistir en su nueva tierra vendiendo piezas talladas a turistas extranjeros y cultivando pequeñas parcelas.

Los Makonde llegaron a Kenia desde el sur de Tanzania y el norte de Mozambique, donde también habrían ayudado a emprender la lucha por la liberación de la dominación portuguesa. Con la diáspora en Kenia, la comunidad cuenta con unos 3 millones de miembros, y entre sus personajes más famosos se encuentran el artista tanzano George Lilanga y Felipe Nyusi, quien el año pasado fue elegido presidente de Mozambique.

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