Cordón largo de cumbres nevadas que abraza a una América diversa, montañas andinas conjugándose en un sinfín de tonalidades. Desde su interior, como un tesoro a ser descubierto por la humanidad, se gesta una espiritualidad, contagiándose poco a poco por el arco iris que incluye a todas las culturas humanas.
Es la espiritualidad que inspira El Mensaje de Silo*, que este tres y cuatro de enero reunió a cientos de «mensajeros» en su lugar histórico en Punta de Vacas -un paraje cordillerano entre Argentina y Chile- donde todo nació en aquella primera arenga pública dada por Silo el cuatro de mayo de 1969. Allí se levanta hoy el Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas sirviendo en esta ocasión de punto de encuentro para siloístas provenientes de lejanas latitudes. Peregrinos llegados desde variados puntos de esta larga América: Estados Unidos, México, Colombia, Ecuador, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Chile y Argentina; desde la lejana Europa llegaron miembros provenientes de España, Francia, Italia, Alemania e Inglaterra; y hasta se pudo ver a algunos otros que viajaron desde Mozambique, en África.
Los siloístas se encontraron a compartir ceremonias de Bienestar y Oficio, a intercambiar sobre temas como la trascendencia, el sentimiento religioso, el sentido de la vida, la meditación en torno a «El Camino», y las distintas formas de ayudar a otros con este Mensaje como son las misiones de peregrinación que ya se llevan adelante en India, Estados Unidos, Guatemala, el noroeste argentino, Bolivia, Perú y por el extenso Brasil.
No es casual que esta espiritualidad se encuentre tomando fuerza en este delicado momento histórico que vive la humanidad: un mundo asediado por la violencia, los choques culturales y religiosos, la ambición económica y financiera desmedida que somete a pueblos enteros, la posibilidad de una tercera Guerra Mundial esta vez con armas nucleares capaces de convertir en polvo al planeta todo.
Entonces, una espiritualidad que invita al cambio profundo y esencial en dirección a la no violencia, a la reconciliación y al tratar a los demás como uno quiere ser tratado; una espiritualidad que invita a conectarse con el otro mediante el Bienestar y el contacto con la Fuerza interna; una espiritualidad sin dogmas, sin amos ni jefes, sin estructuras piramidales ni intermediarios para el contacto con los espacios sagrados de la interioridad humana.
Es esa la espiritualidad que hoy se sintió en el corazón andino, imponente Aconcagua, y suavemente va resonando en aquél que busca el Sentido, la alegría y la esperanza del futuro cambio que desde el fondo de la historia siempre anidó en la interioridad de los hombres buenos.
*El Mensaje dado por Silo en julio de 2002, consta de tres partes: el Libro, la Experiencia y el Camino. El Libro es conocido desde hace tiempo como «La Mirada Interna». La Experiencia está planteada a través de ocho ceremonias. El Camino es un conjunto de reflexiones y sugerencias. Circula impreso y a través de las redes informáticas. Su versión fidedigna se puede encontrar en www.silo.net