Tiahuanaco, BOLIVIA, 21 ene (ABI).- El presidente boliviano Evo Morales afirmó el miércoles que es tiempo del Pachakuti (retorno al equilibrio), de la reafirmación de la identidad y de la revolución democrática cultural después de una ceremonia ancestral preparada en las ruinas precolombinas de Tiahuanaco, la civilización con mayor data del hemisferio sur, donde los pueblos indígenas pidieron a la naturaleza y al cosmos confirmar al presidente de origen aymara como líder nacional y continental.

Después de cinco rituales, que se realizaron en el Museo Lítico y en los espacios arqueológicos de Akapana y Kalasasaya, el Presidente indígena recibió el bastón de mando como punto de partida de un nuevo período de gobierno (2015-2020) con la energía de las divinidades ancestrales, de la Pachamama y el cosmos.

«Es un día especial, histórico, de reafirmación de nuestra identidad, de reafirmación de nuestra revolución democrática cultural. Estamos viviendo tiempos del Pachakuti, pacha quiere decir equilibrio, kuti quiere decir retorno, entonces Pachakuti quiere decir retorno al equilibrio, retorno a la igualdad con políticas de solidaridad y complementariedad para este proceso de cambio», remarcó ante miles de personas y visitantes extranjeros que se congregaron en ese milenario centro religioso, de ciencias y artes, ubicado a unos 70 km al oeste de La Paz y a casi 4.000 m de altura sobre el nivel del mar.

A su juicio, es tiempo de consolidar la revolución educativa y cultural, la revolución de la salud, la revolución en la producción, en la justicia en el trabajo, la revolución del pensamiento.

El Presidente indígena consideró que es necesario cambiar toda la escala nacional, internacional e intercontinental en base a principios fundamentales, como la identidad, las formas de convivencia, de solidaridad, de complementariedad, en consenso y equilibrio que «son las bases de la cosmovisión de los pueblos indígenas del continente y del mundo».

«Estamos en el tiempo de un gran parto, parto de la esperanza, de la unidad, de la armonía, de la felicidad y de nuestra filosofía de vida», subrayó.

Afirmó que ese ritual ancestral que se realizó en el centro de Tiahuanaco es un acto milenario y sagrado para la vida y para la humanidad después que los pueblos indígenas soportaron por más de 500 años «la obscuridad, el odio, el racismo, la discriminación y el individualismo», tras la llegada de los «hombres extraños» que con su filosofía de muerte intentaron hacer desaparecer a los pueblos indígenas del mundo.

«Nos dijeron que había que modernizarse, había que civilizarse, y para eso nos enseñaron su filosofía de muerte, pero para modernizarnos, para civilizarnos, primero tenían que hacer desaparecer a los pueblos indígenas del mundo, hacer desaparecer nuestro idioma, nuestra cultura, nuestras raíces, nuestra hoja de coca, nuestros productos naturales, como la quinua, nuestros ganados, nuestros símbolos, nuestra música, nuestra vestimenta, querían terminar con nuestra identidad», respaldó.

El Presidente boliviano afirmó que de esa filosofía de muerte nació el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y el imperialismo y aseguró que para que exista el capitalismo, el imperialismo, tenían que hacer desaparecer a los pueblos indígenas del mundo.

Pero aseveró que los pueblos indígenas sabían que «nuestro tiempo volvería» y afirmó que lucharon permanentemente para comandar su destino.

«Hemos vuelto no pudieron hacernos desaparecer, estamos para gobernar nosotros mismos», subrayó al parafrasear a Túpac Katari, líder indígena que se reveló en 1871 contra los colonizadores y antes de ser descuartizado por cuatro caballo dijo » volveré y seré millones»

Rsl ABI