Las escandalosas revelaciones del caso Penta han sacudido al país durante los últimos días, dejando en evidencia la estrecha relación que existe entre los grandes grupos económicos y la clase política chilena. En esta oportunidad, el pandero lo lleva la desvergonzada acción de la UDI. Ello nos permite entender por qué las leyes no castigan a los poderosos, a los que depredan el medio ambiente, a los que infringen los derechos laborales, a los que se coluden para abusar de los consumidores, así como a los que lucran escandalosamente con la educación, nuestras pensiones y salud.
En el caso de la UDI, junto con mentir, eligieron parlamentarios con dineros ilegítimos y además con fraude tributario. Lo anterior es un síntoma más de la descomposición de un sistema semi-democrático que requiere transformaciones importantes y urgentes, entre ellas acabar con el repudiable vínculo entre política y negocios, y la puerta giratoria que existe entre participar como alto funcionario de gobierno y los principales grupos empresariales. Es imprescindible que se investigue hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga.
Pero la derecha no ha sido la única salpicada por el escándalo. Tanto el ex candidato presidencial y líder de la agrupación política liberal “Fuerza Pública”, Andrés Velasco -otrora adalid de la lucha contra las “malas prácticas” en la política- como el actual Ministro de Obras Públicas y militante DC Alberto Undurraga, han sido vinculados con estos hechos durante el proceso de investigación. En el caso de este último mediante supuestos trabajos que, según las propias declaraciones de antiguos funcionarios de Penta nunca fueron utilizados. Nos parece antiético e inmoral que los involucrados sigan ocupando cargos de representación, legislando o integrando el gobierno. Porque este financiamiento no es gratuito, al momento de legislar y gobernar se pasará la cuenta, y serán los intereses de estos grupos empresariales los que prevalecerán antes que el interés de la sociedad en su conjunto.
Resulta difícil poder encontrar un ejemplo más claro de la necesidad imperiosa por transformar el actual sistema democrático, capturado por una clase de políticos que comparte vínculos sociales y económicos como el que existe en el actual Chile de la eterna transición. La deslegitimación del ejercicio político, ejemplificado por la alta abstención en las elecciones realizadas durante los últimos años, por culpa de esa casta, se ve reafirmada por las evidencias.
En base a estos hechos, creemos que todos los parlamentarios involucrados en el escándalo del caso Penta deben ser inhabilitados de sus funciones, sin poder votar ni participar de los procesos de reforma que se están llevando a cabo. Ha quedado claro durante los últimos días que este grupo de parlamentarios actúa en base a intereses comunes con el gran empresariado, y no es fiel representante de la ciudadanía ni los cambios que esta ha posicionado con organización y lucha.
Como fuerzas de izquierdas, reivindicamos la necesidad de cambios de fondo. Para ello la ciudadanía debe seguir incorporándose a las distintas formas de organización social y popular. Sólo así se podrá gestar una nueva alternativa política de mayorías que permita gestionar las transformaciones que el país requiere.
Izquierda Autónoma
Izquierda Libertaria
Unión Nacional Estudiantil
Partido Humanista
Movimiento de Izquierda Independiente
Convergencia de Izquierdas