Por Alejo Vargas Velásquez
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El 2014 fue un año con interesantes hitos en los político, que van a marcar con seguridad el devenir político de los próximos años.

En primer lugar se dio la reelección presidencial de Juan Manuel Santos, pero la novedad fue que la misma se realizó sin el apoyo de las fuerzas políticas uribistas, mejor aún, en contra de las mismas, lo cual le da libertad de acción al Presidente frente a algunos sectores que durante su primer mandato siempre estuvieron diciendo –parcialmente sin razón- que los votos de su elección eran uribistas y que por lo tanto el mandato electoral era el que decidiera el ex presidente.

Pero este segundo mandato tiene algunas novedades, primero, un recambio en la coalición de gobierno, ahora con un núcleo duro basado en el Partido de la U, el Partido Liberal y Cambio Radical; segundo, un Partido Conservador que intentó jugar con candidato propio unitario pero manteniendo un pie dentro de la coalición de gobierno y otro fuera, situación parecida se dio con los verdes en la medida en que dirigentes del antiguo Partido Verde como Lucho Garzón, Alfonso Prada y algunos congresistas apoyaron fuertemente la candidatura Santos.

En segunda vuelta se dio un hecho poco común y es que las fuerzas políticas progresistas y de izquierda se unieron alrededor de la candidatura de Santos y con la decisión de darle un claro mandato para seguir las conversaciones de terminación del conflicto armado, lograron que esta candidatura remontara la ventaja de primera vuelta presidencial y derrotara al candidato del uribismo, con una bandera clara: terminar el conflicto armado con la guerrilla. Este proceso igualmente generó una oposición de derecha atípica y expresada en el movimiento Centro Democrático que ha sido un gran contradictor, especialmente alrededor del proceso de conversaciones con la guerrilla.

El segundo gran tema político del año fue el avance en el proceso de conversaciones entre el gobierno nacional y las FARC; al respecto debemos reseñar los acuerdos logrados sobre el tema de ‘solución al problema de las drogas ilícitas’, el inicio del análisis por la Mesa de Conversaciones del tema de Víctimas –para ello se realizaron tres Foros de Participación regionales en Villavicencio, Barrancabermeja y Barranquilla y uno nacional en Cali-, igualmente la Mesa de Conversaciones tomó una decisión histórica, invitar a sesenta víctimas directas en cinco grupos de doce para que directamente expresaran a las dos delegaciones su testimonio y sus propuestas y acordaron las dos delegaciones un conjunto de diez principios que orientaran el tratamiento del tema de Víctimas.

Estas visitas de las cinco delegaciones de víctimas se llevaron a cabo dejando a las dos delegaciones la crudeza de los testimonios que evidencian la barbarie de la confrontación armada, pero al tiempo la exigencia de que las dos delegaciones no se deben para de la Mesa sin haber llegado a un acuerdo final. Igualmente la Mesa de Conversaciones tomo una de las decisiones más trascendentales –síntoma de un avance sustancial en las mismas- conformar una Subcomisión con participación de altos oficiales de la Fuerza Pública y jefes guerrilleros, para ocuparse del tema de ‘dejación de armas’ y modalidades y formas del cese definitivo del fuego y hostilidades; estos sin duda son temas técnico-militares que nadie mejor que los oficiales de nuestra Fuerza pública conocen, ellos que han sabido hacer la guerra serán ahora quienes con solvencia contribuyan a diseñar la paz. Igualmente se creó y empezó a funcionar la subcomisión de género que pretende darle a todos los acuerdos la necesaria dimensión del enfoque diferencial, en este caso de género, que es tan importante en las realidades actuales.

Por último las FARC tomaron la decisión, que hasta el momento han cumplido cabalmente, de declarar un cese unilateral de hostilidades por tiempo indefinido, creando un precedente importante y una especie de anticipación de lo que será el cese final y definitivo de hostilidades. Buen mensaje de optimismo realista para los colombianos.

– Alejo Vargas Velásquez es Profesor de la Universidad Nacional, Colombia.