Entrevistamos en Santiago a la connotada cantante colombiana Marta Gómez, que ofrece un concierto en el Centro Cultural Alameda este miércoles 3 de diciembre, como parte de su gira latinoamericana con la que honra a lo humano y adhiere a la No-Violencia Activa.

MartaG

Acá su canción «Para la guerra, nada» que comenzó con sus versos enviados a 9 amigos músicos, invitándolos a agregar los propios. Al día de hoy se han sumado más de 300 versos provenientes de todas partes del mundo y el tema ha devenido en himno para marchas y eventos por la Paz.

Se le ocurrió al observar la guerra on-line entre Israel y Palestina. «Desde hace más de diez años voy a Israel a cantar. A ellos les encanta la música latina y es, en cierto modo, un pueblo parecido a Colombia. Sin embargo con este conflicto fui viendo  que ambas partes sufren. Al tratar de entender por qué, tomé posición en contra de la ocupación de territorios y contra la agresión israelí. Pero seguiré cantando para su gente», dice.  «Tenemos que terminar con los conflictos bélicos», señala, «con todos».

Aunque vive en Barcelona, es latinoamericana hasta en los más mínimos gestos y sus ritmos, las letras de sus canciones, toda su inspiración enraíza acá, en el Sur.

Reconoce que el proceso de paz que se lleva adelante en Colombia ha adquirido una significación que traspasa fronteras y constituye un anhelo emblemático a nivel mundial. «Hace diez años, cuando elegimos a Uribe para su primer mandato», dice, «votamos por la guerra. Hoy queremos la paz y, sea que nos guste o no Santos, hemos apostado al proceso de Paz que el mandatario colombiano conduce y lo estamos apoyando».

Marta Gómez canta una «protesta alegre», como ella misma la denomina. Canta para los que no tienen voz – mineros, cafeteros, mujeres indígenas, etc… – desvelando la injusticia pero desde la alegría y la esperanza que los nutre, como es su canción «Doña Luisa», el relato de una mujer que aún en su pobreza se viste de coquetería. Aunque disfruta de los ritmos y los solos, su música y sus letras tienen toda la nostalgia de una añoranza entrañable, envuelta en pequeñas alegrías, como es «Ritualitos».

Le gusta lo andino, los carnavalitos y las cuecas, sobretodo los ritmos de montaña. Los ritmos altiplánicos que la mantienen vinculada con este Continente tan suyo y que tan bien representa desde otras latitudes.

Su gira actual, que concluye en Santiago de Chile este miércoles, comenzó en Bogotá siguiendo por siete ciudades más de su país natal, luego fue a Quito, a Caracas y a ocho diferentes ciudades de Argentina. Terminará el 6 de diciembre cantando en el Festival Despierta, en el Parque Padre Hurtado.

MG