Por María Muñoz para Inspira
“Somos cooperativas pequeñas pero unidas podemos ser mayores”. Bajo esta premisa nace en Galicia la Red de Cooperativas Sin Ánimo de Lucro (SAL), que cuatro entidades llevan pergeñando desde el pasado enero y hace unos meses empezó a dar sus primeros pasos. El objetivo: colaboración, visibilización y sensibilización.
“Todas somos cooperativas de nueva creación, relacionadas con la cultura, la intervención social y la cooperación internacional y empezamos a hablar cómo podíamos comenzar a hacer cosas juntas”, explica Raquel Doallo, de la coooperativa Cestola na Cachola, que ha impulsado SAL junto a Trespés, Cousas da Terra y Tempo de Loaira. Vieron que tenían muchas cosas en común, además de una manera de trabajar como es el fin último del beneficio social y no económico, aunque ello lleve a confusión algunas veces.
“Nos dimos cuenta que teníamos una problemática común y una de estas cuestiones era cómo hacer entender a gente con la que trabajamos que sin ánimo de lucro no significa que no cobremos por nuestro trabajo”, explica Doallo. De ahí que uno de los objetivos de Sal sea la sensibilización y comunicación acerca de una forma de trabajar que para nada es gratuita pero que sí busca unos beneficios sociales. “Nosotros por supuesto que cobramos por nuestro trabajo pero estamos organizados de una manera que, como cooperativa decidimos todo de forma conjunta, y al ser sin ánimo de lucro tenemos unos topes de salariales y todo el beneficio revierte en la entidad”, señala la socia de Cestola na Cachola, una entidad de la economía social que trabaja a través de la pintura, como es la intervención de espacios públicos con murales o el fomento del consumo responsable a través del diseño.
Red de colaboraciones
Pero no solo buscan sensibilización e impulsar por qué esta forma de trabajar tiene beneficios sociales, sino que también aspiran a realizar trabajos de forma conjunta entre todas las entidades. “Al unirnos podemos acceder a más proyectos y plantear más colaboraciones de lo que lo hacemos ya por separado”, afirma la cooperativista, quien subraya la importancia del trabajo en red que buscan fomentar. Ahora son cuatro las promotoras, pero SAL está abierta a todas las cooperativas sin ánimo de lucro que quieran formar parte de ella. “En Galicia sabemos que somos 22 entidades de este tipo, y quizás algunas ya han empezado a trabajar como nosotras y otras a lo mejor llevan así años funcionando y no saben que son cooperativas sin ánimo de lucro”, explica Doallo.
El ámbito en el que trabajan las cuatro entidades impulsoras tiene tres patas en común: la cultura, la intervención social y la educación. Así por ejemplo, si Cestola na Cachola gira en torno a la pintura, Trespés pivota alrededor de los medios audiovisuales y cómo a través de ellos educa en la importancia de cuidar el medio ambiente y de la recuperación de la memoria y divulgación cultural de Galicia. En Tempo de Loaira -una palabra que en gallego significa el rayo de luz que se cuela entre las nubes grises- tres mujeres, procedentes de la cooperación internacional, realizan proyectos de intervención social. Y Cousas da Terra impulsa el comercio justo y productos locales y ecológicos como forma de difundir el consumo responsable.