Agustín Botinelli, ex editor de la Revista Para Ti, está acusado de falsear el contenido de una entrevista a Thelma Jara de Cabezas, que estaba secuestrada en la ESMA. «Es la primera vez en Argentina que un periodista, que fue parte del aparato de encubrimiento y de acción psicológica de la represión, es procesado», dijo el abogado de la víctima.
El juez federal Sergio Torres procesó al editor de la revista Para Ti durante la última dictadura cívico-militar, Agustín Bottinelli, por publicar en 1979 una falsa entrevista a Thelma Jara de Cabezas. La entrevista se publicó con el título “Habla la madre de un subversivo muerto”. Con un hijo de 17 años desaparecido y otro en el exilio, la mujer fue obligada a mentir: estaba secuestrada en la ESMA.
“Estamos contentos. Es la primera vez en Argentina que un periodista, que fue parte del aparato de encubrimiento y de acción psicológica de la represión, es procesado. Bottinelli fue parte de un operativo de inteligencia que en el país no había secuestros ni desapariciones”, dijo el abogado Pablo Llonto, representante legal de la víctima.
“La Justicia dio paso un enorme y Thelma, por suerte vive para ver esto que tanto deseaba. Ella puede apreciar esta etapa después de pelear 30 años para que se conozca que aquella nota era una patraña del periodismo de la dictadura», remarcó el abogado.
El 10 de septiembre de 1979, Thelma fue sacada unos minutos de su cautiverio en la ESMA. El marino represor Miguel Cavallo le había dicho que tenía que hacer la nota para darles un mensaje a las madres argentinas. Ella estaba detenida-desaparecida desde abril de ese año por buscar a su hijo que los militares habían secuestrado en mayo de 1976, mientras repartía panfletos en una plaza de Martínez.
A Thelma la llevaron a la confitería Selquet, en el barrio de Núñez. Ahí, con la participación de la editorial, los torturadores la obligaron a simular un reportaje, que en realidad era una de las tantas operaciones de prensa de la propaganda golpista. Con la entrevista se buscaba limpiarle la cara a la dictadura, refutar las denuncias de los exiliados que hablaban de torturas y muerte. El ardid consistía en obligarla a “confesar” que había sido “usada” para campañas de denuncia contra la dictadura y ahora estaba amenazada por los Montoneros.
La mujer fue presentada en el artículo como “una arrepentida que describía cómo la guerrilla había engañado a su hijo” para que se volcara a la lucha armada. “Estén alertas, vigilen de cerca a sus hijos. Es la única forma de no tener que pagar el gran precio de la culpa, como estoy pagando por haber sido tan ciega, tan torpe”, fueron los textuales de Thelma.
“Esperemos que esta causa sirva para difundir las complicidades que varias empresas periodísticas tuvieron con el terrorismo de Estado. Tenemos el caso de Vicente Massot (dueño del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca) y el de los dueños de otros medios que ejercieron acción psicológica para encubrir los crímenes de la dictadura”, dijo Llonto.
En junio de este año, Botinelli declaró ante el juez Sergio Torres. A lo largo de su exposición, afirmó desconocer que en la ESMA funcionase un centro clandestino de detención. Sobre su trabajo en la editorial Atlántida, contó que trabajaba en una de las seis revistas de la empresa. Describió que Gente, Para Ti y Somos eran dirigidas por Aníbal Vigil. Las otras tres: El Gráfico, Billiken y Chacras por su hermano Constancio Vigil.
Desde las páginas de estas revistas se editorializaba en favor de la dictadura y se afirmaba que las denuncias efectuadas en foros internacionales que daban cuenta de las violaciones a los derechos humanos que perpetraba el régimen castrense eran “una campaña antiargentina ejercida desde el exterior”.